Los 2.200 kilómetros de frontera entre Colombia y Venezuela se han convertido en uno de los principales epicentros de confrontación ideológica entre la oposición y el oficialismo de Venezuela, que en los últimos días se han encargado de movilizar a sus seguidores en torno a un mismo tema: el traslado de las ayudas humanitarias, bloqueadas en un puente internacional de Cúcuta.
La primera fuerza política en responder a este pulso fue el chavismo, en cabeza del presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, que el lunes se trasladó hasta el municipio de Ureña, situado a pocos minutos de la capital nortesantandereana, para rechazar la llegada de estas contribuciones, donadas por Estados Unidos.
El líder chavista estuvo acompañado de ciudadanos, quienes horas antes fueron convocados por dirigentes afines al gobierno de Maduro, con el compromiso de ser acreedores de cajas Clap, cuestionadas por estar bajo el control de la guerrilla del Eln, según han denunciado organizaciones sociales del vecino país.Sin embargo, la oposición no se ha quedado atrás en esta demostración de fuerzas.
Para este martes, venezolanos residentes en Cúcuta se alistan para atender la convocatoria del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, y tienen previsto una concentración sobre las 4 de la tarde, en el Parque Santander, ubicado en el centro de Cúcuta, en la que se exigirá a los militares de su país el paso de estos alimentos y medicinas.
Para analistas políticos de la zona de frontera del lado colombiano, este despliegue de discursos y protestas ha desatado un ambiente de confrontación ideológico, que solo beneficiaría a intereses particulares y que, incluso, podría desencadenar en brotes de violencia.
“Las ayudas humanitarias, provenientes de Estados Unidos, se convirtieron en el punto de quiebre de estas dos fuerzas políticas de Venezuela, y las dos posiciones de dejar o no dejar entrar estas donaciones vuelve a la frontera en un territorio de confrontación entre esas dos visiones ideológicas”, indicó Marina Sierra, abogada y miembro del Observatorio de Estudios Internacionales de Norte de Santander.
Asimismo, esta experta advirtió que su mayor preocupación radica en el alto número de militares presentes en el eje fronterizo y que esto siembra un ambiente de división para una población, acostumbrada a cruzar una línea prácticamente invisible.
Por otra parte, Fabio Torres, politólogo y conocedor del conflicto en esta zona del país, va más allá y precisó que este choque de ideas puede traer impactos negativos en aspectos sensibles como la economía y la cultura compartida de este sector limítrofe.
“En medio de esta situación, creo que se debe insistir en tres puntos: la superación de la crisis bajo el acuerdo de transición democrática; el apoyo a la estabilización económica; y la atención humanitaria urgente a las familias venezolanas. Se debe reflexionar urgente sobre esto, pues está en riesgo el bienestar de miles de personas, que si se afecta puede perjudicar a ambos países”, puntualizó este analista.
CÚCUTA
