No son los faroles de luceros que inmortalizó Esthercita Forero en la composición de ‘La Guacherna’. Los que sí están listos son los farolitos para encender las velitas entre la noche de este martes 7 y la madrugada del 8 de diciembre en Barranquilla.
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Las conversaciones entre vecinos, llenas de camaradería, marcan el ambiente previo a la primera de las cuatro fiestas. Dicen que, a diferencia de la incertidumbre que había en diciembre del año pasado por el covid-19, esta vez el avance de la vacunación los llena de esperanza para celebrar esta fecha especial, eso sí, bajo las condiciones de bioseguridad.
Por lo anterior, algunos ya compraron el gajo de faroles y velas, mientras que otros esperan hasta el final. Los encargados de surtir cualquier esquina de estos implementos son los comerciantes informales y hacedores, quienes están trabajando a toda marcha.
“Los barranquilleros dejamos las cosas para última hora, entre el 6 y el 7 son los días que más se vende”, dice Misael Imitola Silva, quien desde hace 20 años se dedica a hacer faroles en el barrio La Chinita.
El proceso para tener listos los faroles
Roberto Echeverría, suegro de Imitola, muestra orgulloso el avance en su producción.
Misael Imitola
La temporada mueve la tradición, pues, según cuenta este habitante de la localidad Suroriente de la ciudad, entre marzo y septiembre disponen de una capacidad para producir máximo 300 productos al día, pero entre octubre y diciembre son 1.000 en promedio diario.
“Lo aprendí de mis suegros (Roberto Echeverría y María Herrera), que son los firmes para hacer farol redondo en La Chinita, pero vi que el farol cuadrado estaba cogiendo fuerza y así los comencé a hacer para unificar el negocio familiar”, reconoce el hombre, de 52 años.
Para que la ciudadanía pueda tener sus faroles en casa, Imitola y su grupo de trabajo emprende un proceso que inicia con la compra de las estibas, luego procede el corte, se dejan los cuadrantes inferior y superior, se juntan los maderos y se forran con papel celofán al frío.
“Con esta tradición de las velitas, dependen muchas familias: los muchachos que andan en las carretillas, los que venden frutas, los vendedores ambulantes. Aprovechan la fiesta de las velitas para vender sus faroles. De ahí sacan la ropita de diciembre para los hijos. Son ‘las primas’ del vendedor informal”, señala Imitola, quien se ríe por esta última frase.
El hombre se disculpa por su disfonía como consecuencia “del ajetreo” de estos días para tener listos los productos y agrega que son 20 a 30 familias de Rebolo, La Chinita y El Ferry las que se ven beneficiadas con el proyecto.
El concurso que premiará a los mejores faroles
Los niños son los que más disfrutan de la primera de las cuatro fiestas.
Vanexa Romero /EL TIEMPO
Tenemos un año de no haber hecho muchas cosas y veo que este diciembre va a ser mucho más emotivo
Otros que se van a beneficiar con la fiesta del 7 de diciembre son los concursantes a los mejores faroles de la ciudad, una iniciativa ciudadana de ‘CityLover’ y una líder del Barrio Abajo, Idanis Carretero, con el apoyo de la Secretaría de Cultura del Distrito.
“Sabemos lo que representa esta noche para los barranquilleros. Por eso queremos abrir este espacio para incentivar su preservación y la apropiación en las nuevas generaciones”, expresa la secretaria de Cultura y Patrimonio, María Teresa Fernández.
Según uno de los voceros y jurado de la campaña, Johnny Insignares, hasta la semana pasada se habían inscrito 25 ciudadanos y el concurso se cerró el 4 de diciembre.
“Tenemos un año de no haber hecho muchas cosas y veo que este diciembre va a ser mucho más emotivo, porque va a ser ese reencuentro familiar, de las fiestas. No se ha ido el virus, pero hay mucha gente vacunada”, manifiesta Insignares.
Así lucen esquinas de Barranquilla, como esta, en la calle 91 con la carrera 46, norte de la ciudad.
Vanexa Romero /EL TIEMPO
La propuesta es que la gente entregue un farolito tradicional, pero de 70 centímetros, lo pueden intervenir con toda su creatividad
El jurado de la ‘Noche de Velitas’ lo terminan de conformar los tutores del programa de Elaboración de Carrozas y Faroles de Carnaval, de la Escuela Distrital de Arte y Tradiciones Populares (EDA).
“La propuesta es que la gente entregue un farolito tradicional, pero de 70 centímetros, lo pueden intervenir con toda su creatividad, no había una temática específica. Una parte será exhibido en el Museo del Carnaval y otra parte en el famoso Chambacú, de Barrio Abajo”, añade el creador del ‘CityLover’.
Los ganadores recibirán incentivos económicos así: 500.000 pesos al primer lugar, 300.000 pesos para el segundo y 200.000 al tercero.
Posterior a la exhibición y premiación este martes, habrá una caminata, a partir de las 8:30 p. m., en la que se contará la historia del barrio y su gastronomía. Esta estará acompañada por un grupo de millo, en conexión al Carnaval, que tiene el último turno en las cuatro fiestas.
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Los operativos de seguridad contra uso de la pólvora
Desde este lunes, la Secretaría de Gobierno Distrital en conjunto con la Policía Metropolitana de Barranquilla, la Personería Distrital y el Icbf, anunció la intensificación de los operativos para prevenir quemados con pólvora.
“Es una campaña de todos para el cuidado de nuestros niños, de las mascotas. Seamos conscientes, denunciemos, no compremos. Estaremos haciendo visitas a establecimientos de comercio, porque la pólvora en la ciudad está prohibida”, dijo la jefa de esta dependencia, Jeniffer Villarreal.
A quienes sean sorprendidos infringiendo la norma, le aplicarán una sanción tipo 4, de 32 SMLDV y la suspensión temporal del comercio por parte de los inspectores e incautación de la pólvora por parte de la Policía, que la entregarán al Cuerpo de Bomberos para su destrucción.
Así, los ciudadanos se declaran listos para vivir una “locura de colores en las calles de Curramba”, como lo expresó la ‘Novia de Barranquilla’ en esas líneas.
Deivis López Ortega
Corresponsal de EL TIEMPO Barranquilla
En Twitter: @DeJhoLopez
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