Inicio Colombia María Andrea, la pintora barranquillera que no limita sus sueños

María Andrea, la pintora barranquillera que no limita sus sueños

La casa de la Urbanización La Playa, corregimiento de Barranquilla, reside una familia que con amor, compresión y mucho esfuerzo ha podido afrontar los golpes que la vida le ha dado, los mismos que la empujaron hacia adelante, a visionar un futuro.

Son tres mujeres y dos hombres los que habitan en una casa de esquina de la etapa tres de esa población, pero una de las ocupantes, físicamente, ‘no es normal’, como dijeron los médicos que atendieron su parto en el Hospital Niño Jesús de la capital del Atlántico.

Se trata de la segunda hija de Lucelys Vega Rojas, quien, a sus 16 años, ha tenido que afrontar la vida sin sus extremidades, limitación física que no le ha impedido destacarse en diferentes actividades: cantar, pintar, estudiar y tener una vida normal.
María Andrea Meriño Vega siempre está con una sonrisa del tamaño de una patilla, desde una silla de ruedas que la obliga a pedir ayuda para movilizarse de vez en cuando.

Estudia en la Institución Educativa Cristiana La Rosa de Sarón, ubicada en el mismo sector donde vive. Allí, de lunes a viernes, recibe sus clases normales, entre esas las dos más importantes, para ella: inglés y artes.

El sábado es el turno para un taller de pintura cobijado en el programa de las Casas Distritales de Cultura, bajo la tutela de la Secretaría de dicho rubro en Barranquilla.
Ahí fue donde María Andrea se enamoró de los paisajes, sean de día o de noche; así como de los bodegones y floreros. “Pintar es expresarme, si tengo rabia o felicidad se nota”, manifestó.

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El último cuadro que vendió, su primera obra expuesta en el colegio, fue adquirido por un extranjero, un estadounidense, quien se impactó con su historia y pagó 300 mil pesos por la pintura.

A María no le toca fácil. Para poder cumplir con sus actividades académicas debe pasar un trayecto pavimentado y otro lleno de piedras, según cuentan sus compañeros de clase y sus hermanos, aquellos que la ayudan a trasladarse, pueden durar ocho minutos caminando, pues las rocas dificultan su movilidad.

El truco que ellos han desarrollado consiste en inclinar la silla de ruedas hacia atrás, hasta pararla en dos llantas, para evitar los mayores obstáculos posibles y así andar más rápido.

Su nacimiento

Su madre, su compañera fiel, cuenta, con los ojos llorosos, que al principio no comprendía por qué había nacido su segunda hija en esas condiciones, pese al cuidado al que se sometió en el embarazo.

“No entendíamos por qué María venía así; además la noticia fue dura, ya que durante tres días no me la dejaron ver. Luego del parto los médicos, acompañados por una psicóloga, me informaron del estado de mi niña”, relató.

Al ver por primera vez el rostro de su bebé, no salía del asombro que le causaba observarla sin extremidades, y peor aún, le costaba entender por qué los médicos no le daban un diagnóstico preciso.

María Andrea

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Vanexa Romero/EL TIEMPO

María Andrea

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María Andrea

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María Andrea

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María Andrea Meriño sueña con ser una gran pintora y ayudar a mejorar la calidad de vida de su familia. Tiene 16 años y vive en la Urbanización La Playa.. Barranquilla, Colombia, 8 de Abril de 2019.

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María Andrea Meriño sueña con ser una gran pintora y ayudar a mejorar la calidad de vida de su familia. Tiene 16 años y vive en la Urbanización La Playa.. Barranquilla, Colombia, 8 de Abril de 2019.

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María Andrea Meriño sueña con ser una gran pintora y ayudar a mejorar la calidad de vida de su familia. Tiene 16 años y vive en la Urbanización La Playa.. Barranquilla, Colombia, 8 de Abril de 2019.

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María Andrea Meriño sueña con ser una gran pintora y ayudar a mejorar la calidad de vida de su familia. Tiene 16 años y vive en la Urbanización La Playa.. Barranquilla, Colombia, 8 de Abril de 2019.

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Vanexa Romero/EL TIEMPO

“Le practicaron varios exámenes, los cuales arrojaron que era y es una niña normal por dentro, gracias a que sus órganos no sufrieron lo mismo que sus extremidades”, afirmó.

Tras un proceso largo de varios años, Lucelys se refugió en Dios, a quien reconoce como un ser supremo que llegó a darle otro sentido a su familia.

“Es una experiencia grande que el Señor me dio, al principio decía ¿Por qué a mí?, pero al final entendí que el propósito de Él era grande para ella: sus talentos me asombran día a día”, manifestó.

Esta será una de las pinturas que María Andrea presentará en su exposición.

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La familia de María Alejandra sostiene que el diagnóstico de los médicos que atendieron el parto fue positivo para toxoplasmosis.

EL TIEMPO consultó al ginecólogo Miguel Parra Saavedra, quien afirmó que este caso se da gracias al consumo de un medicamento que hace más de 30 años fue descontinuado por las contraindicaciones que tenía.

“Yo le apunto este resultado a la medicación con talidomida, o un síndrome genético, pero la primera cobra más fuerza para mí”, manifestó el médico.

Esa medicina era utilizada por los galenos hace 30 años con el fin de prevenir, atacar las náuseas y vómitos que padecían las mujeres en estado de embarazo, pero actualmente es manejado en casos extremos relacionados con el cáncer.

“Aunque es importante prever el futuro clínico de la menor, es aún más importante comprender el porqué de su condición, lo cual se da con estudios prolongados y especializados”, añadió.

Existe la posibilidad de que María Andrea padezca de ciertas enfermedades en el futuro si no mantiene un control alimenticio o ejecuta algún tipo de ejercicio corporal acorde a su condición física.

El futuro de la pintora

Pese a que no tiene sus extremidades superiores completas, el brazo derecho, el menos afectado hasta la mitad, tiene una manilla de caucho que le da soporte para sus lápices, plumeros y pinceles, los cuales acomoda con la boca cuando lo necesita.

Sueña con algún día llegar a estudiar arte profesionalmente. Los conocimientos que ella tiene hasta el momento, que son importantes para su profesión, los ha adquirido gracias a un maestro que le ha dedicado todo el tiempo necesario. Se trata de Sonny Toloza, quien la ve como ‘la próxima Picasso en unos años’.

“La veo como una gran artista. La preparo tanto en su talento como mentalmente para que cuando sea más reconocida tenga el conocimiento para responder de manera precisa”, manifestó el docente.

“Ella me ha demostrado a mí y a todos que la limitación es mental y no física”, añadió Toloza.

María Andrea tiene mucho talento para el arte lo que la hace soñar con llegar lejos.
“Ella siempre ha querido ser el ejemplo de la familia y sacarla adelante, lo que ya está haciendo”, manifestó su hermana menor, Andrea.

“He soñado en convertirme en una gran pintora, a pesar de mi condición, cada día es una oportunidad para brillar”, concluyó María.

Jorge De la Hoz
Especial para EL TIEMPO
Barranquilla