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Mapas confirman peligrosa relación entre riñas y consumo de licor

Es un día cualquiera y en un establecimiento de venta de licor una botella de cerveza cae al piso y comienza una trifulca que termina con varias personas heridas.

La historia que se repite por lo menos 318 veces al día en el país, según los reportes de violencia interpersonal registrados por el Instituto de Medicina Legal, se ha convertido en uno de los principales desafíos para las autoridades que buscan reducir la cifra de muertos por riñas en Colombia.

Y es que, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de alcohol es responsable de unos 520.000 fallecimientos anuales en el mundo. Esto se debería, señala el organismo internacional, a que “el consumo de licor está muy ligado al riesgo de que un individuo perpetre actos violentos o sea víctima de ellos”.

Para hacerle frente a esta problemática, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) analizó la relación directa entre los casos de violencia interpersonal reportados en Cali y los 5.630 establecimientos de bebidas alcohólicas existentes en la ciudad.

Densidad riñas vs establecimientos de comercio. Foto: UNODC

Los investigadores crearon un mapa de calor de los establecimientos de comercio tomando como área de influencia 200 metros cuadrados, con el fin de identificar si en las zonas con mayor concentración de expendio es donde màs registran las riñas.

El informe concluyó que existe una “alta correlación que se presenta en algunas zonas de la ciudad de las llamadas a reportar riñas al 123 con las zonas de alta presencia de peleas y establecimientos de comercio de venta de bebidas alcohólicas”.

Los territorios con mayor número de puntos críticos detectados son el centro de la ciudad (comuna 11 y 10) con 25 zonas de expendio de licor con alta concentración de riñas; y las comunas 18 (9) y 21 (7), en el sur oriente de la capital vallecaucana.

Precisamente, según datos del Observatorio de Seguridad de Cali, en solo esas cuatro zonas se concentró el 19, 2 por ciento de las 5.912 denuncias por lesiones personales registradas entre enero y octubre de este año.

En la comuna 10 se identificaron siete zonas de concentración que traslapan con siete barrios y que conforman diez puntos críticos por riñas y consumo de licor.

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El mes pasado, la Policía reportó la muerte de Eider Mauricio Torres, de 42 años de edad, quien falleció tras participar en una riña cuando se encontraba en alto estado de alicoramiento. El hecho se presentó afuera de un establecimiento de expendio de alcohol en el nororiente de la ciudad.

La OMS explica que la relación entre el consumo nocivo de alcohol y las riñas se debería a que “los bebedores tienen menos autocontrol y capacidad de procesar la información que reciben, por lo que es más probable que recurran a la violencia en las confrontaciones, y el hecho de que también sean menos capaces de reconocer los signos de alarma en situaciones potencialmente violentas los convierte en objetivos fáciles para los agresores”.

En la comuna 11 se identificaron cinco zonas de concentración que traslapan con doce barrios y que conforman quince puntos críticos por riñas y consumo de licor.

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No obstante, el informe de la UNODC aclara que no necesariamente el hecho de que existan muchos o pocos establecimientos de comercio de licor en un área específica provoca la existencia de hechos asociados a riñas.

“Puede existir un solo establecimiento pero su impacto puede desencadenar en que presenten demasiados hechos violentos por el consumo de licor, falta de control de los propietarios, consumo de sustancias psicoactivas, etc”, señala el estudio.

Puede existir un solo establecimiento pero su impacto puede desencadenar en que presenten demasiados hechos violentos por el consumo de licor

Expertos de la UNODC también alertaron que en muchas de los establecimientos estudiados se permite el consumo de licor en la vía pública, lo cual “desencadena en desorden, riñas, entre otros temas”.

En la comuna 18 se identificaron seis zonas de concentración que traslapan con nueve barrios y que conforman nueve puntos críticos por riñas y consumo de licor.

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Cabe recordar que en junio de este año la Corte Constitucional tumbó dos normas del Código de Policía (el artículo 33 y el 140) que prohibían consumir bebidas alcohólicas y sustancias psicoactivas en el espacio público y en parques. Según el alto tribunal, esas normas violaban el libre desarrollo a la personalidad de manera desproporcionada.

Sin embargo, en el mes de agosto el alcalde de Cali, Maurice Armitage, le salió al paso a la Corte y firmó un decreto que ordena que el “consumo de bebidas alcohólicas o sustancias psicoactivas no debe efectuarse en el área de influencia de 200 metros alrededor de instituciones o centros educativos durante las 24 horas del día”.

En la comuna 21 se identificaron cuatro zonas de concentración que traslapan con cuatro barrios y que conforman siete puntos críticos por riñas y consumo de licor.

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Andrés Villamizar, secretario de Seguridad de la ciudad, señaló que gracias a este tipo de estrategias implementadas por la Alcaldía, las denuncias por lesiones personales entre enero y octubre de este año se redujeron en un 10 por ciento, en comparación con el mismo periodo del 2018

El funcionario ha manifestado que están trabajando de la mano de la Secretaría de Paz y Cultura Ciudadana para “promover la buena y sana convivencia en la ciudad”.

Entre los planes que emprendió la Alcaldía para mejorar la convivencia ciudadana también se encuentran las Caravanas por la vida, consistentes en grandes despliegues con los que las autoridades buscan atacar puntos críticos donde se presentan gran cantidad de homicidios y riñas.

De acuerdo con el coronel Didier Estrada, comandante operativo de la Policía de Cali, la ciudad también cuenta con grupos especiales que refuerzan las patrullas del modelo de vigilancia por cuadrantes, lo cual ayuda a definir “sitios, días y horarios en donde hay alta conflictividad” en la ciudad.

En cuanto a las recomendaciones, la UNODC concluye que es necesario que en los territorios donde se registran mayores niveles de uso indiscriminado de la violencia por riñas u otro tipo de conflicto sociales, “se profundicen los programas de rehabilitación dirigidos a víctimas, con el fin de prevenir el reciclaje de conflictos y afectaciones directas a la vida e integridad de personas en entornos de riesgo”.

Vea aquí si su barrio es una zona crítica por alto consumo de licor y riñas

JULIÁN VIVAS
REDACCIÓN NACIÓN