La Fiscalía General de la Nación y la Policía Nacional reportaron este miércoles la captura de Henry Loaiza Ceballos, alias Alacrán, quien entre su temido prontuario criminal estuvo detenido, años atrás, por la masacre de Trujillo, una seguidilla de asesinatos que cobró la vida de cerca de un centenar de personas, en un hecho que se convirtió en uno de los episodios más sangrientos de la década de los 90 en Colombia.
Estas muertes que ‘Alacrán’ habría ordenado, junto con otros narcotraficantes y paramilitares en este ciudad del Valle del Cauca, comenzaron el 29 de marzo de 1990 en el corregimiento La Sonora, en Trujillo.
Este día, por un ataque guerrillero, perdieron la vida siete militares y algunos pobladores resultaron heridos. Como consecuencia de este hecho se conformó un grupo de autodefensas para combatir a la guerrilla en la zona. Desde entonces, los hallazgos de cuerpos flotando en ríos de la zona fue una constante.
El ‘Alacrán’ es un exintegrante del cartel del Valle de los años 80, por quien en su momento se llegó a ofrecer una recompensa de hasta 500 millones de pesos. En junio de 1995, cuando era considerado uno de los más temidos capos de la droga, se entregó a la justicia en Cali. Entre sus sentencias están 43 homicidios, 22 secuestros y un desaparecido en hechos ocurridos en Trujillo.
Tras 22 años en prisión, el ‘Alacrán’, quien hoy tiene 71 años, recuperó su libertad en enero de 2017, después de que un juez de Ibagué le abrió las puertas de la cárcel de Palmira, en el Valle, donde estaba recluido.
De inmediato, Henry Loaiza habría intentado retomar sus negocios ilícitos con la red criminal ‘la Constru’. De hecho, este miércoles, cuando fue recapturado, estaría con otros 14 integrantes de esta banda en Puerto Asís, Putumayo.
De acuerdo con autoridades, ‘La constru’ es una de las bandas criminales de mayor impacto en Putumayo y del suroccidente del país.
Esa organización empezó a ser mencionada desde hace cerca de ocho años por ejercer el control del narcotráfico con torturas y desmembramientos de personas, así como desapariciones, homicidios y extorsiones. .
La vereda San Cayetano ha sido su centro de operaciones, y allí esta banda era liderada hasta el 3 de septiembre pasado por alias Gallero, quien cayó abatido en un operativo de la División de Investigación Judicial (Dijín) para recuperar el control del Estado en este territorio.
Fuentes oficiales dicen que son redes con despiadados métodos que incluyen torturas y hasta desmembramientos, además de extorsiones, desapariciones forzadas y sicariatos.
Cuando Loaiza quedó en libertad, pese a que los dolientes de Trujillo consideran que no se ha hecho justicia con sus víctimas, había sido visto por zonas rurales del municipio Bolívar, en el norte del Valle, en una zona donde tendría propiedades.
También fue visto en centros comerciales de Tuluá, donde se notaba el acompañamiento de escoltas.
No obstante, Loaiza se habría trasladado desde hace varios meses hasta Putumayo, donde estaría siendo parte de esta organización criminal y, finalmente, volvió a caer luego de un arduo seguimiento por parte de las autoridades.
CALI
