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El legado de Débora Arango pasa del lienzo a la televisión

Aguerrida, rebelde, transgresora. Débora Arango marcó un precedente con la fuerza de su pintura. Pero, sobre todo, por encarnar a la mujer en medio de una realidad dominada por lo masculino. Con el pecho descubierto, las piernas abiertas, los ojos lagrimosos y en su rol social diverso retrató la femineidad desde un ángulo distinto. El real.

Remeciendo el ambiente de la época, plasmó con retratos y colores las desigualdades que existían en el siglo pasado, esas de los que solo el arte quiso hablar. El rostro de Arango, impreso en el billete de 2.000 pesos, está todos los días en las manos de los colombianos, pero ha sido un personaje relegado. Sus pinturas produjeron ruido, no así su historia, iluminada por el talento y oscurecida por la intolerancia.

La riqueza del personaje y la necesidad urgente de entregarle contenido de calidad a la audiencia, propulsaron en mayo de 2017 la idea del canal Teleantioquia de producir Débora, la mujer que desnudó a Colombia, una serie que contara la vida de la artista. Según contó la gerente de ese canal, Mabel López, recurrieron a la gobernación de Antioquia con la ilusión de tener entre manos un proyecto valioso. A través del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia, el canal encontró el financiamiento para la mitad de la producción (600 millones de pesos). El otro 50 por ciento de los recursos los obtuvieron de la Autoridad Nacional de Televisión.

Con ayuda de la alcaldía, desde el canal gestionaron los derechos con el Museo de Arte Moderno de Medellín, que tiene el 80 por ciento de ellos sobre las obras de la maestra.

La importancia de contar este tipo de historias, según López, radica en que a través del contenido se muestra una cara de Antioquia diferente a la que se ha contado por años. “Es una forma de acabar con los estigmas negativos que recaen sobre la región. Estamos cansados de que los protagonistas sean los sicarios, los mafiosos, las prostitutas”, advirtió.

Cuando al director Rodolfo Hoyos, le propusieron dirigir la serie, no conocía a la pintora. Pero desde el primer acercamiento a su trayectoria, sintió un encanto natural por el proyecto.

“Era muy exigente, no solamente en términos del rigor histórico, sino también para conseguir transportar al público a la serie”, aseguró el director. La mayor parte de las escenas fueron filmadas entre el calor absorbente y las calles coloniales de Santa Fe de Antioquia, durante 7 semanas, en jornadas de 12 horas. En la locación, el equipo de producción encontró una fachada que trasporta a los años 30, perfectamente conservada, pero también el mobiliario idóneo para ambientar la historia y hacerla creíble.

Para reflejar la fuerza de la pintura, lograron darle un estilo visual a la serie que se asemeja al de una obra cinematográfica. De hecho, las imágenes tienen una resolución 4K, lo que las hace más realistas.

Es una forma de acabar con los estigmas negativos que recaen sobre la región. Estamos cansados de que los protagonistas sean los sicarios, los mafiosos

Leyendo, viéndola en videos y hablando con quienes la conocieron de cerca, la actriz Patricia Castañeda descifró a la pintora detrás de los cuadros coloridos y potentes que ya le eran familiares. Y así, descubrió un personaje universal, que merece más que la serie. Según explicó, la interpretación fue compleja. Ella interpreta a la Débora de 20 años y a la de 70. Por lo mismo, fue necesario un trabajo arduo con la voz y la corporalidad para acercarse tanto como fuera posible a los límites de su esencia. Pero el trabajo realizado ha sido el más gratificante para ella.

Débora Arango pasó gran parte de su vida aislada y escondida de la sociedad que la juzgó por sus ideas disruptivas y parte importante de su trabajo artístico fue invisibilizado por años. Luego de interiorizar su vida para contarla a través de la pantalla, Castañeda catalogó como una alegría el hecho de que los colombianos puedan conocer la historia de la artista, porque nunca es tarde.

Sin entender por qué la historia no llegó a la televisión antes, Hoyos aseguró que la pintora es un personaje tremendamente simbólico, una verdadera luchadora por la libertades individuales y por la de tantos otros artistas.

“La idea es seguir en el futuro con estos contenidos, no solo Teleantioquia, sino los demás canales públicos. Le estamos diciendo a Colombia y a todo el mundo que se pueden hacer contenidos de una calidad altísima”, agregó la gerente del canal, que transmitirá la serie con la convicción de que calará profundo en sus espectadores.

Una lucha contra el olvido y a favor de la libertad

Débora Arango nació el 11 de noviembre de 1907 en Envigado, Antioquia. Cuando era niña entró a clases de pintura y desde joven comenzó a llevarle la contraria a la sociedad, vistiéndose como hombre y montando a caballo, actividad que no hacían las mujeres.

Ingresó al Instituto de Bellas Artes de Medellín y fue alumna del artista Eladio Vélez y del maestro Pedro Nel Gómez, de quien heredó la dinámica de la forma y la pintura a gran formato. Durante su trayectoria trabajó con acuarela, óleo y cerámica.

Con pinceladas fuertes y densas, y con un gusto especial por el color, sus obras abordaron las realidades sociales y políticas del país. Débora fue la primera artista nacional en pintar desnudos femeninos y por hacerlo se ganó el repudio de los intelectuales. Las críticas la aislaron muchos años, pero nunca dejó de pintar. Murió en 2005, a los 98 años y en 2008 su casa fue declarada bien de interés cultural.

Valentina Vogt
Para EL TIEMPO
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@ValentinaVogt