“No hay cosa más poderosa que la Madre Tierra”, dice Eutiquio Jerónimo Sánchez, mientras en la parte central del Parque de los Deseos el incienso rodeaba a un círculo de personas lideradas por chamanes que le que cantaban a la tierra.
Así fue el cierre del festival que recogió por una semana distintas costumbres que fueron muestra de la diversidad cultural que se vivió en la ciudad de Medellín.
El arte a través de las lecturas de distintos autores, permitió vivir a los asistentes una parte de la riqueza literaria de los países participantes.
Una de las poetas fue Khadijatou Doyneh, quien además es cantante y bailarina con raíces africanas. Una mujer que le canta a su tierra y al público sobre el verdadero significado del continente a partir de las personas que han sido esclavizadas por años.
Terminó con actos precedidos por chamanes indígenas, el festival de Poesía de Medellín.
Guillermo Ossa. EL TIEMPO
Susana Quiroz, su intérprete, compartió escenario con la poeta para leer en español los cantos de Doyneh. Para Susana, este espacio ha sido muy importante para la ciudad, porque «esto es tomarse a la ciudad a través del arte. Y el arte sana».
Eutiquio Sánchez, chamán mexicano, llegó para enseñar a curar a partir de la cultura mentemazal. Explicó que este ritual ancestral se lo dejaron los abuelos a todas las generaciones de su país y que poco a poco se esparce por latinoamérica.
Con un balance positivo y con la plaza llena, terminó este evento que espera volver el próximo año con más artistas.
Carolina Ruiz
Para: EL TIEMPO
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