Después de una reunión con un grupo de animalistas, el Dagma acordó que las babillas que representan un potencial peligro para la comunidad serán llevadas hacia la zona de los manglares en el Pacífico vallecaucano.
El acuerdo a que se llegó entre el Dagma, la autoridad ambiental de Cali, y los animalistas es que se generará un espacio de reflexión para analizar de dónde provienen las babillas, si tienen relación con el pasado del departamento, y analizar cuál es el mejor estado de armonía entre los seres humanos y la fauna silvestre.
Las babillas están en lagos artificiales ubicados al sur de la ciudad y algunas salen a buscar el sol y algo de comida.
La mayoría de las babillas no se reproducen dentro del humedal, todas provienen de zoocriaderos, tenemos evidencias
“Probablemente estaban en manos de ciudadanos que por una u otra razón fueron y las arrojaron al humedal”, señaló la directora del Dagma, Claudia María Buitrago.
Hay tres babillas jóvenes y una mayor.
“Las jóvenes, como vienen de zoocriaderos, han tenido más contacto con los seres humanos, reciben alimentación y son poco esquivas. Si ven gente caminando van a buscarlos por comida; nos pueden generar un riesgo para los niños, niños y adultos mayores. En cambio, la mayor es más esquiva, no busca a los seres humanos por comida”, señaló la funcionaria.
Como la mayor no genera riesgo, como las más jóvenes, se ha pensado en dejarla en el humedal.
“Todos estuvimos de acuerdo en que los humedales y los ecosistemas no son solo para el disfrute de los seres humanos, sino también para el goce y disfrute de otras especies provenientes de la fauna silvestre, la idea es que convivamos en armonía”, dijo la directora del Dagma, quien les propuso a los animalistas a emprender una veeduría.
