Un nuevo rumbo tomaron las investigaciones que adelanta la Policía Metropolitana de Ibagué por la muerte de una joven madre y su hija, de 18 meses de nacida, quienes fueron halladas con disparos de arma de fuego en sus cuerpos.
El macabro hallazgo se dio hacia las 3 de la tarde de este martes en el baño de un local comercial de la carrera 4 Estadio con calle 24, en el barrio La Estación, de la capital tolimense, donde la mujer trabajaba.
En medio de las investigaciones y preguntas que deja este extraño caso, se conoció que, junto a los cuerpos sin vida de Maryori Santana Bulla, 28 años, y el de su bebé, los investigadores hallaron un revólver con el que, posiblemente, ella habría disparado contra la niña.
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El coronel Carlos Germán Oviedo, comandante de la Policía en Ibagué, aseguró que “se trataría del homicidio de la niña, y luego la madre, con la misma arma de fuego, se disparó”.
Sin embargo, aclaró que los hechos son sometidos a una rigurosa investigación con base en averiguaciones y relatos de ciudadanos del barrio La Estación.
“Hay un arma de fuego y realizamos todo tipo de labores investigativas en cuanto a la recolección de evidencias físicas y elementos materiales probatorios para esclarecer el caso”, dijo.
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Lo que los investigadores creen es que, al parecer, el arma utilizada en estos hechos, un revólver, es de propiedad del esposo de la víctima, quien laboró como intendente jefe de la Policía en Ibagué y hoy está pensionado.
Precisamente, fue el esposo quien alertó a las autoridades de la extraña desaparición de ella pues, pese a que insistió llamándola a su celular, no le contestó, por lo que hacia el mediodía decidió dar aviso a las autoridades para que ayudaran a establecer qué había pasado con Maryori Santana Bulla.
“Al ver que no le contestaba el celular, el esposo buscó ayuda de la Policía y con un cerrajero abrieron a la fuerza la puerta del local comercial donde encontraron muertas a la madre y su hija”, señaló el coronel.
Ciudadanos consultados señalaron que el día de los hechos, Maryori, quien vivía en otro sector de la ciudad, llegó como de costumbre a trabajar temprano, “pero durante la mañana la puerta del negocio estuvo cerrada y nunca escuchamos disparos”.
IBAGUÉ
