“Al pasar por la ‘Curva del Diablo’, tuvo cuidado de estar a punto de ver o sufrir un accidente, aunque hacía ya mucho tiempo en que había dejado de hablarse de que posiblemente por allí estaba sucediendo algo inaudito, y cuando entonces intentó pensar en lo normal, vio a la novia a un lado del camino. (…) Aceleró lo que pudo, con valor y decisión de hombre experto, y sólo más adelante al alejarse de aquel paraje, volvió a ser casi el mismo con aire nuevo, en una vía tan solitaria donde lo único que existía era su vehículo en huida”.
El fragmento pertenece a La novia, una novela del escritor guajiro Juan Carlos Herrera Movíl, quien en este trabajo presenta la leyenda de la mujer vestida con su traje de bodas aparece y desaparece a los conductores que transitan por la vía que de Barranquilla comunica al municipio de Puerto Colombia.
Herrera comienza la novela mencionando el drama de Manuel Deluque, que despechado llega a una fiesta y conoce a quien será sólo por una noche la mujer de su vida. Lo que él ignora -cuando en medio del viento frío la lleva en su jeep- es que ella es todo menos la vida, y tampoco le pide eso que le abriga que le había prestado, al despedirse y verla entrar feliz a su casa.
La joven se trata nada más y nada menos que de Ángela Guzmán, la mujer más hermosa que dio a luz Barranquilla, quien la mañana siguiente de haberse casado en la iglesia la Inmaculada, cuando se dirigía a su luna de miel tuvo un aparatoso accidente de tránsito en el que solo ella perdió la vida.
La novela es un triunfo del sentimiento. A pesar de los señalamientos de que la muchacha sea el espectro de la carretera, la obra tiene mérito para ser una historias de amor
Desde entonces, muchos conductores de buses que paran en la estación de Puerto Colombia, aseguran a los cuatro vientos que se trata de la misma mujer misteriosa que vestida de matrimonio aparece en las noches a un lado de la carretera que lleva al municipio, haciendo insistentemente señal de que le paren, con lo que ha provocado tantos accidentes fatales que en esos alrededores se ha puesto de moda la muerte.
Manuel Deluque, que es ignorante de eso, la va a buscar de nuevo en la mañana, y la madre de ella le cuenta la verdad de que está muerta. En vista de que no cree que sea cierto, la señora lo lleva donde está la tumba de la muchacha, y se llevan una gran sorpresa al ver que allí al lado está la chaqueta que era de él.
Juan Carlos Herrera ha publicado por su cuenta el libro de cuentos ‘Lo que hizo un colombiano por una visa’ y la novela ‘La bella mujer del narco’.
Siendo un niño le escuchó a su madre la historia del hombre que conoce a una joven en una fiesta, la deja bien en su casa, y cuando va a buscarla al día siguiente lo atiende la madre y lo lleva a su tumba donde está la prueba física de que eso pasó.
Cuando estudiaba el bachillerato en Barranquilla, escuchó a un amigo algo diferente, como era lo de la leyenda de la novia de Puerto Colombia. Años más tarde, cuando leyó una crónica donde se culpaba a una joven de 17 años llamada Blanca Rosa Vilar Villamizar, fallecida en la vida real un 5 de febrero de 1983, de que posiblemente podía ser la verdadera difunta que provocaba eso, se sintió en serio conmovido por dentro.
Entonces pensó que con la historia que le había contado su madre, mezclaría una mejor donde la diferenciaría del fantasma temible y le haría justicia eterna.
Redacción Caribe
Especial para EL TIEMPO
Barranquilla
