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Por esto se va el agua en Barranquilla y 14 municipios del Atlántico

Inés Guardiola reside en Buenos Aires, en el sur de Barranquilla, uno de los siete barrios donde el pasado 16 de agosto se fue el agua entre las 4:30 de la tarde y las 10 de la noche.

A la ama de casa, de 37 años, le incomoda, así como a sus vecinos, quedarse sin el servicio, pero mucho más que se lo quiten en un horario en el que sus hijos retornan a casa tras una jornada escolar intensa y con la obligación de tener que organizar lo que se necesita para el día siguiente. “Sin agua es muy difícil cocinar, lavar los uniformes y entonces se le enreda a uno todo lo que tiene que hacer”, manifestó la madre de tres niños, de 12, 8 y 5 años de edad.

Así como la de Guardiola, las quejas contra la empresa Triple A, que presta el servicio de acueducto, agua y alcantarillado a Barranquilla y 14 municipios del Atlántico, son las de muchos de los habitantes de un sinnúmero de barrios de estas localidades.

Y es que, por lo menos, según las comunicaciones de la misma compañía, que reemplaza desde 1992 a las extintas Empresas Públicas Municipales, ha avisado a la opinión pública, a través de su oficina de comunicaciones, sobre 6 cortes del servicio entre el 16 de julio al 16 de agosto, sin contar con las emergencias que normalmente se presentan y que tienen que ver con oscilaciones en la energía que no permiten un óptimo bombeo, fugas o trabajos de acompañamiento a obras del distrito que ameriten la suspensión.

Lo anterior quiere decir que al mes se presentan más de una situación a la semana que implica dejar sin agua a varios de los 550 mil usuarios con los que cuenta Triple A.

Entre los afectados también está Cristina Meza, quien habita en el barrio La Magdalena, que se queda sin agua a la misma hora que Buenos Aires, La Alboraya, la Ciudadela 20 de Julio, Las Palmas y San Nicolás y quien sostiene que cuando el reloj marca las 4 de la tarde el chorro de agua de su grifo comienza a perder presión hasta que el que líquido no sale más.

“Ya tengo entre las tareas del día recoger agua para no quedarme sin con qué satisfacer mis necesidades que se acrecientan al caer la tarde y llegar la noche”, dijo con algo de malestar la mujer, quien tiene a su padre postrado en una cama por los achaques propios de la edad.

Triple A explica que son diversos los motivos por los que el servicio debe ser interrumpido. Fugas, oscilaciones en la energía y obras para optimizar las redes.

Foto:

Archivo/EL TIEMPO

Sistema complejo

Pero ¿por qué se va el agua en Barranquilla y los 14 municipios que atiende la empresa?. EL TIEMPO consultó a Ramón Hemer, gerente de operaciones de Triple A para conocer cuáles son las razones por las cuales se suspende el agua a los usuarios.

Desde el acueducto distrital, ubicado cerca al puente Pumarejo, a la salida de Barranquilla hacia Santa Marta, el funcionario, quien tiene una década en el cargo, y trabaja en la empresa desde que esta llegó al departamento del Atlántico, explicó que son muchas las razones por las cuales se hace un pare en el servicio.

Hemer se refirió a las oscilaciones en el servicio de energía que presta Electricaribe como una de las primeras causas y que impide que la presión que se necesita para abastecer a estas poblaciones se disminuya y por ende el agua deje de llegar a los usuarios.

En ese sentido, explicó que se trata de una situación específica que la empresa viene tratando de superar instalando plantas generadoras de energía en cada una de las cuatro  Estaciones de Tratamiento de agua potable (Etaps) que tiene Triple A, en Barranquilla, Ponedera y Sabanagrande así como en las estaciones de bombeo, que también son muchas distribuidas en la geografía del Atlántico. 

En el caso de estaciones de bombeo que están ubicadas en los barrios Recreo y Delicias, por ejemplo, Triple A tiene el dolor de cabeza de que aún no las ha cubierto con las plantas eléctricas que se necesitan, debido a que están en zonas comerciales, residenciales y de clínicas en el norte de Barranquilla, donde no se iba normalmente la energía.

Sin embargo, con la situación que atraviesa Electricaribe, los cortes no se han hecho esperar y por esto Triple A, entre sus planes, y antes de que inicie el 2020, tiene previsto blindarlas con equipos que le sirvan para la generación de su propio fluido eléctrico. 
 
