Epsa y Celsia, empresa del Grupo Argos, logró la reforestación de 30 municipios del Valle del Cauca, donde el agua se ha convertido en la fuente de vida y energía para las comunidades. La protección del medio ambiente genera calidad y contribuye al sostenimiento de las poblaciones que hacen parte de los municipios.
ReverdeC es un proyecto ambiental de siembra voluntaria que se creó en el 2016 con el objetivo de reservar las cuencas hidrográficas de la región del Valle del Cauca, por medio de árboles nativos y de diferentes especies.
Dentro del programa, se proyectó sembrar 1 millón de árboles por año, con el apoyo de entidades e instituciones, junto con la comunidad, para empezar un trabajo de reforestación. Esto se dio debido a la preocupación de una posible contaminación en los nacimientos de agua. Esto hace que disminuya la reproducción de árboles a sus alrededores y la cuenca empieza a degradarse.
Para ello, el programa escogió más de 68 especies nativas, como arrayanes, nogales, vainillos, nacederos, guayacanes, guaduas, mentre otras que son escudos protectores de las cuencas hidrográficas, aportan nutrientes a los suelos, producen follajes ricos en nitrógeno y se adaptan en zonas muy degradadas.
Así mismo, para continuar con la preservación de otras especies amenazadas, se sembraron 7 tipos de árboles: Cedro de Altura, Negro y Rosado, Caracolí, Caoba, Roble y Pino Romerón. Todas las semillas se producen en dos viveros que tiene el programa ReverdeC en Palmira y Riofrío, donde se producen anualmente 1.150.000 plántulas y se cuenta con mano de obra de la comunidad.
La inversión anual del proyecto esta evaluada entre 5.300 y 5.800 millones de pesos,
dentro de la cual aproximadamente el 70 por ciento es para la siembra voluntaria y el 30 por ciento para el mantenimiento de los árboles.
El programa cuenta con la alianza de 7 entidades. El Sena, la CVC, el Fondo del Agua por la Vida, el Proyecto Ganadería Colombiana Sostenible de Fedegán, Vallenpaz y la Gobernación del Valle.
Hoy, la región del Valle tiene 2 millones de árboles más, que al final de este año habrán capturado 13.000 toneladas de CO2
Entre lo municipios que se ha realizado reforestación se encuentran Buga, Tuluá, Pradera, Bolívar, La Victoria, Vijes, Dagua y Restrepo. La transformación no solo ha ocurrido con estas comunidades, el programa ha sembrado un árbol cada dos minutos llegando a 30 municipios del departamento.
Con las siembras se han reforestado 2.211 hectáreas. Así, el municipio El Águila, donde viven 11.000 habitantes, está totalmente poblado de árboles. También han intervenido 22 cuencas hidrográficas, reservorios de agua pura, como la del municipio de Bolívar.
Martha Gallego, líder ambiental del programa, dijo que «dinamizar y hacer más eficiente la siembra de árboles y el proceso debido de mantenimiento, nos lleva a generar más impacto en las comunidades, para que haya mejor concientización de la protección del agua, principal recurso de vida».
Las comunidades son parte fundamental del proyecto, ya que, con su ayuda voluntaria contribuyen a la protección de los árboles, al refuerzo y la apropiación de la protección del agua. El programa realiza jornadas pedagógicas con instituciones de los municipios, especialmente con los niños, para dar un aprendizaje profundo sobre el recurso del agua como fuente de vida y el cuidado del medio ambiente por medio del cuidado de los árboles y especies.
Jornadas pedagógicas para enseñar la siembra a niños y jóvenes campesinos.
Cortesía: Epsa y Celsia
Dentro de las jornadas, el programa utiliza herramientas pedagógicas como álbumes
con láminas y cajas con manualidades para los niños. Para la sostenibilidad de los campesinos y su contribución al cuidado de las cuencas, el proyecto tiene una modalidad de intervención con siembras a altas de densidades de 1.100 arboles por cada hectárea.
La intervención la realizan con propietarios pequeños que tengan entre 1 y 5 hectareas de tierra para sembrar. Los ‘kits de sostenibilidad’ tienen semillas para consumo o comercialización y 250 plántulas, incluyendo especies frutales para sus parcelas productivas.
De acuerdo con Gallego, en la primera semana de agosto se lanzará una convocatoria de innovación a centros de investigación de universidades, para trabajar con grupos pilotos de apoyo, para aumentar la siembra voluntaria y generar impacto.
