En el recuerdo de los 200.000 tumaqueños quedaron aquellos tiempos cuando las playas de cabo Manglares, El Gallo, La Barra, El Morro, el Bajito Tuma, Punta Cascajal y Bocagrande eran los atractivos para que en Semana Santa fueran visitadas por miles de turistas.
Eran años dorados. Todavía la violencia y los atentados contra las torres de energía, y hasta contra el oleoducto Transandino, no habían espantado a los visitantes de una población que pasó de ser conocida como la ‘Perla del Pacífico’ a ser un municipio disputado por fuerzas delincuenciales, guerrilla, y bandas sicariales y del narcotráfico, pues se volvió la zona con mayores extensiones de cultivos ilícitos en el país.
Y aunque regresó la energía en este fin de semana de Resurrección, específicamente para 50.000 de los 200.000 habitantes de todo el puerto nariñense, en el extremo del suroccidente colombiano, coincidiendo con la Pascua, el miedo a los violentos mantuvo ahuyentado el turismo.
Operarios de la empresa Centrales Eléctricas de Nariño (Cedenar) llegaron a la vereda La Espriella, donde hace una semana se registraron las voladuras de las torres 330 y 346 que provocaron el apagón de seis días.
La presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio de Tumaco, Zaida Luz Mosquera, confirmó que en esta Semana Santa se esperaban unos 10.000 turistas procedentes de Pasto y de otros municipios de Nariño. Pero no fue así. La dirigente gremial dijo que solo por el apagón, el comercio dejó de percibir al menos unos 50 millones de pesos diarios y que sectores básicos en el puerto como el pesquero perdieron 100 millones de pesos en el día.
Se esperaban unos 10.000 turistas procedentes de Pasto y de otros municipios de Nariño. Pero no fue así
Entre tanto, en Argelia (Cauca), 6.500 habitantes están sin energía desde hace dos semanas porque desconocidos sabotearon la subestación eléctrica que presta el servicio en esta localidad del occidente de esta región. Se espera el restablecimiento del servicio en esta semana.
CALI
