“Mis hijas ya terminaron el bachillerato, una ya está en la universidad, y yo aún en sexto de secundaria. Es extraño pero estoy comprometido y con ganas”, así describió Orlando, exguerrillero de las FARC-Ep, sus emociones al reiniciar sus estudios, los cuales se vieron interrumpidos por su participación en el conflicto armado colombiano.
Orlando volvió a las aulas, junto a 40 personas más (33 excombatientes y 7 familiares), gracias al Modelo de Educación y Formación (MEFR) liderado por la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), el Ministerio Nacional de Educación y el Sena.
Los alumnos asisten a clases en horas de la noche, a un colegio de Bucaramanga, para adelantar los seis ciclos de estudios estipulados en el modelo y que serán certificados por las instituciones educativas del sector público.
Ronald García, coordinador del Grupo Territorial Santander, resalta las bondades de flexibilidad e inclusión que ofrece el Modelo para la población: “Estos son espacios pedagógicos en los que los excombatientes se relacionan con otros grupos poblacionales, porque lo importante es desarrollar sus saberes con componentes de formación académica de básica primaria y secundaria, formación ciudadana, y la parte productiva con el Sena”.
Pese a estar alejados por muchos años de las aulas, los excombatientes volvieron a la rutina del colegio, que incluye tener cuadernos, cumplir el horario de clases y guardar la disciplina en el salón. Las clases transcurren entre lecciones de lenguaje, ciencias naturales y matemáticas, con la asesoría permanente de los docentes y el acompañamiento de los profesionales de la ARN.
“Es bueno que nos eduquemos, que nos preparemos para seguir adelante”, puntualizó Orlando.
FÉLIX LEONARDO QUINTERO
Editor ADN/Bucaramanga@felix_quintero