Inicio Colombia La crisis del petróleo se convirtió en oportunidad para Casanare

La crisis del petróleo se convirtió en oportunidad para Casanare

La crisis económica que generó al departamento de Casanare la crisis petrolera de los últimos cuatro años, por la dependencia que tenía de este sector, se convirtió en la gran oportunidad para que algunos empresarios migraron a otros sectores como el turismo de naturaleza, la alimentación, el mantenimiento de plantas petroleras o sedes de oficinas y construcción de obras civiles.

A finales del 2014 y durante el 2015 las operadoras de petróleo más pequeñas y prestadoras de servicios de Casanare sufrieron todo el rigor la caída de los precios del petróleo, al punto que muchas se declararon insolventes y no les pagaron a otras empresas que hicieron infinidad de maromas para sobrevivir con escasos recursos, mientras los bancos se negaban a hacerles préstamos.

“Mientras nosotros le pusimos la cara para evitarles problemas a las operadoras de petróleo que continuaron en el departamento, otras se acogieron a la Ley 1116 de restructuración financiera para que el Estado las protegiera”, dice Rafael Eduardo Falck Suárez, gerente de Falck Services, empresa creada en 1996 para la prestación de servicios de catering (alimentos) a la industria de hidrocarburos, que en medio de la crisis migró a otros sectores y pasó de tener 200 trabajadores directos en 2014 a 500 en la actualidad.

En Casanare aprendimos con la crisis que no se puede depender tanto de un sector económico y la diversificación tiene que ser una apuesta de todas las empresas y de todos los gobiernos regionales, reflexiona hoy el director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Casanare (CCC), Carlos Rojas Arenas.

“Se debe apostar -dice- a la transformación del sector agropecuario, al turismo de naturaleza con el que tenemos una posibilidad inmensa y los servicios de mercado en los que muchas empresas han incursionado”.

Falck Suárez cuenta que atendiendo una recomendación de la cultura japonesa, la cual profesa que una empresa a punto de quebrar hay que invertirle durante 20 años y no sacarle activos, le permitió salir a flote. “Los bancos vieron nuestro comportamiento, logramos continuar con los contratos y esto nos empezó a ayudar porque lo que olía a industria petrolera se cerró”, cuenta.

Eso generó que llegaran nuevas oportunidades de negocios. “Como Casanare es un departamento tradicionalmente ganadero invertimos en una planta de desposte de carne, cumpliendo con norma Invima, con el respaldo de iNNpulsa, agencia adscrita al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, y con el apoyo de la CCC, relata Falck Suárez.

También se adelantó un programa de pulpa de fruta porque se estaba produciendo mucha piña y eso los impulsó a construir el centro de producción de alimentos automatizado, tal vez el mejor de la región.

Con este centro empezaron a participar en licitaciones y hoy a través de ellas, la alcaldía de Yopal los contrató para entregar 250 almuerzos diarios a abuelos de ciudad y la Universidad de la Salle un número similar de alimentos para jóvenes. Además, algunos hoteles requieren de sus productos que son sanos, inocuos y de buen sabor, sostiene el empresario casanareño.

Pero su empresa no solo se dedicó a trabajar en la producción de alimentos, también en mantenimiento de oficinas y trabajos de obras civiles menores, incluso, dice, “hoy tenemos un contrato con Ecopetrol en varios municipios del país, haciendo los trabajos bien hechos y de manera ágil”. Falck Suárez reconoce que otras cinco empresas de alimentos que resistieron la crisis del petróleo han salido adelante.

El turismo de naturaleza fue otro de los sectores que tomó impulso en los últimos cuatro años, tras la crisis del petróleo. El gerente de la empresa Casanare Natural, Rafael Martínez, sostiene que en Casanare hace cerca de cuatro años se creó el clúster de turismo de naturaleza como una alternativa económica regional.

“En nuestro caso, hacia allá hemos enfilado todas las estrategias de comercialización, el trabajo consiste en traer a los turistas a la observación de fauna nativa y de aves que se aprecian relativamente fácil, actividad a la que se han unido unos nuevos integrantes que son los hatos y reservas naturales de la sociedad civil”, sostiene Martínez.

A diferencia de otros departamentos del Llano, Casanare no tiene parques naturales, pero si tiene el mayor número de reservas particulares que es una alternativa para proteger la naturaleza. Hay cerca de 52, unas muy grandes como el Hato La Aurora que tiene 10.000 hectáreas.

Estas actividades de turismo han venido creciendo en los últimos años de una forma controlada, en la medida que no es un turismo masivo sino especializado, en que cinco a seis turistas tienen la oportunidad de conocer y disfrutar de los recursos naturales y culturales del Llano, a través de los operadores que le organizan un plan y le guían.

También es una forma de conservación de la naturaleza y actualmente entre 50 y 70 empresas hacen parte del clúster, pero entre 15 y 18 son las que vienen liderando el proceso de turismo que no es vacacional como ocurre en la Costa, dice Martínez.

El director ejecutivo de la CCC sostiene que en estos últimos años el sector petrolero, que era la base fundamental de al económica de Casanare también afectó gravemente el de la construcción.

No obstante y paradójicamente tuvieron una recuperación importante sectores tradicionales como el agropecuario con los cultivos de arroz y palma de aceite, así como la ganadería que ha tenido un incremento en el inventario ganadero y el sacrificio.

También se ha visto crecimiento, en menor proporción, en los cultivos de cacao y café, pero importante en los servicios de salud, educación y recreación, que han permitido a Casanare sobrellevar la difícil situación que enfrentó en materia económica.

Arenas sostiene que la crisis generó que la CCC con el apoyo de iNNpulsa, agencia adscrita al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, empezaron a trabajar en una propuesta de diversificación económica con cuatro iniciativas clúster, tres de ellas que no tienen nada que ver con el sector petrolero: turismo de naturaleza, ganadería y piña, y en las tres hay avances importantes.

En materia de turismo de naturaleza ha habido un crecimiento muy alto, se obtuvo el Premio Clúster a la mejor iniciativa y los empresarios de este sector han crecido y se ha visibilizado, y los hoteles que se construyeron con la bonanza petrolera con expectativas de turismo corporativo han podido sobrellevar la crisis.

En piña hay empresa que ya tienen sus productos en el exterior y otras que están en proceso de exportación, mientras con la ganadería está en procesos de prácticas primarias y hay unas iniciativas de transformación con la construcción de un frigorífico avanzando para ser más competitivos.

La CCC también construyó un Centro de Convenciones que tiene 700 metros cuadrados con espacios para desarrollar eventos de convenciones, congresos y reuniones. Hay un escenario que tiene capacidad para 700 personas con características tecnológicas muy avanzadas de audio, video, salas de traducción, espacios para centros de operaciones y con salas para diferentes aforos de 50, 100, 150 personas.

Y por ello, sostiene Arenas, el departamento tiene hoy mejores cifras: el cinco por ciento más de empresas que a 30 de junio del año pasado, se ha incrementado el inventario ganadero y el sacrificio también, el sector de la construcción ha crecido uno por ciento y el precio del petrolera ha estado mejorando y empieza a incentivar la exploración y explotación, y alrededor de ello hay una cantidad de empresas que empiezan a mover y eso se ve en la contratación de personal y muchas cifras indican que la situación está mucho mejor que antes.

NELSON ARDILA ARIAS
Corresponsal de EL TIEMPO
Villavicencio
Twitter: @nelard1