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El Juego de los Negritos pintó de alegría a Pasto

Muy temprano, llegaron este 5 de enero a la Plaza de Nariño un grupo de amigos para jugar a los “negritos”, como se ha establecido históricamente en el tradicional Carnaval de Negros y Blancos, en Pasto.

En medio de la alegría y el entusiasmo, sin importar la hora, Jorge acarició a Mario su rostro pero con su mano completamente untada del cosmético negro.

Sus amigos que presenciaban la improvisada escena callejera, entre ellos un discapacitado, soltaron la carcajada acompañada de un sonoro aplauso y el infaltable grito ¡que viva Pasto carajoooooo!

Es que el día de los negros, cuando en la capital de Nariño nadie puede tener el rostro de blanco, debe estar pintado y a lo largo del día gozar y bailar hasta la madrugada.

La pintica en el Carnaval de Blandos y Negros de Pasto

Foto:

Mauricio de la Rosa

El origen del juego de los “negritos” según el investigador y periodista pastuso Neftalí Benavides Rivera (q.e.p.d.) se remonta al año 1854, cuando un 5 de enero, víspera de la fiesta de los Santos Reyes Magos, fue declarado por las autoridades de la época como día libre para los negros esclavos que con alegría desbordada se lanzaron a las calles con sus típicos vestuarios para bailar con su música predilecta. Los blancos se contagiaron de la explosiva euforia de los negros y se unieron a su fiesta con la exclamación espontánea ¡que vivan los negros!

Este domingo, en el Carnaval de Negros y Blanco, la fiesta es cultural y también lúdica porque se confunden en calles y avenidas propios y extraños, niños, jóvenes y adultos para colocarse en sus rostros la tradicional “pintica” con el cosmético negro, tal y como lo hicieron Jorge y sus amigos.

Al otro lado de la Plaza de Nariño cuyo suelo estuvo cubierto con una gruesa capa del talco blanco que el día anterior se lanzaron pastusos y turistas, se presentó la obra “La ceniza de los párpados” del Teatro La Guagua en el marco del Séptimo Festival de Teatro Popular y Callejero. Los teatreros deleitaron al público con uno de los episodios que enmarcaron la historia de Pasto en la época de la esclavitud.

A lo largo de la mañana los ciudadanos se pintaron de manera creativa su rostro y se hicieron fotografías que recogieron procesos lúdicos y estéticos.

Simultáneamente la música comenzó a sonar con la banda fiestera del municipio de Sapuyes, el grupo Plu con Pla de Tumaco, los Gaiteros de Hato Viejo de Antioquia y los Pregones del Manglar del municipio de Mosquera.

La danza no podía faltar cuando hizo su aparición ante el público asistente la Chirimía de las fiestas de San Pacho de Quibdó que sirvió de antesala al acto de hermanamiento de las Fiestas de San Pacho y el Carnaval de Negros y Blancos de Pasto, que por primera vez tiene lugar en un festejo de esta naturaleza.

Igualmente en varias comunas de Pasto se promovió el juego de los “negritos” con la realización de una agenda cultural y lúdica.

En la tarde con las agrupaciones musicales locales y las invitadas del interior del país se prendió la fiesta hasta las altas horas de la madrugada.

Este 6 de enero se cierra el carnaval en Pasto con el majestuoso y colorido desfile de motivos y el juego de los “blanquitos” en el que al contrario del 5 de enero, nadie puede ser negro, todos deben ser blancos.