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La Casa Refugio que las salva a ellas de morir en el Atlántico

En una persona negativa, que no creía en sí misma y que, de paso, aceptaba los insultos que le propinaba su entonces marido, se había convertido Anaelisa* antes de ingresar a la Casa Refugio que desde hace un año y cuatro meses tiene disponible la Gobernación del Atlántico para acoger a toda mujer que esté siendo víctima de violencia intrafamiliar y que se encuentre en riesgo de ser asesinada.

Anaelisa, de 19 años y oriunda del municipio de Baranoa (Atlántico), tenía dos hijos pequeños y estaba angustiada de que las amenazas que recibía de su expareja se fueran a convertir en realidad, como le ocurrió esta semana a Angélica María Montaño Acosta, de 33 años, quien fue hallada muerta en zona rural de esa misma población. Dicho deceso es investigado con el fin de determinarse si obedece al que podría ser el segundo feminicidio que se presenta este año en alguno de los 22 municipios del Atlántico.

Anaelisa no sabía a dónde acudir, por lo que cuando le dijeron de este lugar, ubicado en un lugar confidencial en Barranquilla, no creyó de a mucho que por fin el departamento y la región Caribe contaran con una Casa Refugio con esas características, la primera en su historia.

Pese a los avisos que se le dieron y que no pesaron en la decisión de Angélica María Montaño de buscar protección, la joven hizo lo contrario e inició su recorrido en una ruta de atención integral a las mujeres victimas de violencia puesta en marcha por la Gobernación del Atlántico y que sirve de filtro para establecer con certeza cuáles son las mujeres que ameritan ser beneficiadas con el ingreso a la Casa Refugio.

En el caso de Anaelisa, por ejemplo, esta denunció y demostró que había sido golpeada y amenazada con cuchillo en varias ocasiones por el padre de sus hijas de 2 y 3 años, por lo que de inmediato fue clasificada como mujer víctima de violencia física en riesgo de ser asesinada, lo que le bastó para ser redireccionada a la Fiscalía que, a su vez, valoró su salud, la envió a revisión en el Instituto de Medicina legal que finalmente la dejó a disposición de la Secretaría de la Mujer y Equidad de Género de la Gobernación, la cual responde por la Casa Refugio.

Zandra Vásquez, secretaria de la Mujer y Equidad de Género del Atlántico, explicó que lo que siguió, en el caso de Anaelisa, fue analizar si se trataba de una mujer víctima de violencia en estado de vulnerabilidad y riesgo que no presentaba enfermedades de tipo psiquiátrico por lo tanto no estaba bajo medicación de ese tipo, sin antecedentes judiciales y no consumía drogas, ni bebidas alcohólicas.

Luego de cumplir con dichos requerimientos, Anaelisa, con sus dos hijas, fue enviada a la Casa Refugio, dónde su vida estaba a punto de cambiar.

“Al llegar, de inmediato me di cuenta de que aquí podía ser una persona diferente para bien. La ayuda no llegó solo para curar mis heridas físicas, sino las de mi ser, mi interior que bastante deteriorado estaba”, destacó Anaelisa.

La joven atlanticense regresó a su municipio con su autoestima reconstruida, con el aprendizaje de varios oficios que le permiten ahora recobrar la autonomía económica y con la certeza de que el proceso que inició, tras denunciar a su agresor, había avanzado y estaba libre de amenazas.

Las mujeres que llegan a la Casa Refugio reciben pautas para reconstruir su interior y salir fortalecidas.

Foto:

Gobernación del Atlántico

Vásquez explicó que cada mujer que ingresa a la Casa Refugio, que acoge a aquellas victimas de violencia de los 22 municipios del Atlantico y de Barranquilla, si se requiere, ingresan de manera voluntaria y así mismo pueden abandonar el predio, pero además se les recomienda hacer parte de un programa de rehabilitación que oscila entre los 3 y 6 meses de duración.

