Inicio Colombia La universidad CES, de Medellín, prohibió el plástico de un solo uso

La universidad CES, de Medellín, prohibió el plástico de un solo uso

En la Universidad CES brillan por su ausencia pitillos, botellas, vasos y mezcladores de plástico. Ahora, los estudiantes y empleados toman sus bebidas en botellas de vidrio y en las cafeterías ofrecen alternativas novedosas: envases que, a primera vista, parecen de un plástico corriente, están hechos en realidad de materiales orgánicos que se desintegran en 180 días.

Tatiana Molina, jefe de Sostenibilidad de la Universidad, cuenta que desde 2016 se trazaron la meta de ser un espacio más amigable con el medioambiente. Pero, agrega, esto no solo involucra lo ambiental, sino también lo social y económico.

“Pensamos en cómo nos estábamos relacionando con nuestro entorno, pues inevitablemente emitimos contaminación. También es un tema social, de enseñar a los estudiantes para que ellos repliquen las buenas prácticas en sus casas. Y, además, tiene un contenido económico: si no generamos plástico nos ahorramos costos en la recolección de residuos”, explica.

Precisamente, una de las problemáticas que detectaron fue que todos los plásticos de un solo uso utilizados en el campus, como pitillos, vasos y platos, iban a parar a un botadero a cielo abierto.

También es un tema social, de enseñar a los estudiantes para que ellos repliquen las buenas prácticas en sus casas

La Universidad revela un dato aterrador: una sola de las máquinas de café instalada utilizaba 100.000 vasos plásticos al año.

Molina dice que las principales universidades del departamento les han pedido los lineamientos que utilizaron para lograr la meta: “De eso se trata, de que se convierta en una bola de nieve muy positiva que vaya aportando a la sociedad”.

La eliminación del plástico se hizo primero con los proveedores del colegio. Estos, acostumbrados a ofrecer sus productos en plásticos, se mostraron algo reacios al comienzo. Pero, una vez entendieron el significado de la propuesta, buscaron alternativas para envolver sus mercancías. Fueron en total tres meses de sensibilización y trabajo en conjunto para reemplazar los viejos empaques.
Uno de los casos emblemáticos fue el cambio que se tuvo que hacer en una máquina que dispensa jugo de naranja.

Esta vertía el líquido en un recipiente plástico que tenía unas características especiales. La idea no era negociable: había que sustituirlo como fuera. No fue fácil, tardaron seis meses investigando qué materiales podían utilizar y que pudieran suplir al plástico. Al final dieron con un nuevo recipiente hecho de materiales orgánicos y biodegradables.

La gran ventaja de estos nuevos envoltorios se ve luego de utilizados: son recolectados por la universidad y van a un compostaje, en donde se degradan y se convierten en abono para los jardines del centro educativo.

“En comparación, estos nuevos recipientes son más costosos, pero si miramos toda la cadena nos damos cuenta de que terminan siendo más económicos pues no tenemos que pagar para que se los lleven y benefician nuestros jardines”, resalta Molina.

Piedad Roldán, decana de Ciencias de la Nutrición, destaca que la cafetería que está a cargo de su facultad se sumó a la iniciativa de cero plásticos. “Los almuerzos los ofrecemos en vidrio, en vajilla. Si alguien lo quiere para llevar lo puede empacar en sus propias cocas. Si no, le ofrecemos los empaques biodegradables y le cobramos 1.200 o 2.000 pesos más”, explica Roldán.

Para Molina, los estudiantes son quienes han tomado la idea de cero plástico con más entusiasmo. Andrés Bejarano, de medicina, dice que la cantidad de plástico que se bota en las universidades es muy grande, “por eso es bueno que comiencen con esto para que los demás se sumen”.

MIGUEL OSORIO MONTOYA
Para EL TIEMPO
Medellín