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Santandereano nadó alrededor de Manhattan

Lo que parecía un difícil reto se convirtió en una meta lograda por el cardiólogo colombiano Juan Gabriel Acosta que se atrevió a nadar de manera continua los 46 kilómetros que bordean la isla de Manhattan, en Nueva York (Estados Unidos).

Acosta, que siendo niño hizo parte de la Selección Santander de Natación desde su natal Barrancabermeja, se propuso en febrero de este año completar la hazaña con el fin de enviar un mensaje claro en contra del ‘bullying’ en los colegios, pues dos de sus sobrinos, que presentan autismo, han sido víctimas de matoneo en su lugar de formación académica.

“Yo tengo dos sobrinos con Autismo (Santiago y Felipe), ellos tienen una vida muy dura, han sufrido episodios de bullying, etcétera (…) He querido tener un gesto con ellos, por lo que el objetivo de la hazaña es recolectar fondos para hacer un campeonato de natación de niños especiales en Barrancabermeja. A mis sobrinitos les encanta nadar, yo pensé que esta es una forma de hacer algo bonito por ellos y socializar el tema que en nuestro país no es muy conocido”, aseveró el nadador antes de medírsele al agua.

El campeonato se realizará junto con la Fundación Fundamiser, entre el 8 y el 10 de noviembre de este año, en Barrancabermeja. La meta es reunir 2.500 dólares a través de un portal, de los cuales ya se han aportado alrededor de 1.500 dólares.
El médico cardiólogo comenzó el reto desde las 6:45 a. m. en el sur de Manhattan, exactamente en el sector Pier 40, pasando por los ríos ‘East’, Harlem y Hudson, éste último terminó siendo su principal ‘rival’.

“La parte más dura fue cuando empezamos en el río Hudson, había mucho oleaje, es bastante ancho y caudaloso, parecía como un remolino, en ese momento llevaba 4 horas nadando y faltaban otras cuatro. Me lo habían advertido que iba a ser el trayecto más duro, que intentara guardar fuerzas para eso pero tenía los brazos cansados. Mentalmente hay un componente emocional, con mi hermano teníamos un plan con un tablero y marcador borrable, él me escribía los mensaje de la gente, de mi familia, y de los niños, eso me motivó para mantenerse concentrado y llegar a la meta”, dijo el especialista .

Para que el reto fuese válido, Acosta no podía usar neopreno (traje de baño completo), solamente licra de baño, gafas y gorro; no podía apoyarse en el bote de acompañamiento ni nadie de la tripulación lo podía tocar a él, cada 45 o 30 minutos el santandereano hizo paradas en la que le alcanzaron botellas atadas a una soga, las cuales contienen nutrientes y agua.

El santandereano, que tenía presupuestado completar los 46 kilómetros que bordean la reconocida isla en 10 horas, completó el circuito, acompañado de una leve lluvia, poco sol y un agua con 20 grados de temperatura en siete horas y 54 minutos, convirtiéndose en el primer colombiano en realizar oficialmente la hazaña, cuyo resultado fue avalado por la Asociación de Nueva York de Aguas Abiertas y su juez, el español Diego López.

Sin duda, el instante más importante de la osadía deportiva fue al llegar a la meta, en la que su padre (Jaime Acosta) y su hermano (Luis Fernando Acosta) lo ayudaron a subir al bote que lo acompañó durante el recorrido suministrando los nutrientes.
“(La llegada) fue un momento muy emotivo, el juez dio por válida la prueba, me acerqué al bote donde estaba mi familia, abracé a mi papá y mi hermano, se me salieron las lágrimas, saqué la bandera tricolor y lo más importante es que por primera vez la bandera estaba al final de esta prueba”, complementó.

La hazaña de Acosta se une a la de septiembre de 2015, cuando nadó los 16 kilómetros que separan a Europa y África por el estrecho de Gibraltar, y a la de febrero de este año, cuando cambió las altas temperaturas de Barranca por el desafío de medírsele a piscinas instaladas en hielo, en el Campeonato de Natación de Invierno de Estados Unidos.

El barramejo, un profesional que trabaja en el Hospital St. Joseph’s, de Hamilton (Canadá), y que dicta clases en la McMaster University, disfrutará el fin de semana en la ‘capital del mundo’ y ya el próximo lunes tiene programada una cirugía para volver a sus labores como electrofisiólogo dedicado a tratar las arritmias cardíacas e implantar dispositivos cardíacos.

OSCAR ANDRÉS OLARTE CASTRO
ADN/EL TIEMPO
BUCARAMANGA