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Este es el municipio paisa que tiene más motos que habitantes

Colombia se llenó de motos. Así queda en evidencia en las cifras del Registro Único Nacional de Transporte (Runt), las cuales indican que el 59,6 por ciento del total de vehículos en nuestro país son motocicletas.

Es tanta la cantidad de motos, que hay municipios en Colombia que tienen más motos que habitantes.

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Uno de ellos es Sabaneta, ubicado al sur de Medellín, el cual tiene casi seis veces más motos registradas que habitantes.

Este municipio tiene 53.914 ciudadanos y 345.892 motos registradas, a enero del 2022. A esta localidad, según explican, es de las preferidas por los paisas para tramitar los permisos, pues hay facilidad en los procesos.

Pero lo que sucede en Sabaneta es solo el reflejo de la realidad del país, con respecto a las motos. Es por esto que expertos han planteado el debate sobre la necesidad de controlar o regular de alguna manera este tipo de vehículos que, han explicado, son un desafío para la movilidad de nuestras ciudades, así como para la seguridad vial.

Sabaneta POT

Panorámica de Sabaneta, Antioquia. 

Foto:

Jaiver Nieto Álvarez / EL TIEMPO

Sin embargo, los analistas indican que no se trata de regular su venta, sino de garantizar unas condiciones igualitarias con respecto a otros medios de transporte, teniendo en cuenta que son el principal agente vial de nuestro país y que, además, representan una fuente de ingresos para miles de familias. Aunque otros consideran que se deben planear las ciudades sin desconocer este agente.

Con corte a enero de este año, el parque automotor de Colombia estaba en 17’097.272 vehículos, los cuales se distribuían de la siguiente manera: 10’196.046 motos, 6’718.496 carros y 182.730 entre maquinaria, remolques y semirremolques.

Es decir, casi que por cada cinco colombianos hay una moto rodando en las calles de las ciudades, desde Leticia hasta La Guajira, incluyendo a San Andrés y Providencia. No es un fenómeno exclusivo de las ciudades capitales.

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Este tipo de vehículo ha aumentado de manera considerable durante la última década, teniendo en cuenta sus asequibles costos, así como lo económico que puede ser su mantenimiento, aunque depende del tipo de motocicleta.

En la mentalidad colombiana está que a la semana, usando transporte público, se puede gastar hasta 30.000 pesos. Eso al año representa una suma de 1’440.000 pesos, por lo que se considera que comprando una moto fiada se puede pagar en un plazo de dos o tres años y, aunque el gasto con respecto al transporte público aumenta un poco, lo que se puede ahorrar en tiempo compensa. Además, tener una también hace parte del patrimonio.

No podemos excluirlas como si fueran una minoría. Hay que buscar soluciones para esta ya mayoría dentro de la movilidad

En cuanto a temas de congestión, a pesar del volumen que vemos, siguen siendo muy ágiles, aunque en las principales ciudades cada vez es más común ver trancones de motos.

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Según información entregada por el Runt, durante el último lustro se registraron, en promedio, 578.000 motos por año, siendo el 2021 el de mayores números, con 725.963.

Las cinco ciudades con más motos registradas, para enero del 2022, son: Bogotá, con 514.932; Envigado, con 466.985; Sabaneta, con 345.892; Girón, con 313.025 y Funza, con 267.991.

Y a medida que ha aumentado el parque automotor por cuenta de las motos, usadas por millones de colombianos para movilizarse, así como para trabajar en domicilios e, incluso, actividades que no están reguladas como el mototaxismo, también ha aumentado el número de accidentes viales y de muertos.

Bajo este panorama, los analistas consultados por este diario han expuesto la necesidad de cambiar las reglas de juego sobre las motocicletas y equiparar las reglas con respecto a los carros.

El experto en movilidad Ricardo Montezuma asegura que este medio de transporte es un actor protagónico en la movilidad colombiana, pero que con los años “ha sabido invisibilizarse, camuflarse y está siempre como de agache para evitar asumir los deberes”.

Ha sabido invisibilizarse, camuflarse y está siempre como de agache para evitar asumir los deberes

Argumenta que, por ejemplo, se pagan menos impuestos y su gran logro es que no pagan peajes, a pesar de que millones de motos pueden transitar diariamente por las vías del país. “Siento que es un actor que se ha concentrado en sus derechos y evita sus deberes (…). Deberían ser tenidos en cuenta muchos aspectos legislativos”, agrega el Montezuma.

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El analista no desconoce las ventajas de las motos, pero considera que en términos de política pública hay que tener más en cuenta a este actor vial. Y hace énfasis en el pago de los peajes e indica que países latinoamericanos como Ecuador, Panamá y México ya lo están haciendo.

“Es absurdo que el medio mayoritario en el país no pague peaje. Debe ser una meta del próximo presidente, varios lo han intentado, pero el lobby no deja”, sentencia.

