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‘Queremos pena de muerte para Randy’: Multitud

Cuando el reloj marcaba las 3:35 p.m., de este martes, una multitud se agolpaba en las afueras de la casa de la familia de la menor asesinada en Barranquilla, en la calle 9D con carrera 11. Los presentes esperaron hasta que el féretro comenzó a ser llevado en hombros hasta el cementerio Calancala en el sur de la ciudad, su última morada.

En un cajón blanco con unos lazos verdes que lo adornaban iba el cuerpo sin vida de la pequeña de seis años., que según versiones fue el fatal resultado de una deuda de solo 120 mil pesos a un prestamista por parte de su abuela.

Alrededor del cuerpo de la menor iban familiares, amigos cercanos y cientos de  vecinos vestidos de blancos, llevando globos, pañuelos y hasta rosas blancas para despedir a la pequeña que siempre será recordada por los habitantes del barrio Siete de Agosto, en el suroccidente de Barranquilla. 

Con carteles motorizados anunciaban que venía a sus espaldas la menor asesinada.

Foto:

Carlos Capella

El dolor por la muerte de la menor se vive  desde el mediodía del pasado domingo, cuando apareció sin vida en un arroyo cercano al barrio Caribe Verde, al suroccidente de la capital del Atlántico.

Al parecer y según el testimonio de ‘Randy’, un joven de 16 años de edad quien es acusado de haber sido el actor material del hecho, «fue ahogada durante cinco minutos, luego de haber recibido una herida en su cuello por él mismo«.

Los acompañantes del sepelio, con tristeza y lágrimas en sus ojos, recorrieron cada kilómetros  hasta el cementerio. Los familiares solo se aferraban fuertemente al carro fúnebre.

«No hay razón para aceptar este hecho; hoy es nuestra sobrina, pero mañana puede ser otro niño, y no lo vamos a permitir», afirmaba, con la voz quebrada, su tía Paola Rondón, quien ha paso lento y agarrada del carro fúnebre insistia en justicia, mientras recordaba a la menor.

No fueron impedimento las calles llenas de arenas y piedras del sector para que los residentes despidieran a aquella niña que el viernes se había ganado en su salón el puesto de la mejor estudiante. Todos le aplaudían. 

Durante el trayecto se escuchó, a una sola voz, una petición que hacía la multitud: «¡Queremos pena de muerte para ‘Randy!». La gente llena de ira y de llanto repetían una y otra vez, ya que según conoció EL TIEMPO por parte de la familia, al actor material le darían ocho años de prisión. «Para nosotros es una injusticia, que sean más…», manifestó una vecina, María Lens.

Aproximadamente, duró dos horas el trayecto hacía la última morada de la menor asesinada. El reloj marcaba las 5:15 p.m .,cuando el féretro se encontraba justo a pocos metros de entrar al cementerio, con una calle de honor hecha por moteros, que acompañaron al desfile fúnebre.

«Los que están encerrados son culpables;  deben responder, por algo están ahí tras la reja», afirmó la tía de la menor.

«Los niños no pueden volar tranquilos,;les estamos cortando sus alas», puntualizó.

BARRANQUILLA