“En el caso de Angelica María, se le hizo seguimiento, pero ella nunca quiso entrar en la ruta de atención. Esta es una Casa Refugio de unos 800 metros cuadrados, adecuada para ellas, donde son recibidas con sus hijos, personas a cargo y donde se inicia un programa riguroso de restablecimiento de sus derechos y empoderamiento”, amplió Vásquez.

La funcionaria agregó que los protocolos que se ponen en marcha antes, durante y después de que las mujeres salen de la Casa Refugio son motivadas por la ley 1257 de 20181 que propende por las medidas de protección para aquella que sea víctima de violencia intrafamiliar.

La Casa Refugio de la Gobernación del Atlántico en estos momentos acoge a una población de 10 mujeres beneficiadas que con sus acompañantes completan un total de unas 30 personas en su interior. La casa, que hace parte de un proyecto impulsado por la secretaría de la Mujer, la del interior liderada por Guillermo Polo, y el despacho de la primera dama del departamento, Liliana Borrero de Verano, tiene capacidad para 45 personas, que tienen derecho a enfermera 24 horas, un abogado, una trabajadora social y un equipo de nutrición que vela por el balance de cinco comidas al día.

“Quisimos adoptar los modelos y formas de funcionamiento de ciudades como Bogotá y Cali, donde ya se tiene experiencia en este tipo de casas refugios”, anotó Vásquez, quien describe el programa de la Casa Refugio del Atlántico como un verdadero salvavidas para estas mujeres en riesgo.

Cabe resaltar, que aquellos niños que son hijos de beneficiarias tienen derecho a ir al colegio, mientras sus madres reciben apoyo sicológico y capacitaciones en oficios que les permiten obtener la independencia económica como panadería, peluquería y bisutería, entre otros.

Zandra Vásquez, secretaria de la mujer de la Gobernación del Atlántico con ‘ uana María’, un personaje caracterizado en una muñeca de trapo que enseña a su familia las situaciones de violencia.

Foto:

Andrés Artuz Fernández/EL TIEMPO

‘Se ven los resultados’

Vásquez asegura que los resultados son evidentes solo con observar que entre octubre de 2018 y marzo del año en curso no se presentaron feminicidios en Atlántico. También es un logro a mostrar que ninguna de las mujeres que han estado en la Casa Refugio han tenido que correr con un desenlace fatal.

Pero la funcionaria va más allá al explicar que la Casa Refugio es parte de una gran estrategia denominada ‘Yo no hago trato con el maltrato a la que su secretaria le apuesta. Y es que solo desde 2016 a 2018 fueron capacitadas 8.074 mujeres en 14 alternativas de proyectos de autonomía económica en todo el departamento.

“Lastimosamente en las últimos días hemos registrado cinco presuntos feminicidios, uno confirmado en Soledad, el de la mujer de Baranoa, que se investiga, y otros tres en Barranquilla, pero es una realidad que se ha ido mejorando con mucho esfuerzo detrás”, sostuvo.

Con orgullo, Vásquez resaltó que el Atlántico es pionero y modelo nacional en contar con oficinas de la mujer en todos y cada uno de los municipios del departamento.
“Ese es otro logro que garantiza que las denuncias sean más ágiles para lo que también estamos contando con las comisarías y la Policía”, dijo.

Las denuncias también se han visto en aumento y se espera que continúe así con la entrega de una cartilla en la que ‘Juana María’, un personaje caracterizado en una muñeca de trapo, enseña a su familia las distintas situaciones de violencia.

“Es que en la medida de una gran estrategia creemos que debe bajar el volumen de mujeres que ameriten de un lugar como la Casa Refugio como la que ya tenemos. Por supuesto que al salir de allí cada mujer cuenta con un seguimiento por parte de nosotros en el que se involucra a la familia con el objetivo de no tener ni una mujer víctima de la violencia en el Atlántico”, concluyó Vásquez. *Nombre cambiado.

Andrés Artuz Fernández 
Redactor de EL TIEMPO
Barranquilla.