Inicio Colombia El reto que tiene Antioquia para darle buen uso al suelo

El reto que tiene Antioquia para darle buen uso al suelo

De las 6,2 millones de hectáreas de tierra que posee Antioquia, al menos la mitad tiene un uso inadecuado del suelo, ya sea por sobreutilización o por subutilización del mismo.

Esto quiere decir que en algunos municipios se realizan actividades agropecuarias y forestales que no corresponden con las aptitudes del suelo, mientras que en otros se desaprovecha el potencial para desarrollar proyectos productivos.

Esa fue una de las conclusiones que dejó el estudio, con valor de 3.600 millones de pesos, realizado en los 125 municipios antioqueños y que permitió definir el primer Plan de Ordenamiento Territorial Agropecuario (POTA) del país.

Por ello, uno de los grandes retos del próximo gobernador y de los alcaldes electos es promover un buen uso del suelo. 

Esta herramienta es uno de los grandes avances del departamento en materia de desarrollo rural, según explicó Jairo Alexander Osorio, secretario de Agricultura de Antioquia, en tanto que se constituye como el mejor mecanismo de planificación de lo que se debe cultivar, sembrar o criar en el campo, dependiendo de las características de cada lugar.

Entre los hallazgos del estudio está que el 54,5 por ciento de las hectáreas es apto para el desarrollo de actividades agrícolas, pecuarias y forestales productivas. Sin embargo, el 43,56 por ciento de esta cifra tiene algún condicionamiento social o técnico que debe tenerse en cuenta antes de emprender un proyecto productivo.

El otro 45,95 por ciento de la tierra tiene exclusiones, es decir, no se pueden adelantar actividades productivas. Aquí entran los páramos, las zonas de recargas de acuíferos, las zonas de riesgo o de alta pendiente.

Estos datos se encuentran en el sitio web de la Secretaría de Agricultura, pero próximamente estarán alojados en una aplicación móvil que hará más sencillo el acceso a la información por parte de campesinos, productores y mandatarios locales para una mejor ejecución de los planes de desarrollo del campo, añadió Osorio.

Para el funcionario, la adecuada implementación del POTA, que es una política pública departamental, es uno de los grandes retos en el futuro del campo.

Pero, para lograrlo se trabajó en varios componentes. Por ello, en el último cuatrienio la Secretaría de Agricultura lideró 11 proyectos de ordenanza más que buscan mejorar las condiciones en el sector rural y que fueron aprobados por la Asamblea Departamental.

Osorio explicó que el mejoramiento de la infraestructura en el campo fue fundamental. En estos cuatro años, pavimentaron 1.110 kilómetros de vías terciarias en zonas rurales, tras haber recibido solo 90 kilómetros pavimentados en 2016.

Esto ayuda a los campesinos a tener mejores condiciones para la movilidad de ellos mismos y de sus productos, lo que también beneficia la comercialización.

Este avance va de la mano de la infraestructura agroindustrial, que tuvo una inversión de aproximadamente 33.000 millones de pesos.

“Se desarrollaron proyectos en 32 municipios del departamento con la construcción y dotación de agroindustrias piscícolas y de fruta pequeña, el mejoramiento y adecuación de agroindustrias de trapiches paneleros, plantas medicinales y aromáticas, mango, cacao, aves de corral, verduras, mieles y apicultura”, informó la dependencia.

Asimismo, se fortaleció la asistencia técnica con los productores en 124 de los 125 municipios, con excepción de Medellín. A estos sitios llegaron durante los últimos tres años profesionales del sector agropecuario para apoyar la labor productiva de los campesinos.

Soberanía alimentaria

El secretario de Agricultura también contó que otra de las políticas importantes que se debe implementar en la siguiente administración es la de agricultura familiar, con la cual se busca garantizar la soberanía y la seguridad alimentaria de los hogares campesinos.

A esta se suma la política de jóvenes rurales, que también es única en el país como política pública y que pretende atender un fenómeno que se presenta actualmente en el departamento: la población del campo cada vez es más vieja.

La idea es brindarles a los campesinos de menos edad becas para estudios técnicos, tecnológicos y profesionales en áreas que luego puedan aplicar en sus lugares de origen.

“Se busca que cuando acaben de estudiar, puedan tener incentivos a créditos o a la tierra para que vayan a sus municipios de origen a aplicar sus conocimientos, puede ser cualquier profesión pero enfocada en el sector rural. Eso incentivaría que los jóvenes vuelvan, formen empresa y ayuden a construir el futuro del campo”, manifestó Osorio.

Y, como parte del incremento de posibilidades para los productores, también se apuesta a los grupos asociativos. Ya se han fortalecido 188, conformados por 10.000 productores, con lo cual se espera que aumenten las posibilidades de comercialización sin intermediarios, para tener una relación más directa con los grandes compradores.

Se busca que cuando acaben de estudiar, puedan tener incentivos a créditos o a la tierra para que vayan a sus municipios de origen a aplicar sus conocimientos

Parte de esta estrategia fue la primera gran ruedatón de negocios en la que participaron más de 4.000 campesinos de 50 municipios y grandes mercados y empresas mayoristas, con las que establecieron negocios por 4.000 millones de pesos, sin intermediarios.

Por otro lado, entre los avances de la saliente administración departamental en materia de campo está el cumplimiento de los planes para mejorar las plantas de beneficio animal, con una inversión de 23.000 millones de pesos, de modo que cumplan con las condiciones técnicas y sanitarias establecidas. Antioquia quedó con 9 de 11 plantas intervenidas y 2 en proceso de estructuración.

El departamento pasó de 138 mataderos que había desde 2004 a 28 plantas de beneficio animal en 2019, de las cuales 11 son públicas. “En infraestructura de apoyo a la producción, acopio, transformación y comercialización ganadera se invirtieron en total 34.454 millones de pesos incluidos recursos de gestión”, precisó la dependencia en su rendición de cuentas.

Finalmente, el secretario sostuvo que entre los retos está ver a los campesinos como empresas que necesitan sostenibilidad en el tiempo, lo cual, agregó, implica organizar las asociaciones, hacer capacitaciones, trabajar por demanda y no por oferta y hacer transferencia de tecnología para adaptarse a la cuarta revolución industrial.

MEDELLÍN