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Migrantes venezolanos en Pereira, entre el rebusque y la xenofobia

Hace un mes, luego de la presentación del Informe de Calidad de Vida del programa Pereira Cómo Vamos, el alcalde Juan Pablo Gallo afirmó que era necesaria la ayuda del Gobierno Nacional para enfrentar la situación generada en la ciudad por la gran cantidad de migrantes venezolanos y colombianos retornados. La situación ha empeorado.

A los venezolanos que se dedican al rebusque como vendedores ambulantes se ha sumado un buen número de ciudadanos de ese país que se ubica en los semáforos para cambiar ‘bolívares’ que ya no tienen ningún valor por unas cuantas monedas o pesos colombianos. Otros venden fresas, cada una a mil pesos. La mayoría de esos migrantes son los que han llegado después del cierre de la frontera con el vecino país y han arribado a Colombia sin pasaporte, es decir, en condición de ilegales.

Otros venezolanos están prácticamente ejerciendo la mendicidad, debido a que no han podido conseguir una actividad formal o informal de subsistencia. Sin embargo, otros venezolanos están intercambiando algo muy diferente a ‘bolívares’: en tres casas de lenocinio del sector de Corocito se hallaron diez venezolanas ejerciendo la prostitución.

A lo anterior se suma, de acuerdo con información de la Secretaría de Desarrollo Social y Político y la Personería de Pereira, que ya hay brotes de xenofobia hacia los migrantes venezolanos por parte de algunos pereiranos. Esa situación había sido denunciada a este medio por Luz Neila Polo, una abogada venezolana que se ha convertido en líder de un grupo de venezolanos que se dedica a las ventas ambulantes.

‘Muchos están escondidos’

En Pereira, según Fernando Fontal Bueno, quien en la Secretaría de Desarrollo Social y Político de la Alcaldía Municipal coordina los asuntos de los migrantes y retornados, en Pereira hay cerca de 2.400 venezolanos.

En el 2017 se habían contado 1.288 venezolanos en la ciudad, pero al 31 de agosto se contabilizaron otros 1.100.

Sin embargo, Fontal advirtió que existe una gran cantidad de migrantes que están “escondidos” en la ciudad.

En Pereira, según el funcionario, hay cerca de 420 venezolanos que ingresaron al país con sus documentos de identidad y pasaporte al día y tienen el permiso especial de permanencia durante dos años, que expide Migración Colombia. Con ese estatus migratorio estas personas pueden trabajar y acceder a servicios de salud y educación.

Pero existe un buen número que llega a Pereira solo con su cédula. Incluso, se han registrado casos de familias que llegan con niños menores de edad, sin documento alguno.

“Por la situación que se vive allá (Venezuela), muchos de ellos se vienen por la trocha y no traen sino la cédula. Estamos esperando que Migración Colombia abra nuevamente el censo de venezolanos para registrar las personas que llegaron después del 8 de junio (cuando se cerró el censo) y saber qué vamos a hacer con ellos”, explicó Fontal.

El viernes pasado la personera de Pereira y presidenta de la Federación Nacional de Personeros (Fenalper), Sandra Lorena Cárdenas, realizó un nuevo recorrido por los sitios de la ciudad donde los venezolanos cambian los billetes de su país para sobrevivir. Tras esa inspección llegó más preocupada de lo que estaba. “Desde el mes de julio se ha observado una afluencia excesiva de población venezolana hacia nuestro país. En nuestra ciudad hay muchas personas en situación irregular en los semáforos, también ejerciendo actividades de mendicidad y, en general, accediendo a fuentes de empleo formal e informal”, comentó.

“Otra situación que preocupa mucho, son las conductas xenofóbicas, ya se ha empezado a ver discriminación hacia ellos por múltiples factores, lo cual hay que rechazar desde cualquier óptica”, manifestó Cárdenas. Fontal afirma que la xenofobia se da en el campo laboral, sobre todo en los restaurantes por la habilidad de algunos venezolanos para la culinaria.

En el Centro de reeducación de menores Marceliano Ossa de Pereira está detenido el menor de edad venezolano que en mayo pasado asesinó a un policía en el CAI ubicado en el viaducto César Gaviria Trujillo. Este hecho delictivo ha sido el más delicado en el que ha estado involucrado un migrante de ese país en Pereira. Sin embargo, según el comandante de la Policía Metropolitana de Pereira, coronel Gustavo Moreno, algunos venezolanos, como otros extranjeros, han estado implicados en hurtos.

Cabe recordar el caso de una familia venezolana que fue traída a Pereira bajo la modalidad de trata de personas y la tenían prácticamente encerrada bajo intimidación en una casa y la obligaban a hacer actividades de microtráfico.

Tanto Fontal como Cárdenas están preocupados por lo que pueda pasar en Pereira con los venezolanos si el Gobierno Nacional no toma medidas. Cárdenas advierte que “nos puede pasar lo de Cali, donde existe una medida de emergencia humanitaria por el número de venezolanos que hay. Y Cali está muy cerca”.