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La banda de niños de Magüí Payán que saltó en chanclas a la fama

En abril de 2016, David Hurtado, de 1|7 años, reunió a otros 15 niños y jóvenes que usualmente jugaban al fútbol, pero esa vez de una manera espontánea y repentina tomaron en sus manos materiales reciclables para dar rienda suelta a su creatividad y talento, en una percusión con madera y teja, algo inimaginable.

Entre impávidos e incrédulos los peatones miraron esa inusual escena y nunca se imaginaron que dos años después se convertiría en la banda marcial sensación en redes sociales. 

Pero eso no es todo. Este lunes los integrantes de la que fuera bautizada como la banda de paz “Hércules”, se desplazaron a Bogotá en un avión del Ejército Nacional, para participar en la ceremonia de posesión del Ministro de Defensa, Guillermo Botero. Todos ellos montaron una aeronave por primera vez.

“Esa fue una idea mía, surgió como una distracción más que todo para evitar caer en cosas malas y estar ocupados en algo bueno”, recuerda David Hurtado, director de la agrupación.

Surgió como una distracción más que todo para evitar caer en cosas malas y estar ocupados en algo bueno

Yo en esa época trabaja en mecánica de bicicletas, yo los reunía a mis amigos y le enseñaba para que no se fueran por otras actividades nos tan buenas”, agrega y confiesa que el hecho de que se la esté calificando como la mejor banda marcial del mundo tiene un gran significado “para que la gente se dé cuenta de que Maguí Payán no solo es violencia, también hay talento para la música, el fútbol y otras áreas”.

Para que la gente se dé cuenta de que Maguí Payán no solo es violencia, también hay talento para la música, el fútbol y otras áreas

El viaje de la Banda marcial de Magüí Payán, en Nariño.

Foto:

Archivo particular

Ahora, David vive con su familia en Cali, debió dejar su pueblo para estudiar la secundaria y tener mejores posibilidades hacia el futuro.

Cuenta que constantemente habla con sus compañeros de Maguí Payán a quienes siempre les insiste, “que nunca se rindan, que sigan luchando por sus sueños, las oportunidades llegan con tropiezos pero llegan”.

Guarda mucha fe de que ese puñado de muchachos afrodescendientes que en esa época estaban entre los 8 y 13 años de edad y que con esos rústicos materiales lograron producir una variedad de sonidos, ahora logren el apoyo de las entidades del Gobierno y del sector privado para conformar una buena banda o por qué no un grupo musical que se logre proyectar a nivel regional y nacional.

“Ellos fueron los que tomaron esa iniciativa de crear esos instrumentos”, recuerda Diego Mejía, quien se desempeña como coordinador de la Oficina de Juventud de la Alcaldía de Maguí Payán.

Ellos fueron los que tomaron esa iniciativa de crear esos instrumentos

Hoy la mayoría de los muchachos se educan en la Institución Educativa Eliseo Payán pero además “nosotros como administración les hemos dado nuestro apoyo con asesoría y capacitación en materia musical, aunque los recursos que manejamos aquí son bastante irrisorios”, dice el funcionario.

“Hubo unos instrumentos que no llegaron a los jóvenes, allí tuvimos un inconveniente porque no han llegado directamente a sus manos”, cuenta Mejía.

Hubo unos instrumentos que no llegaron a los jóvenes, allí tuvimos un inconveniente porque no han llegado directamente a sus manos

Se refiere a unos instrumentos que fueron destinados a la Fundación Jóvenes Educadores de Maguí Payán, “pero los niños que aparecen en el video no hacen parte de esa fundación, yo recogí una donación para los niños por valor de 2.600.000 pesos, cometí el error de entregársela, yo tengo las pruebas”, reconoce Cristian Muñoz, quien hasta hace poco fuera funcionario de la Gobernación de Nariño.

Después de esa desafortunada experiencia a través de la Dirección Administrativa de Cultura de la Gobernación de Nariño se pretende brindarles a los chicos y chicas de Maguí clases de música con maestros.

Se trata de un proceso que comenzó en el pasado mes de abril “porque ellos deben ser los verdaderos protagonistas y David quien hizo los instrumentos con material reciclable, es un chico genio”, reconoce Muñoz.

En el municipio existe la Casa de la Cultura donde hay un instructor de danzas pero aún no se cuenta con un profesor de música.

Los niños y jóvenes de Maguí Payán no quieren empuñar armas, lo que siempre han deseado es tener tamboras, flautas y trompetas para tener una verdadera banda marcial

“Los niños en su momento se sintieron desilusionados porque no tenían el apoyo institucional y de algunas personas que les donarán los instrumentos”, confiesa Diego Mejía y recalca que en esa alejada localidad de Nariño la niñez y la juventud al ser una población muy vulnerable corre el riesgo de caer en manos de los grupos armados ilegales y así ser presa fácil del conflicto armado.

“Los niños y jóvenes de Maguí Payán no quieren empuñar armas, lo que siempre han deseado es tener tamboras, flautas y trompetas para tener una verdadera banda marcial”, recalca.

MAURICIO DE LA ROSA
ESPECIAL PARA EL TIEMPO
PASTO