A sus 45 años, Irma Janeth Rojas Correa murió de cáncer y para su familia empezó el drama de su sepelio y de cómo suplir su ausencia como cabeza de hogar.
«Mamá se nos fue muy joven», dicen las hijas de la mujer que sufría de esquizofrenia indiferenciada
El pasado domingo, Irma Janeth Rojas Correa no resistió más los estragos del cáncer de matriz y murió en una casa que habían levantado en un separador cerca de la carrilera, en la carrera 7 con calle 34, norte de la ciudad.
El sitio de velación queda cerca de la vivienda que armaron en una caseta abandonada de las antigua Empresas de Telecomunicaciones Telecom, pegada a los rieles oxidados que usaban los Ferrocarriles Nacionales.La señora era madre de tres hijas, que todavía estudian, y un hermano que presenta síndrome de Down y está con la familia paterna.
«La muerte de mamá nos cogió sin dinero para los costos del funeral. Dimos un anticipo de 300.000 pesos pero nos dieron plazo hasta la tarde del miércoles para completar el valor de dos millones», dice Lizeth, Karina, una de las hijas, que estudia contabilidad y finanzas, dice que acudieron a la colecta porque les falta la mayor parte para el sepelio en el Cementerio Civil, localizado al lado del camposanto Central, donde los costos son más bajos.
«Los abuelos siempre han estado con nosotros, pero ahora busco empleo porque nos toca seguir», dice Lizeth.
CALI
