Inicio Colombia La dolorosa despedida a los cadetes de la Policía en Santander

La dolorosa despedida a los cadetes de la Policía en Santander

Los santandereanos le dieron este martes el último adiós a los cadetes Óscar Javier Saavedra Camacho y Diego Fernando Martinez Galvis, quienes murieron tras el atentado con carro bomba en la Escuela de Policía General Santander en Bogotá.

En ceremonias realizadas en Bucaramanga y Curití, integrantes de las comunidades a las que pertenecían los dos uniformados les dieron la despedida en medio de serenatas, arreglos florales y el llanto de sus seres queridos.

A las diez de la mañana una procesión recorrió las calles del casco urbano de Curití, encabezada por el coche fúnebre que llevaba los despojos del cadete Diego Fernando Martínez Galvis, cuya muerte enlutó a la comunidad local, incluido el Colegio Eduardo Camacho Gamba, de donde egresó hace apenas poco más de tres años.

Las campanas de la iglesia doblaron al compás de los honores policiales, y un pueblo que apenas hacía dos semanas festejaba su feria tradicional, ahora se vio tocado como nunca por el conflicto armado, pues el conocido remanso de paz que había sido desde tiempos memorables, sintió en carne viva el yugo de la guerra en pleno posconflicto.

El templo parroquial San Joaquín de Curití se agolpó de los lugareños que acompañaron el féretro. En la primera banca, el gobernador de Santander, Didier Tavera, y el alcalde de ese municipio, Mario Galvis, encabezaban el tumulto que casi acosaba hasta los cuatro oficiales que servían de guardia al féretro.

Al otro lado del cajón, estaban los padres del cadete, su madre desconsolada se aferraba a una mujer que tenía al lado mientras miraba detenidamente al cajón, y su padre, sentado cabizbajo con las manos empuñadas trataba de asimilar el dolor por la pérdida de su muchacho.

En la iglesia de San Laureano se realizó el sepelio del cadete Óscar Javier Saavedra, cuya familia residía en el barrio Provenza de Bucaramanga.

Foto:

Gobernación de Santander

En Bucaramanga la escena no fue distinta a la de Curití. Al finalizar la tarde quedaron en el cementerio de esta ciudad los despojos mortales de Óscar Javier Saavedra, otro de los cadetes de esta región que perdió la vida tras el estallido del carro bomba en Bogotá.

La ceremonia religiosa oficiada en la iglesia de San Laureano, en el centro de la ciudad, fue un centro de luto por la partida del joven, quien antes de ser cadete ya se había formado como ingeniero de sistemas en las Unidades Tecnológicas de Santander.

Familiares y amigos acompañaron el féretro hasta su morada final, mientras evocaban los momentos vividos durante el fin de año, época en la que el uniformado había compartido con los suyos antes de partir a sus obligaciones como estudiante de la Escuela.

Este martes se conoció una carta de la senadora del Centro Democrático, Maria del Rosario Guerra, pidiendo al presidente Iván Duque que apruebe un ascenso póstumo a los cadetes con el fin de mejorar los ingresos de la pensión a sus familiares, sin embargo, no se ha conocido pronunciamiento de Duque al respecto.

BUCARAMANGA