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Las confesiones del primer alcalde abiertamente gay de Colombia

El primero de enero del 2016, el médico Julián Bedoya llegó a uno de los barrios más humildes de Toro, un municipio del norte del Valle de Cauca, para que le colocaran su banda como alcalde de este pueblo, como lo hicieron otros 1.101 políticos del país ese día.

La posesión en el cargo de este hombre era especial, pues era la primera persona abiertamente gay elegida como alcalde en Colombia, con el aval del Centro Democrático (CD). En su juventud, Bedoya quiso ser sacerdote e incluso acompañó misiones de la Iglesia católica a lugares vulnerables del país, luego estudió Medicina en la Universidad Pontificia Bolivariana, en Medellín, y trabajó para dar el salto a la política.

A punto de completar su mandato, cuenta que considera que para el CD fue uno de los “patos más chiquito”, pues piensa que quizá su condición sexual no es tolerada por algunos de los dirigentes de esta colectividad.

¿Cómo es gobernar en un país donde hay tanta homofobia?

Uno tiene que ser claro y tener los pantalones muy bien amarrados cuando está ejerciendo el liderazgo de un territorio. En la misma función pública, con sus propios compañeros o en el ambiente político en el que uno se mueve, siempre habrá estigma ante una persona que promulga una identidad de género distinta.

Si uno da un buen ejemplo no hay nada que le puedan señalar frente a su condición sexual. Además, se debe realizar un trabajo impecable y sin corrupción, en el cual se demuestre que se presta un servicio diferente y alternativo a lo que estamos acostumbrados a ver.

Estamos en este escenario porque hemos sido coherentes entre lo que hemos dicho y hemos hecho. No hemos dado mal ejemplo ni nada de qué hablar, también tengo carácter para afrontar los momentos cuando me he sentido atacado o discriminado, siempre he reclamado.

Se nota cierto tinte de que no hay que mostrarme mucho porque no sienten que los represente

¿Cómo es su relación con el CD?

Soy sincero, tengo un acercamiento con Álvaro Uribe, me he sentido acogido, pues soy el único alcalde del CD en el Valle. La comunicación con él ha sido cercana y directa.

Con el partido no he sentido el acompañamiento. Seguramente para el CD la alcaldía en mi municipio no es tan significativa y para los políticos no es llamativo tener una relación con un alcalde que piensa diferente y con una inclinación sexual diversa, cosa que algunos del CD no toleran.

Yo soy uno de los patitos más chiquitos que tiene el CD; sin embargo, me siento muy cómodo en el partido, pues no estoy para caerle bien a todos. Los partidos demócratas deben aceptarme como soy.

Se nota cierto tinte de que no hay que mostrarme mucho porque no sienten que los represente, es un sentimiento que tengo. Si yo soy un papá orgulloso de mi hijo, pues yo lo muestro todo el tiempo, yo no he sentido ese cariño y afecto del partido sobre lo que he hecho.

El CD fue quien armó polémica con la llamada ‘ideología de género’, ¿qué piensa de todo lo que ocurrió?

Son enfoques que honestamente son distorsionados, cuando uno hace una reflexión del homosexualismo desde la concepción teológica no cuadra por ningún lado, no habrá respuestas. Hay que basarnos en el amor como la única esperanza para que las comunidades de pensamientos diversos y las comunidades LGBTI ocupen un espacio en esta reflexión.

Pienso que algunos congresistas de mi partido tienen un pensamiento muy teológico. Yo soy muy católico, pero tengo un pensamiento distinto y mi reflexión la hago desde el humanismo, yo refutó a esos senadores, no existe un manual para enseñar a ser gay, a nadie le enseñan a ser gay. A uno no le dan una cartilla para aprender a ser gay.

No existe un manual para enseñar a ser gay, a nadie le enseñan a ser gay

Esto es una opción de vida, en la cual si respetamos cada espacio, somos capaces de tener una sana convivencia. Algunos congresistas se rasgan las vestiduras cuando se habla de estos contextos porque todavía tiene ese concepto de las familias papá, mamá e hijos y no han aterrizado a la realidad colombiana, donde hay mujeres solteras que trabajan para sacar adelante a sus hijos por culpa de una parranda de padres irresponsables, pero es una familia.

Los congresistas también argumentan respecto a las violaciones, pero yo les digo que la mayoría de abusos en el país contra los niños no son de homosexuales, son de heterosexuales.

Se nos deben brindar garantías en derechos, no se nos debe estigmatizar y que los congresistas, aun de mi propio partido, comiencen a pensar mucho más desde la filosofía humanista, la cual simplemente ve personas y no sexos.

¿Cómo fue la transición entre querer ser sacerdote, luego médico y ahora alcalde?

Se tiene una columna vertebral que es el servicio. Tuve vocación ante la vida consagrada misionera, de trabajo en tierras lejanas, soñando con ayudar a comunidades vulnerables. Decidí luego estudiar Medicina para hacer más tangible el servicio, como médico presté mis servicios, pero tras ser gerente del hospital de Toro vi que un administrador puede salvar más vidas.

