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La mina de la discordia que dividió a todo un pueblo en Antioquia

La construcción de una mina de cobre a pocos kilómetros del Río Cauca en Jericó, tiene divididos a los 12.000 habitantes de este municipio antioqueño reconocido por su riqueza cultural y por ser cuna de la Santa Madre Laura.

El proyecto minero ha generado un cruce ideológico entre defensores y opositores de la explotación del subsuelo, quienes ‘pelaron el cobre’ en defensa de sus intereses sobre si debe desarrollarse o no el proyecto de minería de cobre Quebradona, que está finalizando su etapa exploratoria y está a la espera de solicitar la licencia ambiental.

La división es clara. La encuesta de Brújula Minera realizada en Jericó por el Centro Nacional de Consultoría en diciembre de 2018, donde indicó que el 68 por ciento de los encuestados no conoce sobre Quebradona (31 por ciento sí lo conoce) y el 26 por ciento tiene una imagen desfavorable de esta mina (el 43 por ciento tiene una imagen favorable).

Lo que sí tienen en común ambos lados, es que reconocen que en Colombia no hay un ejemplo de minería bien hecha en el que se puedan basar. La diferencia es que mientras unos confían en que Quebradona puede ser el primero, otros no quieren arriesgarse y prefieren que el municipio siga con su vocación agrícola y ecoturística.

EL TIEMPO viajó a este municipio y conoció las diversas posturas sobre Quebradona.

Los que están a favor

“Tenemos un presupuesto anual de 12.000 millones de pesos que no alcanza para suplir las necesidades que tiene el municipio. Con el proyecto llegarían más de 30.000 millones de pesos lo que nos haría uno de los municipios más ricos del país”, opina el concejal John Jairo Henao, quien votó en contra, dos veces, el acuerdo -vigente- que prohíbe la minería en Jericó.

Para él, el hecho de que la mina sea subterránea significa que los impactos ambientales serán mitigables y confía en que la empresa cumpla con lo que ha socializado, pues lleva 14 años en el municipio haciendo exploración.

“¿Será que no podemos convivir todos con los proyectos que hay en el municipio? Yo creo que sí, pero el problema es que se ha involucrado mucha gente e incluso que nada que tiene que ver con Jericó. Es que cuando realizan las marchas en contra de la minería y llenan las redes sociales de fotos, lo que no se ve son la cantidad de buses escaleras que llegan de otros municipios. Le puedo asegurar que en una marcha de 400 personas, menos de 50 son jericuanos”, cuestiona el hombre.

¿Será que no podemos convivir todos con los proyectos que hay en el municipio? Yo creo que sí, pero el problema es que se ha involucrado mucha gente e incluso que nada que tiene que ver con Jericó.

El hecho de que en el territorio se estén desarrollando proyectos con Aguacate, grupa y ecoturismo es beneficioso para el desarrollo de la región, pues según el concejal se necesitan buenas fuentes de empleo, las cuales incrementarían con Quebradona.

“Pero parece que eso es lo que le choca a varios, porque se les acaba el jornal (contratación por días o semanas). La mayoría de los pobres de Jericó viven de un jornal, no tienen ni seguridad social”, dice Henao.

Algo que avalan las cifras. Un diagnóstico del Esquema de Ordenamiento Territorial (EOT) de Jericó, realizado por la Universidad Eafit, arrojó datos dramáticos: el 70 por ciento de las veredas del municipio viven con las necesidades básicas insatisfechas y el 90 por ciento de las familias subsisten con menos de un salario mínimo legal vigente.

Argiro Pulgarín asegura por su parte que él es un ejemplo de que la actividad minera no choca con la agrícola. Además de trabajar en la bodega donde llegan las muestras de los minerales, a la par ayuda en la finca cafetera de su familia.

“Perfectamente la minería puede convivir con el turismo, la agricultura y más actividades sin perjudicarse. Se lo digo yo que desde los 10 años fui levantado en el campo recogiendo café y trabajando en fincas ganaderas”, asevera el jericuano.

La construcción de una mina de cobre a pocos kilómetros del Río Cauca en Jericó, tiene divididos a los 12.000 habitantes de este municipio antioqueño.

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JAIVER NIETO ÁLVAREZ / CEET

Quienes están a favor del proyecto, coincidieron en la dificultad hacerle entender a sus pares que la montaña no va a quedar como las imágenes que han visto en otras regiones, donde se ve una minería depredadora y el panorama es una montaña pelada y charcos de lodo en su alrededor.

Sobre este imaginario, el geólogo de AngloGold Ashanti, John Jairo Alfonso, descarta de tajo que una situación así pudiera presentarse en Quebradona.

