Inicio Colombia ‘Narcotours’, estrategia de la mafia que se destapó por una tragedia

‘Narcotours’, estrategia de la mafia que se destapó por una tragedia

“Yo le dije que no se fuera por allá, que acá vivíamos felices y no era necesario hacer ese viaje, pero ella se entusiasmó porque soñaba con conocer el mar en Ecuador”.

Las palabras son del carpintero Rafael Hurtado, a quien no le cabe en la cabeza que su compañera sentimental, Elsa Vergara, y varias de sus vecinas hayan muerto al ser usadas en un narcotour. “No entiende uno cómo llevan de ‘gancho ciego’ a una señora que ha sido ama de casa toda su vida y que no le hacía daño a nadie”, dijo Hurtado.

Vergara hace parte de las 23 personas, la mayoría mujeres de dos barrios populares de Cali, que murieron después de que un bus se accidentó el martes, a las 2:50 de la madrugada, en el sector de Palugo, a unos 30 kilómetros de Quito, al parecer por una falla mecánica. El vehículo chocó primero con un jeep (murieron dos de sus ocupantes, ecuatorianos) y terminó estrellado contra viviendas del sector.

El accidente del automotor terminó destapando toda una red de traficantes de drogas que engañaba a personas de sectores populares del Valle y el Eje Cafetero para llevar millonarios cargamentos de marihuana y cocaína a Ecuador, Perú y Bolivia, que en ocasiones eran trasladados posteriormente a Chile.

La historia de un engaño

El ‘narcotour’ se armó rápidamente a comienzos de este mes. El paseo que enluta a los barrios El Guabal y San Judas, en el suroriente de Cali, se inició con una de las vecinas que llegó a comentarles a sus amigas que estaban regalando un paseo a Ecuador y a Perú. El argumento era que un empresario de turismo regalaba un viaje por cada cuatro excursiones que vendía.

“Le dije que eso no podía ser verdad”, recuerda el carpintero Hurtado, pero agrega que nada pudo hacer para impedir que su compañera se subiera con sus amigas al bus, de placas USA 251, el lunes 6 de agosto en la galería de Santa Elena.

Pero el viaje no fue directo. En vez de tomar la ruta a Ecuador por Nariño, se desvió por Cauca hacia el Huila y se detuvo en el municipio de Isnos. El conductor les dijo a los pasajeros que tenía problemas con la caja de cambios y el aire acondicionado.

Algunos pasajeros que sobrevivieron cuentan que no les pareció extraño, pero durante ese tiempo no les permitieron cambiarse de ropa porque los que estaban al frente del viaje les dijeron que el maletero se había trabado y no se podía abrir. Los días pasaron, y para que no se aburrieran, los organizadores los llevaron en chiva por diferentes sitios cercanos.

La única que se devolvió a Cali fue una vecina de El Guabal que se aburrió de esperar. Los demás prefirieron quedarse, pues tenían la ilusión de conocer un nuevo país. El sábado 11 por fin les dijeron que el bus ya estaba listo, y siguieron al sur y en el camino recogieron a un grupo de venezolanos que buscaban salir del país.

El bus salió del país por San Miguel, Putumayo, e ingresó a Ecuador por el puesto fronterizo de Lago Agrio. Muchos viajeros alcanzaron a avisar a sus familias que ya estaban en el exterior, e incluso mandaron fotos sonrientes festejando. Parecía un paseo normal hasta que en la madrugada del martes ocurrió el trágico accidente, que habría sido ocasionado por una falla en los frenos.

Inicialmente, las autoridades se concentraron en establecer las causas y en brindar ayuda a los heridos, pero con el paso de las horas se comenzó a descubrir que había algo oscuro. Tres hechos comenzaron a despertar las sospechas de las autoridades: que el bus no tenía permisos para salir del país; que cruzara la frontera por Putumayo y que fuera gratis y nadie diera razón de quién lo financiaba.

Un grupo de investigadores del CTI, que le seguía la pista a una red de tráfico de drogas en el sur del continente y que tenía información de que iban a enviar un cargamento a Ecuador desde Isnos, comenzó a sospechar que podría llevar un cargamento, pero las autoridades ecuatorianas no hallaron nada entre las latas del vehículo.

Todo dio un giro el jueves, cuando un miembro de la red se acercó a la Fiscalía y le entregó un mapa de la ubicación de las caletas en el bus, información que fue enviada de inmediato a Ecuador por el propio fiscal general, Néstor Humberto Martínez. Fue así como esa misma noche hallaron camuflados 579 kilos de marihuana creepy, que podrían costar casi dos millones de dólares. La droga tenía tres logos: un caballo, un regalo y un centauro, lo que hace creer a las autoridades que el cargamento no era de un solo ‘inversionista’.

