Inicio Colombia Medellín es una Casita de Arroz en la que todos somos granos

Medellín es una Casita de Arroz en la que todos somos granos

La historia de Medellín tiene una página importante para las migraciones en bandada que poblaron este valle de manera incontrolable, en gran medida huyendo de la violencia. 

El sábado 18 de agosto, a las 3 de la tarde, será presentada en la sala Cundinamarca del Museo de Antioquia La consentida es: la casita de arroz, una obra del artista Rosemberg Sandoval que llama a la reflexión sobre nuestro papel en la ciudad y cómo hoy la sobrepoblación nos ha vuelto granos homogéneos en un costal llamado Medellín.

La obra se centra en sensibilizar a los espectadores sobre la relación tan frágil que existe entre el campo y la ciudad, del mismo modo que son frágiles los esfuerzos por construir una recuperación del espacio público que está amenazado por la violencia.

Es que en algún momento de la historia, la seguridad de los campesinos era tan frágil en los rincones del olvidado campo colombiano que no tuvieron más remedio que sucumbir a la opción de vivir en la selva de cemento, sin dejar de sentir esa fragilidad que los desplazó.

Esa fragilidad, cuando se baja del lenguaje poético, se traduce en destierro, persecución y muerte, realidades a las que se ven enfrentadas cientos de personas que luchan por la construcción de espacios políticos en el área rural, esa que sigue a merced de la violencia que en contraposición de la ‘casita’ es firme como una viga de cimentación.

Esta exposición, que irá hasta principios de diciembre de este año, forma parte de la estrategia del Museo de Antioquia de poner en debate la situación política de Medellín y de Colombia. Incluso, después de la Casita de arroz está agendada la exposición Polis: una reflexión sobre la construcción cultural de la ciudad y la recuperación del espacio público por medio del ejercicio ciudadano.

La casita tiene una altura de 20 centímetros.

Foto:

Cortesía: Museo de Antioquia

Al apreciar esa diminuta estructura que simula una casa hecha con granos de arroz, el espectador podrá evidenciar que por más frágil que parezca una construcción sigue en pie debido al entusiasta trabajo en equipo de cada unidad. Esa es la unión que la ciudad necesita de todos y cada uno de sus granos.

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