Inicio Colombia Medellín, la ciudad del país que más está envejeciendo

Medellín, la ciudad del país que más está envejeciendo

–¿Cuántos años es que usted tiene ya? –me pregunta mi abuelo cada vez que nos vemos.

–34 años, don Efrén –le respondo.

–¿Y qué está haciendo con su vida? Yo a su edad ya tenía cinco hijos y me había venido de Sonsón –dice en tono de regaño.

A sus 85 años, es inconcebible para él que esté viviendo en ‘pecado’ (unión libre) y que no haya tenido hijos. En total, él tuvo 12 hijos. Tres fallecieron y nueve siguen con vida. También es difícil para mi padre, de 68 años. Tuvo seis hijos y ninguno de los cuatro que concibió en su matrimonio le ha dado un nieto. El mayor tiene 35, le sigo yo con 34; otro, con 31, y el último, con 30.

No soy el único. De mis 16 primos, por lado materno, solo tres han tenido descendencia y todos con un solo hijo.

La realidad de mi familia es una radiografía de lo que vive el país: un descenso en la natalidad y un incremento en los adultos mayores. Algo que se evidencia más en Medellín, según el último informe del Dane, el cual reveló que por cada 100 jóvenes menores de 15 años hay 62 personas mayores de 65.

Un promedio superior al nacional (40,4 sobre 100) y al departamental (49,4 sobre 100). Algo que se ve reflejado, también, en el número de personas por hogar, que disminuyó en todo el Valle de Aburrá en los últimos 14 años, de acuerdo con el más reciente censo poblacional.

En Antioquia se pasó de 3,8 personas por hogar a 3, entre 2005 y 2018, y en Medellín fue de 3,6 a 2,9 personas por hogar.

Dicho informe indicó que de las 44’164.417 personas censadas a nivel nacional, el 9,1 por ciento (4’018.961) tiene 65 años y más. En Antioquia, que cuenta con alrededor de 5’970.000 de habitantes, el 9,8 por ciento de la población (585.060) es mayor de 65 años; mientras que en Medellín, de sus cerca de 2’370.000 habitantes, 251.220 son mayores de 65 años (10,6 por ciento).

No es todo. De acuerdo con un reporte entregado por la Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos ante el Concejo de Medellín en sesión ordinaria del 5 de junio de 2018, la capital antioqueña cuenta con 806.637 personas mayores de 50 años, lo que representa más de la cuarta parte de la población total de la ciudad.

¿Qué está pasando?

Estudios coinciden en que la región latinoamericana está llegando a lo denominado ‘bono demográfico’, que según el informe ‘Envejecimiento demográfico Colombia 1951-2020, dinámica demográfica y estructuras poblacionales’, del Mintrabajo, “es una transición avanzada caracterizada por una reducción en su tasa de fecundidad, un incremento de la población en edad de trabajar, una reducción de la población infantil y el incremento de la población mayor de 60 años”.

En el caso de Medellín, una región tradicional con herencia de familias numerosas, se evidencia, precisamente, porque esa camada de hijos son ahora personas mayores de 60 años.

María Victoria Manjarrés, coordinadora académica del programa Saberes de Vida, adscrito al Centro de Educación Continua (CEC) de la Universidad Eafit, expresó “estamos viviendo una transición demográfica que los países europeos ya vivieron en los años 70 y que es muy acelerada. Eso nos pone a pensar qué estamos haciendo como sociedad para hacerle frente a este fenómeno, porque actualmente Medellín es una ciudad pensada y entendida para la juventud, pero que ahora deberá comenzar a entenderse desde el envejecimiento, por el incremento que hay de esta población”.

Precisamente, en 2016, durante el foro Misión Colombia Envejece, Natalia Valencia, líder de Gestión del Conocimiento de la Fundación Saldarriaga Concha, aseguró que para 2040 los mayores de 65 años superarán a los menores de 15 años, “luego de que en 2020 inicie el fin de la sociedad juvenil”.

En esa misma tendencia, el Plan Gerontológico 2017-2027 de la Alcaldía de Medellín indicó que el índice de envejecimiento de la ciudad para el 2050 “es igual al que hoy día reflejan los países más desarrollados, llegando a unas 2.787 personas mayores de 60 años por cada 1.000 menores de 15 años”.

