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Modelos ‘webcam’: ¿prostitución o trabajo formal?

“Tenía siete horas trabajando y no llevaba ni siquiera la mitad de lo que debía hacer diariamente para decir que fue un buen día, pero cuando ya se iban a cumplir las ocho, un hombre de España me pagó para un encuentro privado. No tuve que quitarme una sola prenda, solo quería que habláramos. Por un charla de 40 minutos me pagó 1.000 tokens –moneda virtual de las páginas webcam–, alrededor de 100 dólares”, asegura Paulina*, modelo webcam desde hace cinco meses.

No es poco lo que ha dado que hablar la ‘industria’ del modelaje webcam en el país. Muchos lo toman como un trabajo denigrante, mientras que otros lo ven como una alternativa con buen lucro económico y que ayuda a miles de mujeres a lograr independencia económica.

Y si bien es una actividad que hace algunos años comenzó a tener un nuevo aire, este mercado lleva más de dos décadas en Colombia, que se ubica como el segundo proveedor de modelos en el mundo. El país ocupa el 33 por ciento del mercado; el primero es Rumania.

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“Hace 17 años, Colombia solo tenía de 1.000 a 2.000 mujeres en este mercado. Hoy puede haber más de 40.000, que llegan a producir más de 200 millones de dólares al año”, le dice Juan Bustos, asesor de modelos, a EL TIEMPO.

Hoy puede haber más de 40.000, que llegan a producir más de 200 millones de dólares

Es sabido que esta labor siempre ha sido catalogada como una industria relacionada con el mercado sexual, lo que genera opiniones divididas acerca de si las mujeres que realizan esta labor ejercen una forma de prostitución o no.

Pero antes de entrar en la discusión se debe tener en cuenta por qué las mujeres aceptan entrar a trabajar a estudios para comenzar en el mundo del modelaje webcam.

“Si hay mujeres o personas que se desnudan o hacen cosas peores en redes sociales, ¿por qué no hacerlo por dinero?”, afirma Jennifer Melo, quien es modelo webcam desde hace un año.

En la mayoría de los casos, el común denominador es atribuir al Estado la falta de posibilidades para poder acceder a un trabajo formal.

“Soy modelo webcam porque esto da plata.
El tema laboral en Colombia es nefasto, ese es el principal promotor para que cada vez haya más mujeres en estas prácticas”, agrega Melo.

Conseguir dinero de manera rápida y sencilla es el argumento que ha llevado a que miles de mujeres sean víctimas de redes de explotación sexual, las cuales crean estudios como fachada que no cumplen ni con las instalaciones ni con las condiciones de salubridad para velar por la protección de las modelos.

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Las ciudades en las cuales se presenta la mayoría de estos casos son Bogotá y Medellín, donde se concentra más del 50 por ciento de las mujeres que se dedican a esta práctica.

“Estuve en dos estudios antes de llegar al actual donde estoy, y en ambos tuve muy malas experiencias: me presionaban para hacer algunas labores específicas, me obligaban a trabajar por más de 10 horas, y antes de irme me enteré de que estaban subiendo videos de mis sesiones a algunas páginas porno sin mi consentimiento”, afirmó para EL TIEMPO Isabela*, modelo webcam desde hace dos años.

A estas declaraciones se suman las de muchas otras mujeres, de entre 19 y 35 años, que fueron víctimas de estudios fraudulentos. A ello es, justamente, a lo que se refieren diferentes organizaciones y personas que están en contra de estas prácticas.

“El llevar a un usuario a una sala pública ejerce en ellas una presión sicológica que no se toma en cuenta. Además, están los chantajes posactividad, como el grooming o el sexting, o los casos en los que su imagen es almacenada y vendida sin consentimiento ni retribución alguna”, dice Claudia Yurley Quintero Rolón, defensora de derechos humanos.

Y así también lo afirma la Unidad de Delitos Informáticos de la Policía Nacional: “Muchas mujeres que hacen parte de modelaje webcam han sido víctimas de explotación sexual; el común denominador de estos casos es que llegan a ‘estudios de garaje’ ”.

