Inicio Colombia La Olinguito que regresó a las montañas antioqueñas

La Olinguito que regresó a las montañas antioqueñas

El clima no ayudaba en el recorrido para lograr que un olinguito hembra, un animal apenas descubierto en el 2013 en Colombia, volviera a sentir la selva bajo sus garras.

La lluvia, el frío y el pantano arreciaban sobre el grupo interdisciplinario de profesionales que tuvo como misión, por dos temporadas, velar por la seguridad, la salud y el desarrollo de este mamífero.

El pasado martes, ese tiempo de esfuerzo tuvo su prueba máxima. Este animal, apenas con días de nacido, llegó a manos de Corantioquia cuando campesinos del municipio de Salgar, también en el suroeste de Antioquia, cortaron un árbol y de este salió la madre huyendo dejando atrás a su cría.

Los labriegos, pensando que esta moriría sin el cuidado de su mamá, lo entregaron a la entidad ambiental.

Desde ese momento se sumaron para su recuperación la Universidad CES y el Área Metropolitana, cada uno aportando sus conocimientos en diferentes disciplinas, entre ellas la veterinaria.

La olinguito estuvo durante un mes en una jaula de paso, donde comenzó su adaptación al bosque. 

Foto:

Guillermo Ossa / EL TIEMPO

A este proceso se sumó la fundación Colibrí, la administradora de la reserva natural La Mesenia – Paramillo, ubicada en el municipio antioqueño de Jardín, sitio donde la olinguito regresaría a la selva.

“Es un lugar con una biodiversidad tremenda, hemos encontrado muchísimas nuevas especies en varios géneros y ahora estamos en un proceso de colaboración con Corantioquia donde estamos liberando animales que han sido confiscados y traerlos a su hábitat natural”, explicó Luis Mazariegos, director ejecutivo de esta fundación.
Fue precisamente en esta reserva donde se construyó una jaula que ha servido para ‘aclimatar’ el animal al entorno y donde la olinguito fue traída hace aproximadamente un mes.

Al animal se le instaló un dispositivo de telemetría que permite localizar su ubicación en la selva. 

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Guillermo Ossa / EL TIEMPO

En este proceso también comenzó una transición en su dieta.  “Empezamos a suplementarle la alimentación con frutos del bosque, cuando ya comenzó a consumirlos había un avance y podíamos hacer la liberación”, contó Natalia Góngora, bióloga del convenio entre el CES, Corantioquia y Área Metropolitana.

Este tipo de procedimiento, en el que hay una adaptación previa del animal al ambiente donde habitará, se conoce como liberación blanda.

Vive en su ambiente para adecuarse pero en un encerramiento controlado.
Hay otro tipo conocido como liberación dura, en la que no hay acostumbramiento de la especie, sino que sale de la jaula inmediatamente al ambiente.

Luego de estar cerca de un mes en este espacio controlado, las biólogas capturaron al animal para, posteriormente, trasladarlo a un guacal.

De ahí al sitio de liberación hay un recorrido de 45 minutos cuesta arriba, en zona selvática de la Mesenia. El camino no es fácil, el terrero es pantanoso y resbaladizo, además los equipos de registro son pesados, lo que retrasa la marcha del grupo.

Hace 35 años no se descubría un carnivoro en América. 

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Guillermo Ossa / EL TIEMPO

Ya en el punto de liberación, el equipo interdisciplinario determinó que lugar es el adecuado para que la olinguito pueda salir sin ningún problema.

La opción fue poner el guacal en la rama de un árbol que se encuentra en forma de rampa al dos el del bosque, lo que le facilitaría al animal su salida.

Se instalaron las cámaras trampa que servirán para monitorear a la olinguito.
El grupo esperó el momento en que la bióloga Natalia Góngora abriera la puerta de la jaula, las cámaras estaban listas y por un momento todo era silencio.

Apenas la profesional abrió la puerta, el olinguito salió a una velocidad tremenda y llegó sin problema a la cima de la selva, desde allí observó, quizás un poco desconcertada, lo que ahora es su nuevo hogar.

A la zona de liberación solo se accede en vehículos todoterreno. 

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Guillermo Ossa / EL TIEMPO

Ahora ella tendrá que valerse por sí misma, deberá encontrar su alimento, resguardo y protección frente a los depredadores naturales del bosque.  También, hallar pareja y seguir el curso natural de la vida y perpetuación de la especie.

Equipo de telemetría

Por primera vez será instalado un dispositivo de monitoreo por telemetría en un olinguito. Al animal le fue puesto un transmisor que emite una señal y es captada por una antena bidireccional que envía una señal a un receptor que capta la frecuencia.

Al salir del guacal la olinguito se posó en el dosel del bosque. 

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Guillermo Ossa / EL TIEMPO

Con este instrumento, el equipo de profesionales puede escuchar la señal y establecer la ubicación de la olinguito en el bosque.

“Hace aproximadamente unos 15 días antes de la liberación le instalamos el transmisor, un proceso que se realiza bajo sedación, este va en un chaleco que fue hecho con materiales que no afectan al animal”, indicó la veterinaria Meliza Penagos.

Añadió que este chaleco, por las condiciones ambientales, se destruirá en tres meses y el transmisor será recuperado para reutilizarlo y seguir los estudios sobre las costumbres y hábitos de las especies.

GUILLERMO OSSA
Fotoperiodista de EL TIEMPO
En Instagram: @guillermoossa