Inicio Colombia ¿Qué hay detrás de los encapuchados de la Universidad de Antioquia?

¿Qué hay detrás de los encapuchados de la Universidad de Antioquia?

Luego de la muerte del joven Julián Andrés Orrego Álvarez por la explosión de una papa bomba que él mismo estaría manipulando durante protestas a las afueras de la Universidad de Antioquia, el Movimiento Jaime Bateman Cayón indicó en redes sociales que él formaba parte de su grupo.

«Desde la clandestinidad siempre hemos apoyado todos los espacios de construcción y hemos participado en ellos, y nos duele el corazón y lo tenemos fragmentado por la pérdida del compañero de las JM-19 que fallece por el incidente en la U. de A., antes de que nuestro frente pudiese asomarse a las calles quizá para evitar lo sucedido», manifestaron los integrantes del movimiento.

El joven, estudiante de Licenciatura en Educación Física en la Universidad de Antioquia, es recordado como un apasionado por el deporte, las actividades lúdicas y el liderazgo en la vereda La Loma, del corregimiento San Cristóbal de Medellín, donde vivía.

Ante las afirmaciones del JM-19, el general Eliécer Camacho, comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá (Meval), indicó que el Movimiento Jaime Bateman Cayón tiene presencia en la Universidad de Antioquia desde los años 80 y que, al parecer, tienen una línea por lo menos seudopolítica.

A las afueras de la Universidad de Antioquia, estudiantes hicieron una velatón en memoria de Julián Andrés Orrego.

Foto:

Jaiver Nieto. EL TIEMPO

Agregó que a este grupo se le señala de lanzar artefactos explosivos contra el Esmad en las protestas y disturbios, pero que no han causado afectaciones a la infraestructura o los ciudadanos. Dijo también que hay dentro del grupo pensamientos ideológicos encaminados a la insurgencia y que buscan involucrar a estudiantes.

Pero este no es el único grupo de encapuchados identificado en la institución de educación superior de Antioquia y de otras públicas del país. Según las labores de inteligencia de las autoridades, aseguró Camacho, son al menos nueve grupos radicales que se autodenominan clandestinos y tienen presencia en la U. de A.

«Usan prendas como overoles, para no ser individualizados ni identificados, a algunos se les ven deformes las partes del cuerpo porque se colocan más camisetas, almohadas o cojines para evitar ser reconocidos en las cámaras», manifestó el general.

En otros de estos grupos, se sabe que tienen coordinación y formación para cometer actos vandálicos más graves y hasta acciones criminales, tal como sucedió el 20 de noviembre, cuando encapuchados causaron desmanes dentro de la U. de A., instalaron artefactos explosivos en postes e, incluso, hurtaron 600 millones de pesos de un cajero automático.

Ese mismo día, los mismos estudiantes se enfrentaron a los encapuchados e impidieron que sacaran elementos de los laboratorios del campus, argumentaron también que se trataba de personas que no pertenecían a la universidad.

Entre tanto, Élmer Gaviria, vicerrector de la Universidad de Antioquia, manifestó que no es un secreto que en las universidades públicas de Colombia ha habido presencia histórica de encapuchados y que, como institución educativa, no tienen la capacidad de dar respuestas sobre quiénes están detrás de las capuchas. 

«Somos 40.000 miembros de esta comunidad, hablamos de un grupo de 15 o 20 personas que como forma de expresarse, y en forma violenta, se esconden detrás de una capucha. Estamos diciendo que la gran mayoría de la universidad le apuesta al dialogo, a la palabra y a los acuerdos para avanzar como universidad y sociedad», expresó el vicerrector.

Dijo también que ante estas manifestaciones violentas, en la U. de A. se desarrollan estrategias para promover la construcción de paz, el diálogo, la resolución pacífica de conflictos.

MEDELLÍN