Inicio Colombia El martirio de familia de monja colombiana por secuestro de Al Qaeda

El martirio de familia de monja colombiana por secuestro de Al Qaeda

El único consuelo para la familia de la religiosa Gloria Cecilia Narváez Argoty son los tres videos en los últimos dos años como prueba de supervivencia, luego de que un grupo de Al Qaeda la secuestró. Fue el 17 de febrero de 2017, cuando la religiosa trabajaba como misionera en la parroquia de Karangasso, población en el suroeste de Malí, en África.

Su hermano Édgar Narváez dijo que no pierde la esperanza en recibir un cuarto video para saber cómo sigue de sus quebrantos de salud, pues en los tres anteriores se notaba que tenía problemas. Temen por el estado de los riñones y de una de las piernas de la monja, de 57 años, que al momento de su secuestro llevaba seis como misionera de la comunidad de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada. Pero no solo se trata de contar con la intermediación de la Cancillería y del Gobierno Nacional para lograr esta cuarta prueba, sino de insistir en su liberación para terminar con estos dos años de angustia y zozobra.

Temen por el estado de los riñones y de una de las piernas de la monja, de 57 años,

“Tenemos la esperanza y la fe en Dios de que muy pronto con el apoyo del Gobierno colombiano y del Episcopado Nacional podamos tener a la hermana muy pronto”, comentó Narváez, quien es docente en el municipio Buesaco, en Nariño, de donde la religiosa también es oriunda.

De hecho, la misma hermana Gloria Cecilia en las dos últimas pruebas de supervivencia, la nariñense hace un clamor repetitivo al papa Francisco para que sea intermediario en esta liberación. Pero hasta ahora no hay ninguna acción en concreto, como lo declaró el hermano de la secuestrada, nacida el 25 de septiembre de 1961, recalcando que la Cancillería y la Iglesia colombiana deben ser más firmes para que este clamor llegue al grupo de Al Qaeda que irrumpió en el campamento donde ella se encontraba y que pertenece a la población de Bamako, la capital de Malí.

“Las últimas noticias que recibimos fue el 10 de diciembre, cuando el grupo de Al Qaeda señaló que ella estaría bien de salud, que estaría trabajando en su misión evangelizadora y ayudando a las personas a su alrededor. Pero no hemos conocido contacto alguno por parte del Vaticano ni del Santo Padre”, agregó el docente Narváez.

No hemos conocido contacto alguno por parte del Vaticano ni del Santo Padre

“El Vaticano no tiene la herramienta apta para intervenir”, dijo el obispo de Pasto, Julio Enrique Prado. Añadió que sobre el secuestro no hay pronunciamientos ese continente y, por eso, a la Iglesia se le habría dificultado alcanzar un diálogo con este grupo extremista.

Sin embargo, el brigadier general Fernando Murillo, responsable de la Dirección Antisecuestro y Antiextorsión de la Policía Nacional, afirmó que se busca agotar todos los mecanismos de comunicación y que se espera que puedan intervenir la Iglesia y diferentes países. “La línea que se ha buscado siempre para la liberación de la hermana es la humanitaria”, expresó el oficial.

Aseguró que los grupos yidahistas como el que la tiene no se afanan por el tiempo en mantener a una persona secuestrada.

Entre tanto, según el hermano de la religiosa, las autoridades y la comunidad de Hermanas Franciscanas en Nariño han estado pendientes de todo este caso. “Lo están todos los días. El fin de año, por ejemplo, vinieron de Bogotá, Cali y de distintos municipios donde ellas tienen sedes. Han visitado a mi madre más que todo. Colombia entera ha estado pendiente; en estos días llegó a Pasto la superiora y la generala que manda en la comunidad. Visitaron a mi madre”, sostuvo el docente.

Narváez dijo, además, “que el secuestro no ha sido ni político ni religioso. Es un secuestro que se presentó de un momento a otro. Es una extorsión, pues están pidiendo no sé cuánto dinero”.

Nosotros extrañamos cada día su sonrisa, su amabilidad y su cortesía

Manifestó que si se llegara a producir la liberación, le diría: “Bienvenida a Colombia, bienvenida a mi casa y al hogar que la estuvimos esperando durante algún tiempo. Gracias a Dios te dio la libertad y volvemos a comenzar; esto ha sido un castigo enorme para nosotros, lo estamos sintiendo de forma callada y silenciosa. Ojalá, Dios quiera, vuelva pronto. Aquí la estamos esperando con los brazos abiertos”.

Pero no le diría que se retire del convento. “Eso es una vocación que ella tuvo desde pequeña y eso hace que la vocación la llevara a donde está ahora. La vocación se lleva por dentro. Yo creo que ella, si Dios quiere, vuelve acá o puede regresar a África porque ese es el trabajo de ella”.

Le envió, inclusive, un mensaje por EL TIEMPO: “Es una hermana en todo el sentido de la palabra con una personalidad muy grande. Cuando llegaba a visitarnos era una alegría muy inmensa por su carisma y voluntad de tener a Dios por encima de todo. Nosotros extrañamos cada día su sonrisa, su amabilidad y su cortesía. La seguimos extrañando».

MAURICIO DE LA ROSA
ESPECIAL PARA EL TIEMPO
PASTO