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Hay más de 300 casos de coronavirus en plazas de mercado en el país

Las plazas de mercado están en la encrucijada entre el alimento y la salud. Son los corazones de las ciudades para el abastecimiento en medio de la pandemia y, a la vez, son máquinas de bombeo: posibles focos de contagio que llevan y traen la enfermedad a la misma escala que los productos que distribuyen.

Al 25 de junio, los principales centros de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena superaban los 300 contagios, de acuerdo con datos de las respectivas secretarías de Salud. A estos se suman los 85 contagios detectados esta semana en el mercado público de Sincelejo, el cual fue cerrado indefinidamente.

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Los números preocupan, más que por su cantidad, por su potencial de propagación. Solo por Corabastos, en Bogotá, por ejemplo, cruzan el 25 por ciento de los alimentos del país y comerciantes de al menos seis departamentos y regiones.

De acuerdo con la secretaría de Salud de Bogotá, la plaza registra 98 contagios y se han realizado 5.366 pruebas que buscan detectar la enfermedad entre personas que no presentan síntomas.

Además, la plaza opera con dos medidas para evitar la concentración de personas. Al ‘pico y cédula’ implementado desde el 24 de marzo se le sumó desde el 13 de junio la medida de ‘pico y puesto’, que consiste en que cada una de las 57 bodegas cierre durante un día a la semana.

El panorama, sin embargo, es menos preocupante que el de inicios de mes, cuando –como confirmó a EL TIEMPO el ministro de Agricultura, Rodolfo Enrique Zea– se contempló cerrar completamente la plaza (ver nota anexa).

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En cuanto a los otros espacios de alimentos de la capital, la secretaría de Salud dijo a este diario que, a través de los seguimientos diarios, identificaron que la plaza de Paloquemao no ha cumplido con los protocolos en algunos de sus sectores, por lo que ordenó el cierre de la zona conocida como plaza de flores hasta que se cumplan con las medidas.

El caso de Medellín, don de la plaza Minorista fue reabierta completamente el 12 de junio, luego de un cierre total a mediados de abril que se fue flexibilizando, es una evidencia de que por el momento ninguna medida es definitiva.

Cada una de las 57 bodegas cierre durante un día a la semana.

La reactivación total en este lugar, donde trabajan cerca de 10.000 personas, solo duró tres días, pues el hallazgo de 11 nuevos casos en el sector de carnes el 15 de junio obligó a una nueva suspensión de actividades en varias zonas.

Los ingresos vuelven a preocupar a los comerciantes, que con la apertura total estas se habían recuperado notablemente de las pérdidas de mayo, mes en el que las ventas cayeron hasta en un 80 por ciento con respecto al año anterior.

Entre las medidas para resolver la situación hay un proyecto de la Universidad de Antioquia, instalado en las entradas de la plaza que identifica mapas de calor, calcula la edad de las personas que ingresan y, según el gerente de la plaza Edison Alexander Palacio, estará en todos los ingresos de la central para finales de junio.

En cuanto a Cali, la galería de Santa Elena, plaza de mercado que recibe mensualmente unas 20.000 toneladas de alimentos, fue reabierta el pasado 10 junio luego de nueve días de cierre. La central, donde se han confirmado 100 casos de coronavirus, opera parcialmente.

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El secretario de Seguridad de la capital del Valle del Cauca, Carlos Rojas, señaló que están buscando reubicar algunas actividades comerciales de la plaza e “introducir estímulos económicos para quienes liberen el espacio público”.

Barranquilla aplica la misma estrategia. De acuerdo con la secretaría de Salud, hay 40 casos de covid-19 confirmados en el mercado público, por lo que desde la semana pasada solo se permite el acceso de mayoristas.

El gerente del Centro, Ángelo Cianci, detalló que este cerco sanitario se hizo para “no permitir la entrada de vendedores ambulantes, vendedores estacionarios, bicicoches y carros de mula”.

El alcalde de la ciudad, Jaime Pumarejo, confirmó que se está realizando un censo entre estas personas “para poderles dar un bono redimible en efectivo” que abarcaría inicialmente a 4.000 trabajadores.

Hay 40 casos de covid-19 confirmados en el mercado público

Otro foco de contagio se presentó en Cartagena. Allí, según la autoridad local, nueve trabajadores del mercado de Bazurto han sido confirmados con covid-19.

Desde el 18 de mayo las ventas se limitaron solo para mayoristas entre la medianoche y las 8 de la mañana.

Sin embargo, ante el pedido de los comerciantes, se acordó en conjunto con la administración permitir el ingreso de comerciantes minoritarios hasta las 9 a. m. y ampliar el horario de cierre de la plaza hasta las 10 de la mañana.

Rodolfo Enrique Zea, ministro de Agricultura.

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Cuatro preguntas a Rodolfo Enrique Zea, ministro de Agricultura.¿Se ha podido mantener el abastecimiento en las plazas de mercado pese a la crisis?

Cuando arrancamos en marzo tuvimos unos picos de demandas muy importantes, porque la ciudadanía estaba preocupada porque no iba a poder comprar los bienes primarios. Se produjo un aumento de los precios y una disminución en los inventarios de arroz, huevo y algunos elementos perecederos como arveja.

Sin embargo, luego se comenzaron a estabilizar tanto los precios como la disponibilidad de productos. De acuerdo con el reporte de las centrales de abastos y de la Upra, que consolida toda la información, entre enero y mayo de 2020, ingresaron a los 29 mercados mayoristas del país 2’554.385 toneladas. El año pasado en el mismo periodo ingresaron 2’547.385, es decir, 7.209 toneladas menos que este año.

¿Qué productos en particular sí se han afectado por la emergencia?

En términos generales, no se ha presentado ninguna disminución en la oferta de los alimentos. Se han presentado algunos casos como el del pollo, que tuvo problemas por la baja demanda debido al cierre de los restaurantes, universidades y colegios.

También en los granos, específicamente en el garbanzo y la lenteja, por el incremento del dólar, ya que estos son productos importados. El tomate chonto subió por las lluvias y la papaya porque en esta época no se cosecha esta fruta.

¿La situación en Corabastos está controlada?

Allí tuvimos una crisis importante; debido a los casos de covid-19 se llegó a pensar que se debía cerrar la central. Se hizo un trabajo articulado con el Distrito, la gobernación de Cundinamarca y el Ministerio de Salud. Entre las medidas que se tomaron se intervinieron los horarios. Entre las 12:30 p. m. y las 11 p. m. se da el abastecimiento. A partir de la 1:30 a. m. entran los compradores.

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Así evitamos que los que van a comprar se crucen con las personas que llegan a abastecer desde las regiones. Se han instalado más de 720 lavamanos gratuitos, se están aplicando las medidas de ‘pico y cédula’ y ‘pico y puestos’, y se están realizando 100 pruebas diarias aleatorias dentro de la central. Luego de las medidas, se logró que en este momento se reciba la misma cantidad de alimentos, pero con menos personas alrededor.

¿Por qué se presentaron las protestas de vendedores contra las restricciones de ingreso a principio de mes?

Corabastos se encuentra en Kennedy, y este barrio tuvo un cierre por 14 días. Estas ventas informales se presentan en los alrededores y algunas que se presentan al interior. Lo que se señaló es que se tenían que organizar. Es un trabajo que tiene que hacer el Distrito, para que ellos puedan hacer las ventas con las medidas de bioseguridad. La autoridad local tiene que organizarlos. Corabastos, como asociación, no puede asumir esas ventas informales.

JUAN MANUEL FLÓREZ ARIAS Y NACIÓN
EL TIEMPO