De allí que los expertos coinciden en los retos para fomentar estilos de vida distintos y cómo los Gobiernos ofrecen soluciones acordes a estos estilos de vida.

“Tenemos una sociedad construida bajo el concepto de la juventud y no tenemos los espacios suficientes para los que van envejeciendo. Ahí hay un reto, que no es solo de las instituciones, sino también del sector privado y de los mismos ciudadanos”, aseguró Manjarrés.Para ella, esta nueva camada de adultos mayores no quiere vivir la misma vejez que vivieron sus padres y sus abuelos, y por eso la ciudad debe crear opciones de vida para estas personas que no planean quedarse en la casa encerradas.

Otra de las preocupaciones tiene que ver con ese gran número de adultos mayores que no contarán con ingresos para su autosostenimiento, pues de acuerdo con Misión Colombia Envejece, en el 2050 solo el 15 por ciento de la población en edad de jubilarse contará con pensión.

“Consideramos que las personas en edades más adultas van a tener que seguir trabajando, pero las modalidades de empleo van a ir cambiando, lo que es un reto para las empresas, que tendrán que cambiar la mentalidad que tienen sobre el trabajador que envejece y brindar oportunidades de trabajo para esta población en oficios específicos”, indicó la experta.

Sin embargo, aseguró ella, basada en los grupos de estudiantes mayores que maneja, el principal reto está en cada persona.

“No sabemos envejecer. Hay un temor por un pensamiento de que es llegar a un fin, y no ven el envejecimiento como una etapa que trae retos y oportunidades”, dijo.

Algo con lo que concordó Catalina Arboleda, directora técnica del equipo de personas mayores Amautta, de la Alcaldía de Medellín.

“Comparando con otras ciudades del país, estoy segura de que en Medellín hacemos demasiado en cuanto a garantías de derechos para este grupo poblacional. Pero aún hay retos que se tienen en frente, y la ciudad tiene que seguirse preparando, en especial para hacer mayor promoción de este plan gerontológico con el fin de no llegar a la vejez en un estado de vulnerabilidad”, dijo.

No sabemos envejecer. Hay temor por un pensamiento de que es llegar a un fin, y no ven el envejecimiento como una etapa que trae retos y oportunidades

Para la experta, el incremento en la población adulta no significa que se tengan que crear más centros de bienestar para el adulto mayor, sino fortalecer esos estilos de vida para evitar que tengan que llegar a una institución así, ya sea por abandono o por incapacidad económica.

“La vejez no tiene que ser sinónimo de estar en cama, medicina o cuidados. Tenemos personas hasta de 90 años con plena condición física y mental, y queremos que así se mantenga, de allí a que esta política pública consolide una ciudad óptima para un envejecimiento activo; pero es algo que no solo involucra a los Gobiernos, sino a todos los ciudadanos”, añadió la encargada del programa.

Respecto a que los jóvenes no quieran tener hijos o prefieran, incluso, tener una mascota, para la experta de Eafit es algo que no solo se ve en el país, sino en varios países de América Latina como Argentina, Chile y Perú.

Para Manjarrés, de no ponerle cuidado, en términos de nación, se puede convertir en una amenaza. “Por ejemplo, en España, los niveles de fertilidad están por debajo de los mínimos permitidos para lo que se llama relevo generacional. Y digo que se vuelve una amenaza porque en el país ese nivel de fertilidad lo mantienen los sectores deprimidos o los adolescentes (en su mayoría, de escasos recursos)”, manifestó.

Así, la pirámide poblacional poco a poco se convierte en un cilindro y la población adulta cada vez será mayor.

Mi madre cuidó a mis abuelos y alguno de sus cuatro hijos la cuidará a ella y a mi padre. Pero mientras ellos se preguntan: ¿quién continuará con el apellido? ahora la pregunta que me ronda la cabeza, a 26 años de ser considerado adulto mayor, es: ¿cómo quiero envejecer?

DAVID ALEJANDRO MERCADO
Corresponsal de EL TIEMPO en Medellín