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El hombre tras la verdad del conflicto armado en el oriente del país

Saúl Franco Agudelo es uno de los integrantes de la Comisión de la Verdad, ente creado en los Acuerdos de Paz para aclarar las circunstancias que llevaron al país a tener más de 50 años de conflicto.

El comisionado fue designado para investigar lo sucedido durante el conflicto en el oriente del país, región a la que pertenece Santander, donde espera entregar a las víctimas un porqué de todo lo que padecieron, o muchas de ellas aún padecen.

EL TIEMPO habló con el comisionado, quien expuso el plan de trabajo de la Comisión para esta región y algunos casos que espera esclarecer como parte de sus funciones.

¿Cómo avanza la implementación de los acuerdos en la región?

Deja un sabor agridulce lo que está pasando, hay algunas zonas donde sí se frenó en parte la guerra, y en otras donde aún existe, en ambos casos la Comisión reafirma su tarea, porque nos interesa consolidar aquellas regiones donde el conflicto ha disminuido, y trabajar en las áreas donde se ha intensificado.

¿De qué forma articulan su trabajo con las víctimas?

Nos reunimos con ellas porque sus organizaciones tienen información muy completa y detallada, además de los datos que las instituciones han recopilado en años de trabajo durante el conflicto. Estamos conformando grupos de investigación para esos datos en específico para confrontar y contrastar versiones de los hechos para poder ir quedando con lo fundamental.

¿Qué función tiene la Comisión respecto a otros entes?

Nosotros no entramos a juzgar ni a sancionar, aclaramos cómo fue la cuestión de la desaparición forzosa, por ejemplo, caracterizando acorde a una serie de criterios los casos en particular y porqué hubo esas desapariciones, tratar de hallar las razones íntimas más profundas de las formas de violencia.

Tratamos de ganarnos la confianza y escuchar sus relatos con la mayor cantidad de detalles para entender bien qué pasó, cuáles fueron las circunstancias más difíciles de esto, quienes las determinaron, y de esa forma tratamos de darle la merecida dignidad a esa persona, porque las víctimas sienten su situación mucho más dolorosa cuando ven que los funcionarios no las atienden o los tratan mal.

¿Y de qué formas se gana la confianza en un país tan polarizado?

Hay tres tareas que la Comisión quiere hacer para ganarse la confianza: Lo primero es escucharlos a todos sin ningún señalamiento o prejuicio para tratar de esclarecer esto, lo siguiente es hacer un trabajo riguroso para poder sedimentar, verificar, contrastar y llegar a algo claro; y por último es garantizar al país la máxima imparcialidad posible, sacrificando nuestras propias convicciones en función de que solo quede aquello que es verdad.

¿Cómo hacer para manejar la verdad sobre las versiones distintas?

Nosotros tomamos todas esas versiones y empezamos a ver qué elementos son coincidentes, qué cosas son imprecisas, y tratamos de quedarnos con las versiones que sean más compactas, que son consistentes, ese es nuestro trabajo, llegar a tener algo casi irrefutable de los hechos.

No podemos aclarar caso por caso de todo lo que pasó en sesenta años de guerra, pero sí podemos hacer patrones de las formas de violencia.

¿De qué forma trabajarán regiones donde hubo mayor conflicto como el Magdalena Medio?

Allí tenemos una ventaja y es que el presidente de la Comisión es el padre Francisco de Roux, quien tuvo durante años el programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio.  El padre demostró que en medio de la guerra cruzada que la paz sí es posible, él y su equipo lograron demostrar que sí era posible tejer procesos de paz aún en extrema guerra.

Hemos aplicado la misma estrategia en todas las regiones, la idea es darle a cada hecho que investiguemos, por más ínfimo que parezca la importancia que merece buscar la verdad para dignificar.

BUCARAMANGA