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El preocupante panorama de los rellenos sanitarios del país

En un informe emitido por la Contraloría General se alertó sobre la falta de vigilancia y medidas correctivas para lo que viene pasando principalmente con los rellenos sanitarios de El Carrasco, en Bucaramanga; Rediba, en Barrancabermeja; Doña Juana en Bogotá, y la Celda de Córdoba, en Buenaventura.

Según el análisis, del organismo de control la crítica situación de estos sitios de disposición podría generar “emergencias sanitarias” en sus zonas de influencia.

Precisamente, hace dos semanas (el 3 de octubre) el área metropolitana de Bucaramanga fue afectada por intensos y malos olores generados por el desplazamiento de cerca de 30 mil toneladas de residuos sólidos de la celda No. 4 de El Carrasco.

En la capital santandereana la Contraloría asegura que no hay un sitio de disposición final de residuos sólidos que cumplan con las características ambientales y técnicas.

El organismo visitó el sitio de disposición final de residuos, que opera con una medida de emergencia sanitaria desde el 2011 que fue ampliada por la alcaldía de Bucaramanga por un periodo de tres años, hasta el 2020.

Este relleno recibe al año unas 444.450 toneladas de basura y atiende a 15 municipios aledaños, pero la tasa de aprovechamiento de la ciudad, según la investigación del ente nacional, es muy baja.

Pese a las alertas, la ciudad no ha definido otro sitio para tener su relleno sanitario, aunque esté en riesgo la vida útil de ese botadero de basuras.  Esto porque, entre otras cosas, está cerca del Aeropuerto Palonegro por lo que la Aeronáutica Civil y un juez de la ciudad ordenaron en el 2017 cambiarlo de sitio.

La Contraloría evidenció la disposición de residuos a cortas distancias de viviendas, lo que genera impactos a la salud

El informe asegura que «la Contraloría evidenció la disposición de residuos a cortas distancias (menos de 50 metros) de viviendas vecinas, lo que genera conflictos sociales debido a los posibles impactos a la salud causados por los olores y vectores, y el impacto al paisaje”.

Precisamente, en el año 2011 los habitantes del vecino barrio de El Porvenir lograron que el Tribunal Administrativo de Santander ordenara el cierre de El Carrasco, por considerar que el sitio había cumplido su vida útil y por las afectaciones ambientales que provocaba.

En las últimas tres administraciones la Alcaldía ha acudido, en cinco oportunidades, a la declaratoria de la emergencia sanitaria para seguir usando el relleno sanitario.

LUIS ALFONSO CÁRDENAS
PARA EL TIEMPO
BUCARAMANGA