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La vida, la autoestima y los valores colectivos

«La vida es un juego en el que muchas veces se gana y no menos veces se pierde, pero la expectativa hace la experiencia más interesante. La escasez y la abundancia son solo circunstancias de ese juego indefinible llamado existencia. Por eso nada debe frustrar o condicionar el deseo de seguir jugando. Juégala y hazlo de la mejor manera. Eso me enseñó mi padre».

 Le aseveró a su hijo en medio de la nostalgia que sentía al perder una oportunidad de ascenso en el trabajo.

Al notar su silencio, prosiguió: “No es fácil callar si te dominan tus emociones, pero es de brillantes apagar la luz cuando la gente no puede tolerar el brillo. Si enciendes la luz en medio de la oscuridad solo vas a encandilar. Pero si la lámpara que está en ti alumbra poco a poco, todos podrán disfrutarla. Tu palabra es luz, no derroches la energía si no es necesario».

«Pero no pongas la lámpara debajo de la mesa si el lugar está completamente oscuro. La vida es una aventura que tiene mucho vértigo, acción, drama, pasión, locura y expectación. Te da la oportunidad de ser el protagonista de tu historia. Eso es sencillamente un espectáculo digno de no perderse. Tal vez no puedas cambiar el guion, pero lo interesante es descubrir qué pasará en cada capítulo de esta sublime obra que se titula con tu nombre y que presenta cada episodio en ese período de tiempo que se llama día”.

Lo esencial es mucho más que lo necesario o lo vital. Lo esencial no se satisface con el placer o el gusto. Lo esencial trasciende las esferas de lo cognitivo. Cada tristeza es una oportunidad para que brille la felicidad. No se conoce la alegría si no se ha experimentado alguna vez el dolor. Cada despertar tiene sentido porque la vida es una experiencia irrepetible.

La dificultad, más que paralizarte, debe ser el combustible que propicie tu mayor rendimiento y acelere el desarrollo de toda tu capacidad. Ante la adversidad, procura generar el incendio que reduzca a cenizas la apatía que produce la decepción. Allí está la verdadera definición de la autoestima: No somos lo que dicen de nosotros, somos lo que decidimos ser. Si lo crees, es posible y si es posible no es difícil de creer.

Lo único realmente cierto y verdadero no es lo que creemos, sino lo que existe

El miedo siente pánico cuando un valiente es capaz de vencer sus propios temores.
La victoria inicia cuando descubres que el terror existe sólo en tu imaginación, como respuesta a algo que te sorprende. Nada que te intimide es superior a tu capacidad: Solo necesitas demostrártelo a ti mismo y lo demás es historia. Busca la fuerza que está en tu corazón y dejarás atrás lo que impide tu conquista.

La verdad, no es percepción, concepto, posición, el criterio personal basado en la opinión o el juicio de un actor. Es el conocimiento real, certero e inequívoco de un hecho, una cosa o creencia. Lo único realmente cierto y verdadero no es lo que creemos, sino lo que existe. Y si existes, debes creer en ti porque eres cierto.

Lo que realmente explica la conducta, son las convicciones. Si te sorprendes por las decisiones de otros, simplemente no los conocías lo suficiente. Porque ni ellos mismos se conocen.

Cada experiencia siempre dejará un legado: Aprender a aceptar y tolerar a los demás aunque no compartas su manera de actuar. Allí está la esencia de los valores colectivos y la clave del juego de la vida. Así será más fácil ganar que perder.

Julio César Henríquez Toro
Abogado y catedrático
Email: [email protected]
@JulioCesarHT
Especial para EL TIEMPO
BARRANQUILLA​