Inicio Colombia La Escombrera: las víctimas llevan casi 15 años sin verdad

La Escombrera: las víctimas llevan casi 15 años sin verdad

Cada noche, Margarita Selena Restrepo mira desde la puerta de su casa las luces de La Escombrera, la montaña de basura de la comuna 13, donde cree que está enterrada su hija.

Desde la distancia, la luz de cuatro lámparas, instaladas en ese vertedero de escombros, le ayudan a vigilar el cementerio clandestino donde habría por lo menos 95 víctimas de ‘paras’ y guerrilleros.

Margarita y otras mujeres le reclaman a la Fiscalía por la búsqueda de sus muertos, también exigen justicia y verdad. Hace exactamente un año y cuatro meses que los antropólogos pararon las exhumaciones, pero nadie les dice si continuarán o no.

En julio del 2015, la Fiscalía inició la exploración en un terreno de 3.700 metros cuadrados, pero luego de cinco meses de excavaciones no hallaron restos.

La promesa del ente investigador y de la Alcaldía de Medellín era que en enero del 2016 retomarían la búsqueda con la segunda fase, que trazaba 7.797 metros cuadrados.

Sin embargo, ese terreno sigue cercado con un plástico verde que se ve desde la casa de Margarita, ubicada en Nuevos Conquistadores, uno de los barrios más altos de la comuna 13.

Ella hace casi 15 años busca respuestas sobre la desaparición de su hija Carol Vanesa, a quien vio por última vez el 25 de octubre del 2002, junto a Cristián y Jhon Jairo, dos amigos de su edad. La desaparición de los adolescentes fue una semana después de la Operación Orión, acción militar contra guerrillas urbanas que se registró el 16 y 17 de octubre del 2002.

Margarita y las madres de los jóvenes llevan casi 15 años recorriendo las calles de Medellín con las fotografías de sus hijos. En una marcha por los desaparecidos, alguien les dijo: “Filados se los llevaron directo a La Escombrera”.

A ellas no les quedó duda porque a ese vertedero de basura, iban a dar todos los muertos de la guerra de la comuna 13. Sin embargo, ningún excombatiente ha confesado nada.

Por ello, exigen a las autoridades que reanuden la investigación en terreno. “El año pasado fue en blanco, a las víctimas nos ignoraron”, agregó Margarita.

El año pasado fue en blanco, a las víctimas nos ignoraron.

Luz Elena Galeano también protesta por la lentitud de las autoridades. Ella busca a su esposo Luis Javier Laverde, desde el 9 de diciembre del 2008. “Mientras él iba en un bus, dos encapuchados lo bajaron y se lo llevaron a la fuerza en una camioneta que tomó la dirección de La Escombrera”, contó.

Las víctimas llevaban años sin poder buscar a sus muertos. Solo hasta el 2015, tuvieron luz verde, cuando la Fiscalía y la Alcaldía decidieron ir con maquinaria a excavar entre toneladas de basura.

Antes de eso, a Luz Elena le provocó ir muchas veces con pico y pala para excavar ella misma, pero sabía que era inútil, sola no podría contra esa montaña de escombros. “Necesitamos voluntad política y celeridad en el proceso. Exigimos una reunión con la Fiscalía y que nos tengan en cuenta”, agregó.

Piden resultados

Las víctimas critican que la Alcaldía contratara un estudio con una empresa española, en diciembre pasado, para analizar la viabilidad de encontrar a los desaparecidos en La Escombrera. La razón radica en que nadie les avisó sobre la visita de los expertos, tampoco saben cuál fue el resultado de la investigación.

Ese análisis estuvo a cargo de Luis Avial Bell, de Falcon High Tech, la empresa con mayor experiencia en Europa en la búsqueda de fosas clandestinas. Incluso fue capaz de encontrar los restos de Miguel de Cervantes, un siglo después de la muerte del escritor y de localizar más de 100 fosas de desaparecidos de la Guerra Civil Española.

Carlos Arcila, subsecretario de Derechos Humanos de Medellín, dijo que los expertos estuvieron con drones y radares estudiando el terreno y que el informe, que fue entregado a la Fiscalía, está en análisis.

El funcionario explicó que el ente investigador, además, confronta otras fuentes de información como testimonios de desmovilizados para tener mayor veracidad y no correr el riesgo de salir con las manos vacías.

El subsecretario añadió que la Alcaldía acompaña el proceso de búsqueda de desaparecidos con 1.300 millones de pesos, pero que la decisión de buscar, o no, en la montaña de basura, la tiene la Fiscalía.

“Desde mi casa miro hacia La Escombrera y veo unas luces tristes, así como están mis ojos y mi alma. Bendito sea a Dios, allá estará enterrada mi hija y muchas otras víctimas, pero el Estado sigue quietecito”, concluyó Margarita.

Bendito sea a Dios, allá estará enterrada mi hija y muchas otras víctimas, pero el Estado sigue quietecito.

Deicy Johana Pareja M.
Redactora de EL TIEMPO
En Twitter: @johapareja