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Llamado a empoderar a las mujeres para decidir cuándo tener hijos

En las próximas décadas, el poder de decidir el número de hijos y cuándo tenerlos podría impulsar el progreso económico y social en todo el mundo.

Así lo asegura un informe publicado este miércoles por el Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA.

Para el organismo internacional, el reto de Latinoamerica es aún mayor debido a que ningún país de la región puede afirmar que todos sus grupos de población disfrutan de esos derechos porque la mayoría de las parejas no pueden tener el número de hijos que desean debido a carecen de los medios para controlar los embarazos o del apoyo económico y social necesario para mantener el tamaño de su familia ideal.

El informe traza la capacidad de los estados para garantizar que las personas tengan todas las posibilidades de decidir

El informe denominado El Poder de Decidir: Derechos Reproductivos y Transición Demográfica, tiene como base el análisis de 12 países de América Latina, que representan el 85 por ciento de la población de la región, y señala que, aunque en esos territorios las tasas de fecundidad oscilan entre 1,8 y 2,5 nacimientos por mujer, la mayoría de ellos siguen enfrentando dificultades para proporcionar servicios de educación y salud de calidad, incluyendo salud reproductiva a todos los sectores de la población.

“El informe traza la capacidad de los estados para garantizar que las personas tengan todas las posibilidades de decidir, porque quien decide sobre su planificación familiar tiene una mayor oportunidad para desarrollar todos sus potenciales sociales, económicos y productivos”, comenta Martha Lucía Rubio Mendoza, representante auxiliar y oficial encargada de UNFPA en Colombia.

Aunque las tasas de fecundidad oscilan entre 1,8 y 2,5 nacimientos por mujer, la mayoría de estos territorios presentan dificultades para proporcionar servicios de educación y salud de calidad. 

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Archivo Particular

Para el caso colombiano, el organismo concluye que, debido a que en el país la fecundidad no se comporta de manera homogénea por diferentes factores, es imperante para el proceso de abolición de las brechas de desigualdad identificar cuál es realmente el poder de decisión de las personas en el ejercicio de sus derechos sexuales.

Según datos de la última Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS), el 83,5 por ciento de las mujeres colombianas entre los 13 y 49 años afirmaron que les ha hecho falta información sobre educación sexual a lo largo de sus vidas.

“Una mujer que tiene la posibilidad de evitar o retrasar el embarazo, o dispone de acceso a información sobre métodos anticonceptivos, puede incorporarse a la fuerza de trabajo remunerada o tener la oportunidad de estudiar”, explica Rubio.

Si se queda en el escenario contrario -sin capacidad de decidir cuándo empezar su vida reproductiva- «puede ver truncada la oportunidad de estudiar y de vincularse a un empleo estable, lo cual impacta profundamente a sus familias y prolonga círculos de pobreza”.

Y es que aunque la norma vigente en el país sobre anticoncepción para hombres y mujeres -establecida en la Resolución 769 de 2008- indica la “obligatoriedad de los servicios de salud de ofrecer información sobre anticoncepción, suministrar el método anticonceptivo que más se ajuste a las necesidades para que las personas puedan ejercer el derecho a decidir libre y responsablemente si quieren o no tener hijos”, dichas medidas parecieran no estar funcionando como deberían.

Una mujer que tiene la posibilidad de evitar o retrasar el embarazo, o dispone de acceso a información sobre métodos anticonceptivos puede incorporarse en fuerza de trabajo remunerada

De acuerdo con datos de Profamilia, el 17, 4 por ciento de las mujeres colombianas entre 15 y 19 años, ya son madres o han estado alguna vez embarazadas. La situación es aún más crítica si se tiene en cuenta que el 66 por ciento de las mamás adolescentes confesó que no querían tener hijos en esta etapa de sus vidas.

Maria Antonieta Alcalde, directora de Advocacy de la Federación Internacional de Planificación Familiar para el Hemisferio Occidental, opina que las dificultades en el acceso a métodos anticonceptivos en la región tienen que ver con el hecho de que América Latina “es un bastión muy fuerte de la iglesia católica en el mundo y a que este es un tema límite en lo que tiene que ver con el control verdadero de las mujeres sobre su cuerpo y reproducción”.

El departamento de Vaupés, con una tasa de fecundidad de 4 hijos por mujer, encabeza la lista de los territorios con menores garantías en el acceso a derechos sexuales y reproductivos.

Antioquia y Caldas, por su parte, según cifras de la ENDS, se caracterizan por tener una fecundidad igual o inferior a 1,5 nacimientos por mujer en edad fértil, la más baja en todo el país.

En torno a las cifras, la oficial encargada de UNFPA en Colombia señala que la educación es un factor clave para una mejor planificación familiar. “A mejor educación, las mujeres tienden a tener una fecundidad similar a lo deseado. Ahí también entran la educación sexual. Garantizar la igualdad de género en todas las políticas y programas nacionales es un principio que permitirá reducir las brechas en los lugares en las que las mujeres tienen menores oportunidades”, asegura Rubio.

María Antonieta Alcalde concuerda con Rubio y advierte que “mientras las mujeres no tengamos acceso a una salud reproductiva y nos veamos obligadas a continuar con embarazos que no deseamos, no será posible ese empoderamiento social que los grupos conservadores ven como una amenaza”.

Mientras las mujeres no tengamos acceso a una salud reproductiva y nos veamos obligadas a continuar con embarazos que no deseamos, no será posible ese empoderamiento social

En el 2015 la ENDS reveló que en Colombia el 50,5 por ciento de los nacimientos entre los 15 y 49 años no fueron planeados. En el 21,3 por ciento de los casos la mujer no quería ser madre y el 29,2 por ciento lo deseaba, pero más adelante.

De acuerdo con UNFPA, las barreras jurídicas que siguen existiendo para acceder a los métodos anticonceptivos -por ejemplo, en el caso de las parejas que no han contraído matrimonio o que no han cumplido una edad específica- serían las responsables de que exista una importante cantidad de embarazos no deseados. “Incluso cuando las leyes permiten que las mujeres o adolescentes solteras accedan a los servicios de anticoncepción, algunos proveedores con prejuicios se niegan a proporcionarlos”, se lee en el informe.

El organismo internacional advierte que en los Estados en los que las tasas de fecundidad son elevadas, se puede ver una serie de deficiencias en materia de derechos humanos.

“Claramente los estados que no avanzan en la garantía de los derechos sexuales y reproductivos llevan a que en su población se perpetúen condiciones como la pobreza. La no posibilidad de decidir sobre cuántos hijos se quiere tener puede significar para muchas familias embarazos no planeados y consecuencias económicas negativas”, manifiesta Rubio.

Sin embargo, UNFPA aclara que existen medidas específicas que los países pueden adoptar en función de su tasa de fecundidad, con miras a garantizar el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de todas las personas en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Entre las acciones recomendadas por el organismo internacional se destacan: garantizar los servicios integrales de salud, educación, protección y justicia oportunos para defender los derechos sexuales; eliminar las barreras sociales, económicas, institucionales y geográficas que impiden que las parejas y las personas decidan libre y responsablemente el número de hijos; y garantizar la igualdad de género en todas las políticas y programas nacionales, como un principio operacional central de todos los sistemas de atención de salud, salud sexual y reproductiva y educación.

Finalmente, aunque para la oficial encargada de UNFPA en Colombia en sus marcos normativos el país cuenta con una excelente política nacional de derechos sexuales y reproductivos y se han realizado acciones para reducir el embarazo en la adolescencia en 2 puntos porcentuales, el principal desafío seguirá siendo la implementación de esas políticas.

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