Inicio Colombia El sufrimiento de los niños por guerra de guerrillas en el Catatumbo

El sufrimiento de los niños por guerra de guerrillas en el Catatumbo

En el Hospital Emiro Cañizares, del municipio de Ocaña, se recuperan las niñas, de 3 y 9 años, que el domingo sufrieron heridas por impactos de bala durante un enfrentamiento desatado entre el Eln y la disidencia del Epl, más conocida como Los Pelusos, en zona rural del municipio de Convención, en Norte de Santander.

Con estos menores heridos, cuyo pronóstico médico es reservado, ya son tres los menores de edad afectados en medio del intercambio de disparos que se ha venido recrudeciendo en los cuatro meses de este conflicto por el control de las rutas del narcotráfico en esta zona fronteriza con Venezuela.

De acuerdo con las autoridades, la arremetida violenta que dejó a estos nuevos infantes lesionados se produjo entre las veredas El Loro y Carolina, de esta localidad ubicada a 129 kilómetros de Cúcuta.

“La Policía Nacional designó un grupo especial para adelantar la investigación de estos hechos, que condena y rechaza categóricamente. Esperamos capturar y judicializar a los responsables de esta situación”, precisó el coronel Quilian Novia, comandante ( e ) de la Policía de Norte de Santander.

En días anteriores, Naciones Unidas a través de un informe publicado por la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) denunció una serie de enfrentamientos que también dejó a una menor de edad y a su mamá heridas. Los hechos se presentaron en zona rural de Teorama, donde se registró una ofensiva encabezada por el Ejército Nacional.

Lo más grave de todo esto es la señal de degradación que está generando este conflicto. Atacar a menores no es común en el marco del conflicto del Catatumbo

Para monseñor Gabriel Villa, obispo del municipio de Ocaña, estos sucesos de violencia contra los niños son muy preocupantes, violan el Derecho Internacional Humanitario y tienden a destruir el tejido social de las comunidades afectadas.

“El llamado de sacar a la población civil de este conflicto ya es reiterativo, especialmente a los niños. Creemos que las escuelas se vuelvan territorios de paz y que no haya alteración por parte de ningún factor armado (…) Me parece que los alzados en armas deben pensar si su lucha obedece a intereses particulares, saliéndose de los objetivos iniciales que reclamaba una justicia social”, afirmó el religiosos.

Lo más grave de todo esto es la señal de degradación que está generando este conflicto. Atacar a menores no es común

El asedio de esta esta guerra no solo se ha sentido en los hogares más humildes, sino que se ha ensañado con las instituciones educativas, perturbando el ambiente académico de más de 44.000 alumnos. A principios de este año, las autoridades regionales se vieron obligados a suspender las clases por un período de quince días por el recrudecimiento de la violencia.

Asimismo, organizaciones internacionales como el Consejo Noruego para los Refugiados mostraron su preocupación por el deterioro en algunas escuelas que se ha originado por culpa de los enfrentamientos, así como también la siembra de campos minados, que en las últimas semanas impide el desarrollo del cronograma académico.

“Lo más grave de todo esto es la señal de degradación que está generando este conflicto. Atacar a menores no es común. Ellos siempre han estado en riesgo por la militarización del territorio, por los bombardeos de la Fuerza Pública, pero es la primera vez que los infantes del Catatumbo sufran afectaciones directas en el marco de un conflicto”, puntualizó Wilfredo Cañizares, director de la Fundación Progresar.

CÚCUTA