Para llegar a la ciénaga Chiqueros, ecosistema estratégico de Puerto Berrío, en el Magdalena Medio antioqueño, se debe tomar el transporte artesanal conocido como motomesa.
Este consta de un armazón de madera y balineras adaptadas a una moto, que le da la potencia para desplazarse por la vía del tren.
El sistema elemental de transporte es uno de los más utilizados por las comunidades aledañas a los rieles. El recorrido es de media hora.
Posteriormente, se aborda una canoa que navega por las desembocaduras del río Magdalena hasta finalizar en la ciénaga Chiqueros.
No importan los 40 grados centígrados de temperatura y las tropas de mosquitos que atacan sin piedad el cuerpo. La belleza del lugar, con su enorme espejo de agua de 40 hectáreas, bien vale la pena de ser apreciada.
Las entidades ambientales trabajaron con las comunidades ribereñas para preservar la biodiversidad.
Guillermo Ossa / EL TIEMPO
En ese lugar converge una amplia diversidad biológica, además de ser el hábitat de especies de fauna como el bagre rayado, el bocachico, el titi gris, los monos araña y los caimanes aguja.
También es un importante corredor biológico del manatí y el jaguar. Todos ellos, fundamentales para el equilibrio natural de los ecosistemas.
Otro de los valores más relevantes dentro del área protegida es la amplia red de caños y quebradas que confluyen allí, pues gracias a esto es generada una primordial conectividad con la red de humedales de la región.
Esto garantiza una gran diversidad de servicios ecosistémicos como la pesca artesanal que abastece a las comunidades ribereñas.
Personal de Corantioquia realiza constantes monitoreos de la zona.
Guillermo Ossa / EL TIEMPO
Chiqueros es hoy una reserva natural protegida. Para lograr esta declaratoria, de la conservación y uso sostenible de la biodiversidad del río Magdalena, Corantioquia tuvo como aliados a la Gobernación de Antioquia, pero sobre todo a la Fundación Natura, más los recursos del Fondo Mundial para el Medio Ambiente y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Aliados en la declaratoria
Acciones integradas como limpieza de caños, proyectos piscícolas, tortugarios y viveros para reforestación con especies nativas son actividades que se llevan a cabo de manera conjunta con las comunidades de pescadores y campesinos.
Ellos, igualmente, hacen parte de la estrategia de gestión integral de los ecosistemas cenagosos de Corantioquia denominada Humedales de Vida.
Ciénaga de Chiqueros
Guillermo Ossa / EL TIEMPO
“Nuestro papel es apoyar a Corantioquia en los planes de manejo y en su ejecución. Además, lo más importante es que vamos a trabajar de la mano con la gente”, manifestó Elsa Matilde Escobar, directora de la Fundación Natura.
La directora agregó que esta declaratoria es un llamado a todos los países a conservar los humedales.
“Si no se conservan los humedales nos vamos a quedar sin biodiversidad”, dijo haciendo alusión a una de las conclusiones de la sexta plenaria de la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (Ipbes), por sus siglas en inglés, que se realizó en Medellín el pasado 18 de marzo.
Para Edgar Iván Maldonado, presidente de la Asociación de Ambientalistas y Pescadores de Puerto Berrío, la importancia de haber declarado a la ciénaga como área protegida es la conservación de los humedales.
Los pescadores de la zona son pieza fundamental para el éxito de la declaratoria.
Guillermo Ossa / EL TIEMPO
Maldonado explicó que los humedales son origen de vida y los pescadores de la zona también se ven beneficiados porque en ellos consiguen su sustento diario.
En estos procesos Corantioquia cuenta con el apoyo de entidades como Cormagdalena y la Universidad Católica de Oriente
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Las instituciones realizaron aportes desde la investigación científica y el trabajo con las comunidades, mediante acciones conjuntas para la conservación del complejo cenagoso.
Por su parte, el gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, expresó que esta declaratoria “es cuidar la verdadera riqueza del departamento de Antioquia, la riqueza de un país es la biodiversidad”.
El mandatario agregó que en su Administración la meta con la que se ha comprometido es la de dejarle a Antioquia un millón de hectáreas protegidas antes de que termine su vigencia como gobernante.
“Esto no es para parar, ojalá podamos dejar más de lo que uno promete: un millón cien o un millón doscientos”, recalcó el gobernador.
Es cuidar la verdadera riqueza del departamento de Antioquia, la riqueza de un país es la biodiversidad
Con esta declaratoria ya son 243.631 hectáreas protegidas en la jurisdicción de Corantioquia, distribuidas en 12 Distritos de Manejo Integrado (DMI), tres Reservas Forestales Protectoras Regionales (RFPR) y un Parque Natural Regional (PNR).
Pero Chiqueros no será, en el corto plazo, el único cuerpo cenagoso protegido. En aproximadamente dos meses el humedal Corrales, en el municipio de Nechí, y La India, en Puerto Nare, serán también declaradas áreas protegidas, según anuncio que fue hecho por el director de Corantioquia, Alejandro González.
Ahora, especies como el caimán aguja, monos y el bagre rayado, entre otras, tienen un nuevo lugar donde realizar su ciclo natural y que no está amenazado por la mano del hombre.
GUILLERMO OSSA RIAÑO
Fotoperiodista de EL TIEMPO
En Instagram: @guillermoossa
