Estas son ocho de las más extrañas colecciones en Colombia

Santiago Saldarriaga / Archivo EL TIEMPO

El caleño Jhon Jairo Llanos es coleccionista de productos de Coca Cola desde hace mas de 20 años.

Vanexa Romero / Archivo EL TIEMPO

Desde su infancia, Elías Raad Fayad comenzó a cultivar su gusto por coleccionar objetos. Empezó con historietas, discos de vinilo y casetes. Sin embargo, en la actualidad es amante de las figuras de acción. Cuenta con más de 300 piezas y afirma haber pagado más de un millón de pesos por algunas de ellas.

David Sánchez / Archivo EL TIEMPO

Néstor León Zapata tiene una colección de más de 2.000 armas bélicas, entre blancas y de fuego. Empezó con una pequeña vitrina y ahora le hace falta espacio. Afirma que cuenta con armas indias, orientales, vikingas, entre otras, y que todas le recuerdan que la guerra es una constante de la humanidad.

Rodrigo Sepúlveda / EL TIEMPO

En el 2012, Edgar Rugeles ganó el certificado de Guinness Records que lo acredita como la persona que tiene más caballos en el mundo. A lo largo de 20 años ha logrado coleccionar más de 2.500 caballos, estos están hechos en materiales como plomo, porcelana, barro, metal y cristal.

Juan Carlos Escobar / Archivo EL TIEMPO

En su casa, en el barrio La Pola, de Ibagué, Betty García tiene coleccionados alrededor de 500 pesebres de todos los tamaños los cuales ha adquirido a lo largo de 30 años. Son de diferentes tipos de materiales: pétalos de rosa, plastilina, semillas de palma, cerámica, tela, tejido croché, palma de cera, totumas y hasta de calcetas de plátano.

Mauricio Moreno / Archivo EL TIEMPO

La afición de Alfonso Huertas empezó en su juventud, cuando encontró en una maleta 50 monedas de su abuela que se distribuían en la época cuando Colombia se llamaba la Nueva Granada y Estados Unidos de Colombia. Ha alcanzado a pagar hasta 3 millones de pesos por un billete o moneda.

CEET

Ómar David Currea es aficionado a Mickey Mouse. Su casa, en el barrio La Reliquia en Villavicencio, está llena de objetos alusivos al ratón. Cuenta con más de 700 piezas y su afición es tan grande que ha pensado cambiarse su nombre por el de la caricatura.

Jaiver Nieto Álvarez / Archivo EL TIEMPO

Mauricio Castro colecciona juguetes de hojalata desde hace once años, una afición que heredó de su abuelo, el amor y gusto por los objetos antiguos. Todos son marca Majorette y Matchbox, lo que le recuerda mucho su infancia.