Si de algo se sienten orgullosos los habitantes de Ituango es de los apelativos de ‘emporio agrícola’ y ‘Capital Energética de Colombia’, por la construcción de la hidroeléctrica. Además de ser una tierra rica en café, caña, maíz, fríjol, yuca y plátano.
La población, unos 23.000 habitantes, la integran las comunidades indígenas de los katíos y los tuangos.
Pero la ubicación estratégica del municipio: es un corredor que comunica no solo con la costa Atlántica, sino con la zona de Urabá, sumada a la abundancia de ríos y exuberancia del paisaje lo convirtieron a lo largo de su historia en teatro de operaciones militares y disputas territoriales.
Una de las masacres más dolorosas y recordadas por los pobladores ocurrió el 22 de octubre de 1997, cuando 200 paramilitares torturaron y mataron a 15 personas del corregimiento El Aro.
Las tomas paramilitares y los enfrentamientos entre guerrilla y Ejército han hecho de la zona un cementerio de fosas comunes, por lo que a principios del mes pasado, miembros del Parlamento Europeo pidieron al presidente Juan Manuel Santos frenar la construcción de la central hidroeléctrica para permitir recuperar cuerpos de víctimas del conflicto armado.
Ituango también se ha visto afectado por los cultivos ilícitos, pero allí tuvo lugar la firma de un acuerdo con representantes de más de 50 veredas cocaleras para la sustitución de esos cultivos.
Sobre la limpieza de minas antipersonas en la zona, en la vereda El Capote se prevé barrer unos 3.000 metros y se ha avanzado en más de 900; en la vereda El Olivar trabaja un frente en 7.223 metros. En La Granja se han hallado 10 minas.
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