Su principal argumento, es que en esos lugares de referencia hay principalmente minería de oro, mineral que se puede sacar fácilmente de la superficie y se trabaja en diferentes frentes. Indica el geólogo que para poder sacar mineral en Quebradona hay que trabajar en un lugar enfocado y excavar más de 400 metros con equipos especializados.

“La gente puede estar tranquila porque no vamos a generar con la perforación ninguna inestabilidad en el terreno porque es una roca maciza, no es una arena que se vaya a destruir. Hay 16 impactos identificados y para cada uno hay 14 controles que se analizaron desde la etapa previa”, explica el experto.

Los que están en contra

El alcalde de Jericó, Jorge Andrés Pérez y el obispo del municipio, Noel Antonio Londoño, han sido enfáticos en decirle No a la minería.

También diferentes organizaciones ambientales y sociales, como la Mesa Técnica del Suroeste de Antioquia, cuya postura es que las externalidades positivas del proyecto de minería (regalías, generación de empleo e inversión social) “son considerablemente inferiores a las externalidades negativas, que son: violencia e inseguridad, inviabilidad de proyectos empresariales sostenibles, contaminación del recurso hídrico, afectación a la flora y fauna, surgimiento de mercados negros, prostitución, drogadicción, entre otros”.

Hay 13 municipios del Suroeste que le han dicho No a la minería. Y eso es porque son municipios autosuficientes, con un nivel de desempleo bajo

De otro lado, Fernando Jaramillo, coordinador de la mesa ambiental de Jericó, asegura que la caverna de un kilómetro que se abrirá en la montaña por el proyecto minero, generará daños irreparables con unas 120 millones de toneladas de desechos mineros que quedarán a la orilla del río Cauca.

“Hay 13 municipios del Suroeste que le han dicho No a la minería. Y eso es porque son municipios autosuficientes, con un nivel de desempleo bajo y las condiciones de vida de sus habitantes son dignas y de suficiencia económica”, asegura Jaramillo.

Agrega el vocero ambiental, que la creciente oferta turística y la tradición agropecuaria de Jericó son incompatibles con la actividad minera pues ningún pueblo minero colombiano tiene actividad turística sino por el contrario, son pueblos con historial de violencia.

Sobre los recursos por regalías que trae la industria minera, quienes están en contra aseguran que los pueblos de tradición minera en Antioquia tienen índices de pobreza superiores a los del Suroeste antioqueño.

Una realidad avalada por cifras de la gobernación de Antioquia, sobre Indicadores de calidad de vida, que revelan que en cuanto porcentaje de pobreza según población, municipios mineros como Segovia (41,3%), el Bagre (50,7%), Nechí (68,1%) y Buriticá (70,3%) tienen indicadores superiores de pobreza que Jericó (27,0%), Jardín (24,2%) y Támesis (28,2%).

Los pueblos de tradición minera en Antioquia tienen índices de pobreza superiores a los del Suroeste antioqueño.

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JAIVER NIETO ÁLVAREZ / CEET

Lo que dice la compañía minera

En aproximadamente un mes, AngloGold Ashanti entregará el estudio de impactos ambientales como requisito para obtener la licencia ambiental para comenzar a construir la mina, proceso que tardará unos cuatro años para luego poder operarla por más de dos décadas.

La empresa dio claridad que el depósito de sustancias tóxicas y metales pesados no estará a 1,2 kilómetros del río Cauca sino a 2,4 kilómetros y no habrá impacto alguno sobre este afluente.

El depósito será de arenas secas, lo que facilita su depósito, rehabilitación y revegetalización progresiva desde el inicio mismo de la operación. A futuro, estos materiales podrían ser objeto de un aprovechamiento en otras actividades económicas como la industria de la construcción (agregados-carreteras-concreto)”, informan voceros de la minera.

En aproximadamente un mes, AngloGold Ashanti entregará el estudio de impactos ambientales.

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JAIVER NIETO ÁLVAREZ / CEET

Sobre el cráter de un kilómetro cuadrado (equivalente al área urbana de Jericó), AngloGold respondió que la zona total considerada como hundimiento tiene un tamaño de 72 hectáreas, de los cuales aproximadamente 36 (el 50 por ciento), presentarían el hundimiento visible y de mayor profundidad que se ubica en la parte central.

De igual forma, la empresa aseguró que en el tema de uso de afluentes de la zona “en la etapa de operación usaremos menos del 0,5 por ciento del caudal del río Cauca, (que tiene en promedio un caudal de 760 m3/s), y de ese uso, el 80 por ciento se recirculará optimizando el recurso hídrico. El agua que abastece al municipio de Jericó y sus veredas no se usará en el proyecto”.

David Alejandro Mercado
Enviado especial EL TIEMPO
Jericó, Antioquia