Muchas mujeres que hacen parte de modelaje webcam han sido víctimas de explotación sexual

Según cifras oficiales, en Bogotá de cada 10 estudios, tan solo dos son legales, lo que significa que un 80 por ciento estarían sin ningún tipo de regulación o control.
Son muchos los ojos que se centran en si esta industria es una cuna de explotación sexual o no, y se pregunta también si es una labor legal tener un estudio. La respuesta está en un punto medio: no es legal tener un estudio de modelos webcam, pero tampoco es ilegal.

Así lo confirma Rafael Morales, gerente operativo de uno de los estudios más reconocidos en Bogotá: “El mercado de las modelos webcam es alegal, el Estado no ha creado regulación al respecto, pero la justicia tampoco lo ha prohibido. Moralmente jamás se podrá legalizar. Los estudios, como el nuestro, se rigen bajo varios estatutos de diferentes leyes para que cumplan con los requisitos para seguir funcionando”.

Además, agrega que “se debe cambiar el imaginario de la gente. Los estudios buenos se encargan de capacitar y asesorar a las modelos, se debe considerar una labor como cualquier otra. Adicionalmente, siempre se busca minimizar la posibilidad de que las chicas sean extorsionadas, siempre se transmite en páginas fuera del país”.

Esta labor tiene un trasfondo que pocas personas imaginan. Las modelos afirman que trabajar en un lugar serio y legal les da la posibilidad de cumplir objetivos como comprar una casa, montar un negocio o pagar su carrera, pero a la vez son conscientes de que es una labor temporal.

“Uno en el estudio es una persona y fuera de él es otra. La chica que entra a esta actividad lo hace por tiempo determinado para lograr montar un negocio o algo así, no es que uno se va a dedicar a esto toda la vida”, concluye Jennifer Melo.

Según Morales, esto es un aspecto en el que se debe hacer énfasis al hablar con las modelos, “la conciencia social es importante, esta labor no es solo desnudarse y ya, se debe persuadir al cliente, pero es muy esencial que las chicas tengan claro que esta actividad es algo temporal, algo para cumplir un objetivo que necesite de un músculo económico”, dice.

Muchas preguntas son las que se generan acerca de este mercado, tanto desde el punto de vista de las modelos como desde la sociedad: ¿algún día se considerará un trabajo formal el modelaje webcam? ¿Seguirá siendo una industria que genere tanto dinero anualmente?

No se sabe a ciencia cierta cuál de las partes tendrá la razón de si es prostitución o un trabajo formal, pero mientras tanto, las 40.000 mujeres, hombres y transexuales que se lucran de esta actividad económica seguirán transmitiendo desde los más de 2.000 estudios que pueden existir en todo el país, amparados por la alegalidad.

¿Quienes trabajan en ‘webcam’ solo son mujeres?

Durante las dos décadas que lleva este mercado, han pasado cientos de modelos por las diferentes páginas que miles de usuarios frecuentan, pero ellos no siempre buscan a una mujer detrás de una pantalla.

Actualmente, los usuarios de estas plataformas procuran encontrar diferentes alternativas para satisfacer sus pretensiones; debido a esto ha comenzado a tomar fuerza la presencia de hombres, parejas y transexuales en las diferentes páginas de modelos en todo el mundo.

En Colombia es muy difícil medir en cifras cuál es la presencia de modelos, pero se dice que el 90 por ciento son mujeres; el 5 por ciento, parejas; el 3 por ciento, hombres, y tan solo el 2 por ciento, transexuales.

Ante el constante crecimiento de la industria, en el 2017 se creó la primera universidad para modelos webcam, Universidad Juan Bustos, que está ubicada en Medellín y fue fundada por el reconocido asesor Juan Bustos.

LUCAS SALAS
EL TIEMPO@salas9903*Nombre cambiado para proteger  la identidad.