Inicio Colombia La guerra conservó biodiversidad de la Selva de Florencia, en Caldas

La guerra conservó biodiversidad de la Selva de Florencia, en Caldas

En el Parque Nacional Natural Selva de Florencia, en el corregimiento de Florencia de Samaná (Caldas), investigadores de la Universidad de Caldas descubrieron todo un nuevo ecosistema que por años estuvo protegido, irónicamente, por la violencia.

Una nueva especie de insecto denominado Atopophlebia caldasi, al parecer de la familia de las libélulas, además del mono Tití gris, que está en peligro de extinción, hacen parte de los hallazgos de la Expedición Caldas Siglo XXI.

Florencia es uno de los sitios más golpeados por la violencia que azotó al oriente de Caldas, tuvo la presencia de paramilitares y guerrilleros que obligaron al desplazamiento forzado de campesinos y más tarde dejaron los alrededores del parque minados. Gracias a ese aislamiento los 100 participantes de la expedición lograron identificar especies nunca antes registradas en la región. Las minas fueron desactivadas.

75 anfibios (18 nuevos), 230 mariposas (197 adicionales), 278 aves, 65 mamíferos, 20 reptiles, el puma Concolor y el chigüiro son algunas de las especies que pudieron mapearse. En lo que respecta a la flora se conocían 170 tipos y gracias a la expedición se reconocieron 410 entre los que resaltan hongos que favorecerían tratamientos medicinales e investigaciones farmacéuticas.

Para la bióloga Beatriz Toro, directora de la expedición, la visita al parque dejó más que el reconocimiento a la biodiversidad de la zona. “Este trabajo dejó una huella grande sobre todo en el territorio, pues la gente debió abandonarlo y ahora que hay tranquilidad han retornado y se han apropiado de las riquezas que tiene Florencia”.

Según Toro, el proyecto no se enfocó solo en el parque, sino también en la comunidad. “El foco fue resaltar el patrimonio cultural y natural, con la comunidad se hizo reconstrucción de memoria colectiva para que valore lo que hay allí, vaya, lo disfrute, lo conozca y sepa qué tiene que hacer para conservarlo”, comentó.

Junto con Toro, fueron 15 investigadores más entre geólogos, botánicos, entomólogos, microbiólogos, mastozoologos; cinco grupos de investigación y 12 semilleros que se unieron para trabajar arduamente durante un año en este complejo parque de 10 mil hectáreas, con constantes lluvias y terrenos empinados.

La meta de esta expedición no es otra que visibilizar el parque que fue catalogado como zona de conservación en 2005 y que el gobierno nacional ponga sus ojos sobre la región y promueva una gran expedición Bio como ya se ha hecho en otras zonas del país.

Ante la posibilidad de que el PNN Selva de Florencia se abra al público, la bióloga resaltó que se analizará con toda la precaución para que lo que se fomente sea el ecoturismo y no la presencia masiva del hombre.

“Trabajamos con la comunidad de Florencia en un proyecto de ecoturismo. Un trabajo en conjunto entre el parque, la comunidad y la universidad que esperamos tener listo en diciembre para determinar si se puede o no ejecutar”, afirmó.

La expedición que fue liderada por el Centro de Ciencia Francisco José de Caldas es, según, su director Felipe César Londoño, la muestra de lo que permiten hacer los territorios donde ya no hay fronteras. “La gran ganancia de esta investigación es para el conocimiento, que los científicos puedan acceder a territorios vedados les da la posibilidad de revelar en ámbitos internaciones las grandes riquezas naturales de nuestro país”.Los hallazgos de la expedición estarán en exposición en el Centro Cultural Rogelio Salmona de la Universidad de Caldas durante dos semanas.