Otro aspecto sobre este medio de transporte, comentan expertos, es que hay cierta impunidad de los motociclistas a la hora de manejar. Por ejemplo, algunos circulan por aceras y en todas las ciudades y municipios de Colombia se encuentran parqueadas en zonas prohibidas que, principalmente, afectan la movilidad de los peatones.

Y hay que tener en cuenta quienes circulan sin pagar el Soat, a pesar de los riesgos que hay en las vías.

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“Hay que considerarlos como un vehículo que también utiliza la malla vial, entonces sujetos a medidas de restricciones como los carros”, sugiere el también experto en movilidad Darío Hidalgo.

Seguridad vial, el gran reto con los más de 10 millones de motociclistas

Como las motos llegaron para quedarse, comenta Hidalgo, es necesario fortalecer las leyes con respecto a estas. En parte, porque la movilidad es un tema que a todos nos interesa y hoy en día son los protagonistas en las calles de nuestro país. Y, además de subir impuestos y cobrar peajes, para el analista es clave fortalecer las leyes que garanticen la seguridad vial de los motociclistas, así como de otros actores, pues las cifras son alarmantes. El experto agrega que se debe ver esto como un tema de salud pública.

En los últimos 10 años se reportaron 38.995 motociclistas muertos y en los últimos cinco son más de 100.000 lesionados. En 2011 fueron 2.079 fallecidos en las vías del país, mientras que en 2021 se reportaron 4.198 –a nivel general fueron 7.270 víctimas por siniestros viales–, indican los registros de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV).

El Observatorio Nacional de Seguridad Vial señala que del total de motociclistas fallecidos, el 22 por ciento, que son 970, chocaron con un objeto fijo, “lo que puede atribuirse, entre otras variables, a fallas al momento de maniobrar este tipo de vehículo”.

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Además, no se puede desconocer las imprudencias. Es común en muchas de las ciudades intermedias y en los barrios de las capitales ver a motociclistas sin cascos o más de dos personas en los vehículos, lo que pone en riesgo a los ocupantes, así como a los demás actores viales.

Hay que considerarlos como un vehículo que también utiliza la malla vial, entonces sujetos a medidas de restricciones como los carros

Para esto, dice Hidalgo, se debe ser más estrictos en el control del uso correcto del casco, así como que sea el adecuado, otros elementos de seguridad, revisión de papeles en regla y más control “a normas básicas de tránsito, como sancionar el culebreo y excesos de velocidad”.

Pero estas indumentarias que garantizan más seguridad deben ser asequibles para todas las poblaciones, pues son costosas, sobre todo teniendo en cuenta que los principales usuarios de motocicletas son de clases media y baja, cuestiona la experta en movilidad Carolina Álvarez.

Para Hidalgo, una medida que es clave es exigir los frenos ABS, los cuales pueden reducir las fatalidades entre el 23 y el 61 por ciento. De hecho, le llama la atención que los países a los que les compramos las motos sí tienen esta obligación, y agrega que el costo no subiría mucho con esta exigencia.

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De otro lado, Hidalgo señala que se debe regular la expedición de licencias para así corroborar que quien se monte a una moto sea lo suficientemente hábil para manejarla. Argumenta que el 50 por ciento de los novatos sufren accidentes durante los primeros dos años.

Para ambos expertos, si bien sus planteamientos suben los costos de producción y mantenimiento, estos no van a disminuir las ventas, pero sí podrían ayudar a que sigan creciendo a un ritmo menor que las 600.000 por año mientras se hacen reformas de fondo sobre la movilidad en nuestro país.

La infraestructura, clave para evitar accidentes y mejorar movilidad

Álvarez reconoce que muchos de los usuarios de motocicletas “no son ejemplares”, pero dice que están siendo satanizados.

Por eso plantea que más allá de mirar si son un problema, se debe revisar lo que está pasando en materia de seguridad vial, a propósito de las víctimas. Considera que un aspecto clave en esta materia también es la infraestructura.

“Los motociclistas están viéndose afectados por el entorno, por las infraestructuras que hoy tenemos. No debemos olvidar que las infraestructuras que hoy tenemos fueron pensadas específicamente para los carros, ni siquiera para los peatones. Pensar que podamos tener infraestructura segura para motociclistas es otro reto”, asevera la experta.

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Su llamado es a darle otra mirada a lo que se puede considerar como un problema y buscar soluciones para la movilidad general en las ciudades.

De otro lado, explica que no se trata solamente de pensar en restringirlas, limitarlas y ponerles cargas impositivas y tributarias, pues con esto se estaría afectando el bolsillo de millones de familias que tienen este tipo de vehículos como medio de transporte y fuente de ingresos.

“No podemos excluirlas como si fueran una minoría. Hay que buscar soluciones para esta ya mayoría dentro de la movilidad urbana, y es importante considerar sus particularidades a la hora de pensar en las distintas soluciones para la movilidad en las ciudades”, sentencia Álvarez.

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MATEO GARCÍA 
Redactor de Nación
En Twitter: @teomagar
[email protected]

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