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El periódico que lleva 13 años mostrando la otra cara de la comuna 13

Es un estigma mezclado con realidad el que tienen que cargar quienes habitan en la comuna 13 de Medellín y, aún más, quienes día a día trabajan para cambiar esa situación. Si bien aún falta, han logrado mucho. Hablar hoy de ‘la 13’ también es hablar de resiliencia, transformación y color.

En medio de este territorio de 74 kilómetros cuadrados, donde viven casi 140.000 personas distribuidas en 19 barrios, hay un espacio que les da voz a quienes callan o temen contar sus historias, no por represalias violentas, sino porque sienten que no tienen quien los escuche.

Muchos habitantes de la comuna han encontrado en el periódico Signos desde la 13 una ventana para contarles a la ciudad, al país y el mundo que son más que tiroteos y homicidios. Que este sector puede ser recordado por las historias de vida y no por las de muerte. Este periódico comunitario, que surgió en el 2005, es el producto estrella de la Corporación Kinésica, una organización sin ánimo de lucro que busca, a través de la comunicación, “promover y fortalecer la identidad, la participación y la interlocución de la población de la comuna 13 entre los diferentes actores del territorio y las organizaciones sociales a través de procesos comunicativos”.

En su creación participaron 25 personas. Actualmente son 12, y, pese a las dificultades económicas y de apoyo, mes a mes llegan los 10.000 ejemplares que se distribuyen en la zona.

Además de Signos, la corporación también opera el Canal Comunitario Visión 13 TV y dicta talleres de redacción, fotografía y conformación de organizaciones sociales. “No negamos la realidad de la comuna, que tiene problemas, como todas las de Medellín. Pero vamos más allá, hablamos con la gente, les preguntamos qué quieren leer, qué quieren contar de sus comunidades, porque aunque son muchos barrios, todos viven realidades muy distintas”, cuenta Alexis Hinestroza, director tanto de la Corporación Kinésica como del periódico Signos desde la 13.

Este hombre robusto y de piel morena sonríe cuando le preguntan sobre los cargos y funciones para hacer una edición del periódico. “Aquí somos toderos, nos toca diseñar, escribir, entrevistar, decidir y hasta repartir el periódico”, cuenta.

Alexis nació en Medellín y llegó hace 25 años a vivir al barrio San Javier. Comenzó a estudiar periodismo, pero se salió. Dice que todo lo que ha aprendido ha sido de manera empírica. Actualmente está terminando de estudiar Derecho.

La idea de hacer un periódico de y para la comuna 13 surgió cuando un grupo de jóvenes se percató de que allí faltaban medios de comunicación alternativos, por lo que se capacitaron con varias ONG del territorio para sacar adelante Signos desde la 13, nombre que surgió de la idea de querer reflejar signos de vida en la comuna.

“Queremos contar historias en las que las personas se vean reflejadas y que esa historia sí se cuente de la manera acertada. De una u otra forma, los medios que registran lo que pasa en la comuna 13 cuentan las historias a medias y no reflejan el sentir de la comunidad. Nosotros contamos lo bueno de la zona, porque de contar lo malo ya se han encargado muchos medios tradicionales”, asegura el director del medio.

Nada ha sido fácil en estos trece años, especialmente al comienzo. San Javier era una comuna con miedo de hablar y un estigma de violencia del que no habían podido librarse; aún no pueden.

“Un medio no surge así como así, es una sinergia con la comunidad que dio como resultado una serie de ideas y artículos. En eso nos basamos para que ellos tuvieran interés en el medio. Uno de los objetivos de la corporación es hacer pedagogía en los colegios, tratar de que otros medios de comunicación también persistan en el territorio”, dice Alexis.

Sin embargo, no son ajenos a la violencia que vive la zona. Como habitantes y como periodistas comunitarios, les han tocado todos los operativos de seguridad, que, según ellos, han sido siete en este sector. Si bien hasta el momento no han sido víctimas de amenazas ni de atentados directos, la situación los ha obligado a parar por tiempos.

La idea de hacer un periódico de y para la comuna 13 surgió cuando un grupo de jóvenes se percató de que allí faltaban medios de comunicación alternativos.

