Inicio Colombia La productora ‘hecha en Chocó’ que busca impulsar el talento local

La productora ‘hecha en Chocó’ que busca impulsar el talento local

Una cámara, una película fotográfica y una playa con palmeras. Ese es el tatuaje que tiene Leison Hachito Gamboa en la pantorrilla derecha y que lleva tres años sobre su piel representando un sueño. Quibdó, capital del departamento de Chocó, no tiene esa playa que solemos imaginar, de mar celeste y palmeras que descansan sobre arenas blancas, pero, aunque está a más de 68 kilómetros de la orilla del Pacífico, tiene otras orillas: las riberas del Atrato que desemboca, hacia el norte, frente a Turbo.

Quibdó tiene riqueza cultural, sonrisas que tocan el corazón e iniciativas que sobrepasan cualquier barrera. El color de la arena del Atrato es irrelevante; para Leison, en su ciudad no faltan los granitos necesarios para resaltar todo lo bueno que hay allí. Según dice él, allí no falta aquello que es suficiente para construir un universo de nuevas posibilidades: granitos de arena.

Faltan otras cosas. «Acá tenemos un problema y es que todos somos desempleados», me dice alzando la voz mientras frenamos frente a un semáforo. Estamos rodeados de motos y, también sobre una -él la conduce-, yo voy como pasajera. En ese momento cuenta que la única forma de conseguir empleo en Quibdó es por recomendación de algún amigo o conocido. Cifras del Dane respaldan esa percepción: entre julio y septiembre de este año, la tasa de desempleo en el municipio aumentó 4,5 con respecto al mismo periodo del año pasado. De toda la población ocupada en Quibdó, el 87 por ciento vive de la informalidad. El granito de arena de Leison frente a ese contexto social fue crear un grupo de amigos que pudiera apoyarse, expandirse por la ciudad, crear un mundo nuevo de oportunidades laborales y artísticas: la productora Made In Chocó.

El colectivo se dedica a producir eventos y crear contenidos audiovisuales para músicos, artistas, campañas públicas y eventos privados. Chocó es su principal foco de trabajo y su fuente de inspiración; tanto así que más de 20 agrupaciones y artistas cargan con su ‘bandera’: orquestas de música tradicional del Pacífico como Bambazulú, artistas urbanos de Quibdó como Santuplex y J Black, grupos de bailarines como los Black Boys Chocó y productoras musicales del departamento como Galaxia Enterprise (que ha producido éxitos de la región Pacífica como Choclo Pataclos). Todos ellos son representantes y parte de la producción de este colectivo que, en últimas, también busca mostrar el talento humano que hay en el departamento.

«Quiero que el arte proteja y blinde a los jóvenes», dice Leison sobre ‘Made In Chocó’, «para que en las zonas donde ellos están sean siempre mirados como jóvenes que luchan por sus sueños, que hacen la diferencia». Sucede esto: la falta de oportunidades hace que muchos jóvenes de Quibdó se unan a bandas criminales para empezar a tener ingresos, me cuenta. El crimen afecta la calidad de vida; el 52 por ciento de los quibdoseños se sienten inseguros en la ciudad, según la más reciente encuesta ‘Quibdó Cómo Vamos’.

El crimen afecta la calidad de vida; el 52 por ciento de los quibdoseños se sienten inseguros en la ciudad.

Foto:

Maru Lombardo / EL TIEMPO

‘Made In Chocó’ funciona principalmente en la casa de Leison. Su centro de operaciones es un cuarto en cuyas paredes de madera hay discos, afiches, carteles, entradas a conciertos, medallas, diplomas... La trayectoria de ‘Made In Chocó’, aunque joven (fue fundada oficialmente hace tres años), es sólida. Tan sólida que a principios de este año recibió un India Catalina por ser uno de los colectivos productores partícipes del documental ‘De donde vengo yo’, en el cual aparece Carlos ‘Tostao’ Valencia, uno de los integrantes de ChocQuibTown.

Además, Leison acaba de ser reconocido con un premio Simón Bolívar por su participación como productor de campo en la crónica televisiva Andagoya: La fiesta del fútbol. Aunque no tiene en su oficina el India Catalina que tanto lo enorgullece, él les tiene mucha estima a sus herramientas de trabajo: trípodes, un par de cámaras y un computador portátil cuyo teclado falla con frecuencia. De una caja saca una cámara Canon T3i. -Esta es con la que empecé -dice-; la usé para grabar el primer video pa’ Made In Chocó. Y, por la sonrisa con la que Leison describe su proyecto de vida, no parecería raro que su tatuaje, que dice ‘Made In Chocó’ sobre la arena de la playa, realmente le hubiera brotado de la piel.