Pensé que como alcalde tenía un rol más amplio para seguir con mi vocación de servicio, para poder ayudar. Nunca me ha encandelillado el poder, no tengo fiebre por eso, pero sé que en el país hay que ocupar cargos importantes de alta dirección para tener una incidencia clara en lo que se tiene como propuesta para un territorio.

¿Qué piensa del caso en Medellín cuando un hombre bajó la bandera LGBTI que se izaba?

Esto refleja una connotación irracional absoluta. Son personas que no van al ritmo de lo que pasa en el mundo y se quedaron refundidas en los machismo más recónditos donde seguramente en sus vidas nunca habrá una aceptación de la diversidad.

Estas personas conflictúan a la sociedad porque generan unas aberraciones contra quienes tienen pensamientos diferentes. Yo quiero mucho a la cultura paisa, pues viví 12 años en Antioquia, pero cuando uno ve ese escenario tan burdo uno no puede creer que un departamento tan generoso y solidario haya personas tan intolerantes.

Nadie está buscando que el homosexualismo se implemente como una moda, lo que pasa es que hoy ya hay un respeto por la diferencia. Antioquia no es un color blanco y verde, Antioquia es un sin número de colores que habitan en este territorio y por un día que se cambie del asta el color de la bandera, no significa que van a dejar de ser antioqueños, allá también hay gais, y esos gais también son paisas con los mismos derechos que un heterosexual.

¿Qué opina de Claudia López, candidata a la alcaldía en Bogotá?

Claudia López es una luchadora por la reivindicación de los derechos de la comunidad LGBTI. Es una mujer que inspira amores y odios, no hay un término medio. Tengo muchos puntos de encuentro con ella, cabalgamos en un mismo trasegar con partidos diferentes, pero queremos un país que siga progresando en medio de la diferencia.

Si llega a ser elegida, ella tiene muy claro en qué sectores debe trabajar. Bogotá es una ciudad cosmopolita, tenemos desde los más aceptados hasta los más verticales que se niegan a aceptar una cosa que sea diferente al pensamiento conservador. Su reto es tratar que las obras o programas que va a implementar junten a la ciudad, pues de lo contario los bogotanos nunca van a estar conformes con su mandatario.

¿Cómo fue gobernar a Toro?

No ha sido fácil. Cuando uno es nuevo en la política se quiere que todo el mundo le apruebe lo que se hace. Fue una mala praxis, al principio, querer darles gusto a todos, no se logra y lo hace sufrir a uno no corresponder con la confianza.

Se debe ser consciente de que hay oposición. Vienen las críticas, pero cuando se cristalizan los proyectos, las personas agradecen las cosas que se han hecho, lo visionario.

Esa oposición, incluso, ha sido irrespetuosa conmigo y el único argumento que han tenido en mi contra es la condición sexual, llegando al punto de usar frases discriminatorias y, incluso, en estas elecciones hay un candidato que en un jingle tiene contenido homofóbico. “Ese si es un varón y no es un chiste”, dice la propaganda.

¿Qué hizo por la comunidad LGBTI?

Yo goberné para todo el mundo. Durante este tiempo hubo un liderazgo que no solo se quedó en el municipio sino que trascendió en otros escenarios del país. Luché por la reivindicación de derechos y visibilizar a la comunidad. Hemos buscado espacios de participación para que sientan que los hemos incluido, así están presentes en las actividades que se promueven durante el año.

Se ha fortalecido el trabajo para promover el respeto por la comunidad y la participación en diferentes contextos de la que se hace en el municipio, incluso buscamos abrir espacios para la educación superior de manera gratuita.

He participado en escenarios nacionales con Caribe Afirmativo y a nivel internacional estuve en Estados Unidos, representado el trabajo de Colombia por el respeto por la vida, por los LGBTI, aunque queda mucho camino para que se cumplan de la mejor manera.

¿Qué le deja a Toro?

Cuando recibí el municipio lo encontré descolorido, sin esperanza y desorganizado administrativamente. Ahora, aunque no dejo un pueblo perfecto, sí queda en una rueda de progreso. En la parte de urbanismo realizamos el proyecto más grande en los últimos 50 años, se trata de un bulevar para el arte y la cultura, también hicimos una sala de cine que es administrada directamente por el Estado, la primera del país, y la reestructuración completa del parque principal.

Entre otras cosas, dejamos a instituciones anexas al municipio con estabilidad, como es el caso del hospital, el cual estaba con riesgo fiscal alto e intervenido, ahora quedó saneado y con mejor atención para los pacientes, sin ningún tipo de deudas.

Le estamos dando un ejemplo al país de que fui un alcalde abiertamente gay y puedo decir que vale la pena elegir personas con una condición sexual diversa, no solo se trabajó por la comunicada LGBTI sino por los niños, por las madres, por los ancianos, por todos, esto es una garantía para que en el país se elijan personas sin prejuicios.

¿Qué viene para su futuro?

Lo primero es terminar la maestría en Gestión Pública y Gobierno en la Universidad Javeriana. Pretendo hacer un buen empalme con el alcalde que me reciba y cerrar este capítulo. Me gustaría trabajar en el Gobierno Nacional de Iván Duque, desde el escenario que me pongan, aunque me gustaría en la salud, que es lo que manejo. Estoy a la expectativa, con miras al 2021 para hacer campaña para el Congreso de la República.

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