Foto:

Guillermo Ossa / EL TIEMPO

Esa violencia también ha evitado que su mensaje llegue a todo los rincones de la comuna, pues hay sitios vetados a los que no pueden entrar. “Tratamos de que llegue el periódico a esas zonas álgidas, pero nos toca hablar con los líderes de acción comunal para que nos ayuden con la distribución”, cuenta el director del periódico.

Hemos migrado a otras plataformas porque sabemos que nuestra audiencia, en especial la joven, accede a la información por medios digitales

¿Cómo se hace?

Alexis recuerda con emoción cuando salió el primer tiraje de Signos desde la 13, el cual fue hecho a mano. Resalta la evolución que ha tenido desde este primer ejemplar hasta los actuales, que vienen impresos desde Manizales en la rotativa del periódico La Patria. “El recurso económico ha sido la parte más compleja. Nosotros hacemos esfuerzos grandes para sacar el periódico, intercambios, patrocinios y, en algunos casos, apoyo de la alcaldía”, cuenta Alexis tras una largo suspiro.

Sobre la metodología, explica que primero se hace una invitación a las personas para que escriban. Luego hacen un consejo editorial, en el que también pueden participar personas de la comunidad y organizaciones sociales, a quienes se les pregunta qué quisieran que saliera en el periódico.

Surtido este proceso, y luego de varios días, otro grupo de personas escogen los artículos que les envían, que se unen a las propuestas que hacen los integrantes de la corporación, y allí se eligen cuáles textos van a salir en la edición.

“El mes tiene mucho que ver; por ejemplo, octubre es muy importante para la comuna porque se cumplen 16 años de la operación Orión y se hacen muchas actividades”, indica Alexis.

Juan Carlos Ramírez, quien aporta en el comité de reacción y es uno de los toderos de la Corporación Kinésica, sostiene que no haberse quedado solo con el impreso ha hecho que tanto el medio como la comuna sean reconocidos tanto en el país como en el mundo.

“Hemos migrado a otras plataformas porque sabemos que nuestra audiencia, en especial la joven, accede a la información por medios digitales. Tenemos Facebook, página web y colgamos las ediciones en Issu, y en esas plataformas nos han escrito historias”, cuentan.

Esto les ha ayudado a entender cómo los ve la gente desde afuera, y, a su vez, ellos se han convertido en un reflejo de lo que puede pasar en lugares afectados por la violencia. “Al comienzo nos veían como una comunidad de extrema violencia y extrema pobreza. Generábamos como una especie de lástima y la sensación de que tenían que ser solidarios con nosotros. Pero ya también han notado que, a pesar de la violencia, hay un cuento de resiliencia y de superación muy interesante”, relata Juan, casi con orgullo.

Trabajo pedagógico

Diego Alejandro Bram parece tímido y retraído, pero cuando sale a la calle, grabadora en mano, se transforma. El coordinador general de la Corporación Kinésica y del periódico Signos desde la 13 conoce bien el territorio y resalta el trabajo mancomunado con las personas que lo habitan.

“Lo mejor de trabajar en un medio alternativo es que vos podés expresar naturalmente y tranquilamente lo que sentís en el momento. Me gusta mucho escribir sobre personajes anónimos que la gente ve a toda hora y son valiosos para la comunidad, pero que no son reconocidos”, opina.

Experimenta esa sensación de ‘deber cumplido’ cuando entrega el impreso a la persona sobre la cual se hizo la historia, pues asegura que ver su imagen reflejada en papel hace sentir valiosa a la gente. No solo las personas del común.

Esto les ha ayudado a entender cómo los ve la gente desde afuera, y, a su vez, ellos se han convertido en un reflejo de lo que puede pasar en lugares afectados por la violencia.

Foto:

Guillermo Ossa / EL TIEMPO

Diego cuenta que los profesores de español de varias de las 12 instituciones educativas del sector dictan clase basados en el periódico comunitario. En esa labor pedagógica rescatan el apoyo dado a los medios escolares, pues los capacitan para que en las emisoras escolares se escuche algo más que música.

Los integrantes de Kinésica coinciden en que han puesto su grano de arena para el desarrollo de las comunidades, especialmente de los jóvenes, para que no vean en las pandillas la única opción de vida.

DAVID ALEJANDRO MERCADO*
Corresponsal EL TIEMPO
Medellín

*Apoyado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y ACDI / VOCA