Quiero que el arte proteja y blinde a los jóvenes para que en las zonas donde ellos están sean siempre mirados como jóvenes que luchan por sus sueños y que hacen la diferencia

La apuesta por lo urbano

La idea de ‘Made In Chocó’ surgió hace cinco años, cuando Leison y el cantante Dimax Love Melody entendieron que en Quibdó no había espacios suficientes para que músicos, pintores, cuenteros, realizadores audiovisuales y artistas en general expusieran sus obras al público y pudieran vivir de ellas. Leison había sido locutor de radio en varias emisoras de la ciudad, lo que le permitió acercarse a Dimax y entablar una amistad con él.

La experiencia del músico, que para ese momento ya se presentaba en conciertos fuera de la ciudad y había lanzado álbumes propios, les hizo llegar a la conclusión de que ellos debían suplir esa necesidad en el departamento. «Un día, cuando Dimax viajó a México, vio un cartel que decía ‘Welcome, Made In México’ y me dijo ‘Manito, esto es, acá está nuestro proyecto’.

Desde un cuarto de paredes de madera que está lleno de discos, afiches y carteles, Leison Hachito Gamboa edita los videos de ‘Made In Chocó’.

Foto:

Maru Lombardo / EL TIEMPO

«‘Made In Chocó’ es una marca que parece universal y que se centra en lo nuestro, en Chocó», cuenta Leison. Hoy es el representante legal de la productora. Hay meses en los que él no tiene dinero suficiente «ni para comprar un pasaje de bus». Leison explica que el colectivo se sostiene porque tiene un portafolio de servicios para instituciones y quien quiera puede contratarlos. Sus más de 20 participantes (número que siempre va en crecimiento) han trabajado en el área de comunicaciones de la Alcaldía de Quibdó, en la Gobernación de Chocó y en otras entidades de la región.

Si no está ocupado pensando en producir un documental o un gran evento musical, Leison se encarga de organizar actividades para los jóvenes de Quibdó, como los de la zona norte de la ciudad, que sufren de estigmatización por la presencia de bandas criminales. Por ejemplo, La Cumbancha, un estadero en el barrio San Vicente, es uno de los aliados más frecuentes de ‘Made In Chocó’ para presentar las improvisaciones de J Black y los pasos inimitables de los jóvenes que integran el Black Boys Chocó, uno de los grupos de baile urbano más consolidados de la capital chocoana. Mientras se presentan esas oportunidades, el arte continúa surgiendo.

«Made In Chocó la casa, flow y melaza. Oiga lo que pasa mi pana, estamos metiéndole duro y vamos por fama, estamos buscando duro y estamos metiendo flama», improvisa Winston Perea Hinestroza, de 30 años, músico y productor, mientras su voz resuena dentro de su estudio-habitación. Rapea sobre una pista que grabó con Dimax, llamada ‘Ejércitos sin Esperanza’ (que está en Spotify).

«‘Made In Chocó’ es como una ventana para que lo miren en la calle. Siempre han estado firmes en nuestros proyectos», dice Winston. Otro de los directores que trabaja con el colectivo, Jhon Vanegas, dice que el enfoque que suele tener la productora hacia el muralismo, los eventos de hip hop, rap, trap y reguetón han sido una manera de darle voz y voto a la juventud que se comunica con esos ritmos.

«Géneros como la chirimía ya están establecidos, y, si bien tenemos propuestas que trabajan con música más tradicional, también es cierto que esa no le habla a todo el mundo», me explica. «Obtener un clarinete o una requinta no es fácil, así que para ser músico tus papás tienen que apoyarte y mandarte a clases para que sepas tocar», añade Leison.

«Con el rap, el trap, con lo urbano puedes descargar una pista y empezar a improvisar; la producción de bajo presupuesto es la clave ahí», agrega. Todo se puede hacer con ‘lo urbano’. Todo es realizable, posible. Como dice el mismo Leison: «Roma no se construyó en un solo día, y nosotros no creemos que sea necesario que todo nos llegue de una sola vez. Las oportunidades son lo que marca la diferencia».

MARU LOMBARDO*
​Periodista EL TIEMPO
Twitter: @puntoyseacabo

*Apoyado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y ACDI / VOCA