EL TIEMPO habló con un informante que aseguró que el 30 de diciembre del año pasado y en marzo de este año se enviaron dos buses que utilizaron el mismo modus operandi para llevar grandes cargamentos de cocaína y marihuana a Montañita (Ecuador) y Cusco (Perú). Y reveló que llevaron la droga sin problemas y se devolvieron cargados de dólares. Dijo que aunque también enviaban pequeños alijos en buses comerciales, “era más rentable” camuflar los cargamentos en buses que aparentaban ser de turismo.

El informante reveló que el jefe de la banda sería un hombre conocido como Luis J, de Huila, y que la droga sería suministrada por una disidencia de las Farc del Cauca. EL TIEMPO le siguió la pista a este hombre en redes y aparece en varias fotos en la frontera con Ecuador. Según el informante, de la banda también hace parte una mujer con contactos en Perú, que sería la encargada de engañar a las personas que se suben a los buses.

La fuente también reveló que tres personas que viajaban en el bus sabían del cargamento. La única persona que se encuentra detenida en Ecuador es un hombre que aparecía en la planilla del bus como el segundo conductor.

Una de las viajeras, cuyo nombre aparece en el contrato de viaje del bus (por nueve millones de pesos), dijo desde un hospital ecuatoriano que no tiene nada que ver con delitos y que solo compartió el mensaje de un viaje gratis. Pero ante las sospechas, el Gobierno ecuatoriano suspendió el viernes la repatriación de los cuerpos de las víctimas y de los heridos. Las investigaciones ya dejan a los dos responsables de tránsito de ese país destituidos por el propio presidente de Ecuador, Lenín Moreno, “tras los graves errores en el control de ingreso y tránsito del autobús”.

No era el primer viaje

Este año, las autoridades ecuatorianas ya habían detectado otros narcotours. El general de distrito Carlos Enrique Alulema Miranda, director nacional de Antinarcóticos de Ecuador, dijo que en abril, mayo y en agosto fueron detenidos tres buses de iguales características que venían con turistas. En el primero hallaron más de 400 kilos de cocaína; en el segundo, 300 kilos de la misma sustancia, y en el tercero, 300 kilos marihuana.

EL TIEMPO conoció varios testimonios de personas que viajaron este año en esos paseos gratuitos, que fueron y volvieron sin problemas, lo que indicaría que es una práctica común y que estaba en aumento.

Un hombre, que prefiere no dar su nombre, dice que en su barrio, en el oriente de Cali, una pareja de vecinos le hizo una tentadora propuesta: un viaje gratis en bus full equipo, con comida y alojamiento en hoteles de primera.

Uno duda, pero ellos son conocidos y me apunté con la señora para viajar”, dijo el hombre, que advierte que nunca vio nada sospechoso. A diferencia del bus accidentado, el viaje fue por la carretera Panamericana desde Cali hasta Ipiales y luego tomaron camino a Tulcán, Esmeraldas y Quito. “Hasta ahora ‘nos desayunamos’ que pudimos haber viajado encima de una mercancía peligrosa”, lamentó.

Una excursión más larga le tocó a un comerciante, también del nororiente de la ciudad, a quien le llegó el voz a voz por sus primos. “Yo también pensé que de eso tan bueno no dan tanto, pero como me lo comentó una tía y una amiga de ella, yo me fui”, comenta.

También salieron por Ipiales, pero lo diferente de este viaje es que llegaron hasta Bolivia, donde estuvieron en La Paz y Oruro. En ese vehículo viajaron personas de Armenia y Pereira. El paseo duró diez días, con termales y otros momentos que el comerciante dice que ya desmontó de sus redes, aunque asegura que no vio “nada sospechoso”.

Investigadores del CTI de la Fiscalía tienen ya en su poder grabaciones y testimonios para judicializar a los integrantes de la red, desde los reclutadores hasta los inversionistas y el enlace que consigue la droga en el Cauca. “Estamos trabajando conjuntamente con Ecuador porque este es un delito transnacional”, indicó una alta fuente de la Fiscalía.

Así funciona el mercado de la marihuana tipo ‘creepy’

La marihuana tipo creepy se vende en dosis de tres gramos. A cada kilo, en promedio, se le extraen unas 333 dosis. Ese mismo kilo en Chile logra un valor de 1.550 dólares y en Estados Unidos llega a los 8.750. Este cargamento de 579 kilos tendría un valor en Ecuador de cerca de $ 5.000 millones y siguiendo su ruta a Perú y Chile llegaría a 8.000.

En lo corrido del año, la Policía ha incautado 65,7 toneladas de marihuana en carreteras de Cauca y Valle. La marihuana es enviada en camiones, camuflada en víveres o en caletas, hacia Cali y el Eje Cafetero.

UNIDAD INVESTIGATIVA, JUSTICIA y CORRESPONSAL EL TIEMPO EN CALI@ELTIEMPO