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Los niños que no pueden asistir a clase por la guerra en el Catatumbo

Desde hace tres días, las aulas de siete sedes académicas, adscritas a dos colegios rurales de los municipios de San Calixto y Hacarí (Norte de Santander) permanecen vacías. Las directivas decretaron el cese de actividades debido a los enfrentamientos que mantienen la guerrilla del Eln y la disidencia del Epl, más conocida como Los Pelusos, por el control del narcotráfico en este sector del Catatumbo.

La medida tiene paralizada la jornada escolar de 243 niños, residentes de cinco veredas de estas localidades vecinas, ubicadas a 260 kilómetros de Cúcuta. La cadena montañosa que surca este territorio, donde hay presencia de cultivos ilícitos, se ha convertido en el epicentro de los siete meses de esta sangrienta confrontación.

“Cada vez que ocurren estos hechos, los rectores nos reportan la anormalidad, como pasa ahora mismo con estas sedes educativas. Ayer (jueves) ya se habían reunido para revisar la situación y hoy (viernes) esperamos que el fuego cruzado disminuya para retomar las clases”, indicó Fabiola Cáceres Peña, secretaria de Educación de Norte de Santander.

La suspensión, que empezó el martes, cobija los centros educativos rurales de Mesitas, en San Calixto, y el de Santa Catalina, de Hacarí. En ambas localidades hay un total de nueve instituciones académicas, con más de 135 sedes distribuidas tanto en la zona rural como en la cabecera urbana.

De acuerdo con las autoridades, la situación de orden público que desencadenó este cese de actividades no fue referida en ningún momento durante un consejo de seguridad, realizado a principios de esta semana por la Fuerza Pública y los entes territoriales.

El pasado miércoles 4 de octubre, la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios (Ocha) ya había alertado sobre esta ola de combates, que se recrudeció con el asesinato de dos jóvenes a manos de la guerrilla del Eln, en zona rural de San Calixto.

Desde ese día, el organismo internacional empezó a reportar un evento de desplazamiento masivo por la salida de 205 personas, repartidas en 56 núcleos familiares, y la situación de confinamiento de varias comunidades vecinas.

CÚCUTA