“La nuestra es una operación muy complicada, primero porque tenemos sistemas complejos con lo que tenemos que llevar el líquido a presión contra corriente debido a la cota en la que están ubicados la mayoría de destinos, según la topografía que tienen naturalmente. No es como en otras partes del país donde el agua se distribuye por gravedad y no se depende de la energía para ejercer presión en las tuberías. A eso sumemosle la crisis del servicio de energía en la Costa”, amplió Hemer.

Y es esa misma presión que el sistema ejerce en las tuberías para llevar el líquido la que, añade Hemer, propicia que se presenten fugas que a su vez generan racionamientos en el servicio.

«Yo lo explico así: en la parte más alejada del sur tenemos una Etaps  en el municipio de Ponedera con la que atendemos Sabanalarga y el mismo Ponedera: entonces captamos el agua cruda, la potabilizamos y por más de 40 kilómetros se la llevamos a Sabanalarga. Otro segundo sistema regional es el de la Etaps Sabanagande donde tenemos varias plantas con las que abastecemos  Sabanagrande,  Santo Tomás, Palmar de Varela y por rebombeo en estaciones de bombeo,  Baranoa y Polo nuevo. En Barranquilla, desde el acueducto distrital abastecemos  Barranquilla, Galapa y los cuatro municipios costeros: Usiacurí, Juan de Acosta,  Tubará y Piojó que está a 350 metros de altura. Imagínese todo lo que hay que hacer para llevar el líquido a Piojó, por ejemplo. Cualquier falla en la energía propicia que el agua no llegue», agregó Hemer.

Ramón Hemer, gerente de operaciones de Triple A, sostiene que los sistemas de distribución del líquido son complejos y sensibles.

Foto:

Andrés Artuz Fernández/EL TIEMPO

Inversiones que alivian

El funcionario insistió en que la empresa ha hecho inversiones importantes para dotar a todas sus estaciones de plantas de energía como se hizo con el tanque de la Ciudadela 20 de julio que era vulnerable y que  bombea al suroccidente de Barranquilla  y al municipio de Soledad (Atlántico). 

Un proyecto que aliviará próximamente el servicio en el suroccidente de Barranquilla, con planos donados por Triple A, es el megatanque construido por la alcaldía que tiene capacidad para almacenar 25 mil metros cúbicos y que va a servir para suministrar el líquido por gravedad, lo que le permitirá no depender del servicio de energía. Se prevé que estará funcionando a finales de este año. Triple A ha realizado dos fases de llenado que han servido para que dentro del megatanque ya hayan 10 mil metros cúbicos de agua. 

Otro Megatanque está contemplado para el norte de Barranquilla. Se trata de Lago Alto, cuyos diseños están en manos de la alcaldía que, a su vez, toca puertas en el Gobierno Nacional para conseguir los recursos y construirlo. 

Sin desconocer que todavía hay mucho por mejorar, Hemer considera que la percepción de un mal servicio en los 15 destinos que atiende la empresa obedece a que el usuario se ha vuelto cada vez más exigente, pero a la vez no es consciente de que este ha mejorado notablemente si se compara con el de hace 27 años. Como prueba de lo que se ha avanzado en operatividad, cobertura y calidad del líquido que se entrega, el funcionario insiste en que en todos estos años no fue necesario la construcción de una nueva planta, como se tuvo previsto a la llegada de Triple A. 

«Debemos reconocer que encontramos unas redes en muy mal estado que con el tiempo hemos ido reemplazando teniendo en cuenta lo costoso que resulta. Cada año, las inversiones que hacemos ascienden a los 60 mil millones de pesos en programas de reposiciones de bombas, cambios de tuberías que debemos mantener porque son muchos los kilómetros: 3.400», destacó. 

Además, el sistema de Triple A todavía cuenta con por lo menos 600 kilómetros de tuberías de asbesto cemento que ameritan ser cambiadas cuanto antes, pero solo hacer eso con 35 kilómetros tiene un costo de 6 mil millones de pesos. «No podemos hacer inversiones demasiado costosas porque al final eso se verá repercutido en el recibo que llega a los usuarios», anotó Hemer. La empresa insiste en que a través de su contact center y herramientas tecnológicas creadas por su propio personal, se logra atender en menos de 24 horas el 75 por ciento de los daños en las redes del acueducto.

Este megatanque, construido por la alcaldía de Barranquilla, servirá para distribuir el agua al suroccidente de la ciudad por gravedad y no a presión contra corriente, como en la actualidad.

Foto:

Vanexa Romero /EL TIEMPO

ANDRÉS ARTUZ FERNÁNDEZ 
REDACTOR DE EL TIEMPO
BARRANQUILLA