El pasado miércoles, minutos después de que un juez confirmara la medida de aseguramiento en un centro carcelario contra Germán Restrepo Quintero, se produjo el fallecimiento de este supuesto sacerdote líder de la iglesia Jesús de la Buena Esperanza en Cúcuta (Norte de Santander), quien era procesado tras ser acusado del presunto abuso sexual de varias niñas de la comunidad feligrés.
Al término de la audiencia, el aparente cura se desplomó en los pasillos del Palacio de Justicia y fue remitido de inmediato a la Clínica Santa Ana de la capital nortesantandereana.
Según el parte médico, el sindicado habría muerto tras presentar un paro cardiorespiratorio.
«A las 3:15 de la tarde se le declara la muerte al paciente (…) no se le observa alguna patología que señale que tiene un daño externo. Hizo una parada cardíaca, no sabemos qué tiempo de evolución ni de duración tenía«, indicó Javier Granados, jefe de urgencias de la clínica.
En la acusación, Germán Restrepo Quintero, quien es miembro de una congregación ortodoxa – católica, era señalado de utilizar una bebida que era llamada ‘agua de vida’, la cual era ingerida por las menores que buscaban ingresar a un semillero de la iglesia. Con el líquido, al parecer, las drogaba y posteriormente abusaba sexualmente de ellas.
Una de las víctimas, familiar de una benefactora del templo, que se encuentra en el sector de Boconó de esa capital, habría instaurado la denuncia ante la Fiscalía General de la Nación.
Tras conocerse las acusaciones que dieron paso a la investigación, la Diócesis de Cúcuta señaló que Restrepo Quintero nunca había pertenecido a la Iglesia Católica.
“Él no hace parte de la estructura de la Iglesia Católica Colombiana. Si bien se presenta como sacerdote, él hace parte de una congregación distinta”, afirmó en ese entonces el vicario general de la Diócesis, Israel Bravo Cortés.
CÚCUTA
